Al menos dieciséis personas murieron el miércoles y 31 resultaron heridas en un bombardeo ruso contra un mercado del este de Ucrania, a una treintena de kilómetros de Bajmut, escenario desde hace más de un año de una sangrienta batalla con las tropas de Moscú.
Este ataque se produce en un momento en el que el jefe de la diplomacia estadounidense, Antony Blinken, se encuentra en Kiev y se espera que anuncie otros 1.000 millones de dólares de ayuda.
“La artillería de los terroristas rusos ha matado a 16 personas en la localidad de Kostiantynivka, en la región de Donetsk”, escribió en las redes sociales el presidente ucraniano, Volodymyr Zelensky.
Informando de que un mercado y tiendas habían sido alcanzados, advirtió de que “por desgracia, el número de muertos y heridos podría aumentar”.
Las imágenes de vídeo-vigilancia mostraban una calle comercial tranquila, cuando de repente se oyó el silbido de un proyectil, seguido de una explosión muy fuerte.
La Fiscalía informó de que 31 personas habían resultado heridas. “La operación de rescate continúa. Todavía hay personas bajo los escombros”, añadió la Fiscalía en Telegram.
A pesar de los múltiples ataques que han golpeado lugares civiles en Ucrania, dejando muchos muertos, Moscú afirma que sistemáticamente ataca y destruye objetivos militares.
A primera hora de la mañana, un ataque explosivo de drones rusos ya había matado a una persona en la región de Odesa (sur), donde regularmente se ataca la infraestructura portuaria necesaria para la exportación de trigo.

1.000 millones de dólares
Este gravísimo balance se produce mientras el secretario de Estado estadounidense, Antony Blinken, realiza este miércoles una visita sorpresa, la cuarta a Ucrania desde el inicio de la invasión rusa en febrero de 2022.
Durante su encuentro con su homólogo ucraniano, Dmytro Kuleba, antes de que se anunciara el balance de muertos, reafirmó la determinación de Estados Unidos de apoyar a Kiev para lograr la liberación de los territorios ocupados.
“Queremos asegurarnos de que Ucrania tiene lo que necesita a largo plazo (...) y fuertes elementos disuasorios”, dijo.
Según un alto funcionario del Departamento de Estado, se espera que anuncie “una nueva financiación estadounidense para Ucrania de más de 1.000 millones de dólares", unos 930 millones de euros.
El Kremlin reaccionó acusando a Estados Unidos de “mantener a Ucrania en estado de guerra” y asegurando que la ayuda estadounidense no puede “influir en el resultado de la operación militar especial”, eufemismo utilizado en Rusia para referirse a esta invasión.
La contraofensiva ucraniana avanza lentamente desde junio, pero Kiev espera estar cerca de un gran avance desde la toma de la localidad de Robotyné a finales de agosto, que podría abrir el camino hacia el sur y Crimea, su península anexionada por Moscú en 2014.
Rusia nunca ha reconocido haber cedido esta localidad, y el miércoles el Ministerio de Defensa ruso aseguró haber repelido otros cuatro ataques ucranianos en la zona.
Antony Blinken también se reunirá con el presidente Volodymyr Zelensky para hablar de la contraofensiva y de la futura reconstrucción del país, uno de los más pobres de Europa incluso antes de la invasión.
Durante su viaje en tren a Kiev, Blinken también se entrevistó con la primera ministra danesa, Mette Frederiksen, que por la mañana pronunció un discurso ante el Parlamento ucraniano.
El estadounidense agradeció a la Sra. Frederiksen “el liderazgo de Dinamarca” en la decisión de Copenhague, anunciada hace quince días junto con la de los Países Bajos, de suministrar a Ucrania aviones de combate F-16.
“Liberar cada centímetro”
Por la mañana, visitó en Kiev un cementerio para depositar una corona en memoria de los soldados ucranianos muertos en el frente.
El miércoles, el Parlamento ucraniano votó el nombramiento de un tártaro de Crimea, Rustem Umerov, para el cargo sin precedentes de ministro de Defensa.
“Haré todo lo posible y lo imposible por la victoria de Ucrania, cuando hayamos liberado cada centímetro de nuestro país y a cada uno de nuestros ciudadanos”, escribió Oumerov en su página de Facebook poco después de su nombramiento.
Este hombre de 41 años sustituye a Oleksiï Reznikov, uno de los rostros de la resistencia ucraniana frente a los rusos, pero debilitado por los escándalos de corrupción en el seno de su administración.
Su sucesor tiene fama de ser un negociador discreto y pragmático. Tendrá la ardua tarea de negociar las entregas de armas occidentales que su país necesita para obligar al Ejército ruso a retirarse.