La empresa turca Kony cortará el suministro eléctrico a siete ciudades sudanesas a partir del 1 de abril, alegando que el Gobierno de Jartum ha dejado de pagar las facturas, según una carta que la Compañía de Generación Térmica de Sudán ha enviado al gobernador de Darfur del Sur y a la que ha tenido acceso el diario digital de Al-Ain News.
Se trata de la segunda vez que Turquía le corta el suministro a una instalación en Sudán, según revela dicha publicación. En marzo un buque de guerra turco dejó de suministrar electricidad a una ciudad portuaria oriental del puerto de Sudán alegando, también, el impago de facturas.
Una de las ciudades que se verá afectada por el corte será Nyala, que depende totalmente de la energía producida por la compañía turca. Por ello, se ha instado al Ejecutivo de Abdalla Hamdok a remediar la situación, en un momento en el que está arreciando la crisis sanitaria del coronavirus en el país, con siete casos confirmados y dos muertes, de acuerdo con Worldometers.
La compañía turca Kony ha estado suministrando energía a seis capitales sudanesas y ahora les va a retirar el suministro alegando impagos (El Geneina, Darfur Occidental, El Fasher, Dafur Norte, Al Daein y Darfur Oriental). Las fuentes consultadas por Al-Ain han declarado que la empresa ha dejado de suministrar energía a estas ciudades y suspenderá sus actividades hasta que se paguen las deudas acumuladas. Los analistas aseguran en el medio que Turquía “está chantajeando al gobierno de transición en Sudán” a través del suministro eléctrico para obstaculizar la transición política en el país africano, que comenzó el camino hacia una democracia civil el pasado mes de agosto.
Además, cabe destacar que Sudán se ha convertido en una nueva zona de influencia disputada entre Arabia Saudí y sus aliados del Golfo, por un lado, y Turquía y Qatar, por otro. Abu Dhabi y Riad han ayudado financieramente a Sudán mediante transferencias monetarias, de petróleo, alimento o medicinas. También le han proporcionado a Jartum el acceso a créditos blandos.
La capital de Emiratos Árabes Unidos (EAU) ha sido el escenario de negociaciones políticas entre grupos armados y el Gobierno de Sudán. Egipto, aliado de Arabia Saudí, ha utilizado la diplomacia dentro de la Unión Africana para apoyar la posición del Gobierno central de Jartum. Riad también mostró su apoyo a los generales que se hicieron con el control del Gobierno, tras el golpe de Estado que derrocó a Omar al-Bashir. Turquía y Qatar, en cambio, están del lado de los movimientos islamistas.
Así, la posición geopolítica de Sudán ha cambiado tras la “Primavera Árabe”. Estados Unidos levantó en 2017 las sanciones que pesaban contra el país, que lo consideraba una nación que promocionaba el terrorismo. Sudán también anuló el pasado junio todos sus acuerdos de defensa con Corea del Norte. Poco a poco, Jartum ha ido abandonando la influencia de los islamistas y de Irán para acercarse a las posiciones sunitas, más cercanas a Arabia Saudí y la órbita occidental.