Atalayar conversa con Hichem Aboud, antiguo oficial del Ejército argelino y actual periodista de referencia, para hablar de la represión ejercida en el país norteafricano

Argelia en la encrucijada

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photo_camera Hichem Aboud

Exiliado político en Francia, Hichem Aboud ha sido oficial del Ejército argelino y es hoy un periodista de referencia. En el momento en que el Parlamento Europeo ha adoptado una Resolución sobre las carencias de la libertad de prensa y la represión a los periodistas en Argelia, Atalayar ha querido conocer la opinión del propio Aboud.

Un Tribunal de Argel acaba de condenarle a 10 años de prisión, al tiempo que ha emitido un mandato de captura internacional, por “atentar contra la seguridad del Estado” y “el orden público”, sin presentar pruebas fehacientes. ¿Por qué esas penas tan severas y por qué ahora?

No es esta mi primera condena por los tribunales argelinos con el único objetivo de hacerme callar. Sin contar las pronunciadas entre 1992 y 2011, contabilizo un total de 77 años de prisión desde 2013 hasta la reciente condena que se acaba de producir. Las últimas están todas relacionadas con la acusación de terrorismo con el objetivo de hacer aceptar las órdenes de captura internacional contra mí y que ascienden a siete. Me permito recordar que yo figuro como “terrorista” en el Periódico Oficial de la República Argelina, en su número 11 del 13 de febrero de 2022, junto a un buen número de militantes políticos. Es decir, que el régimen político-militar argelino no ahorra ningún medio para pedir mi extradición y hacerme callar. 

¿Es el mismo objetivo de esta última condena?

Bueno, la última condena en realidad tiene como objetivo principal cerrar mi portal en YouTube que tiene más de 622.000 abonados y es seguido en todo el mundo. En el texto de la condena dirigido a la administración de YouTube, se dice que yo difundo a través de este portal “ideas terroristas” y que llamo a “un levantamiento popular para desestabilizar la seguridad pública en Argelia”. 

El Poder judicial, ¿es realmente independiente en Argelia?

Primero tendría que existir realmente ese Poder judicial. Lo que hay es simplemente un aparato judicial que sirve para ejecutar las órdenes que le llegan de los detentores del poder. Un ejemplo: la condena dictada contra mí por el Tribunal de Chreraga en febrero de 2021 por “haber divulgado informaciones confidenciales sobre el general jubilado Jaled Nezzar y su familia”. La denuncia procede oficialmente del hijo del general Nezzar, Sofiane Nezzar, por cierto, internado por su padre en un hospital psiquiátrico, cuando en realidad está en todos sus cabales. Sofiane nunca puso una denuncia contra mí. Fue castigado por su padre por haber difundido la foto de su mamá en su cuenta Facebook denunciando a su padre por haber matado a su esposa de dos tiros en la cabeza en 1993. Por mi parte, yo me limité a difundir capturas de pantalla de la página de Facebook de Sofiane Nezzar. En Argelia llamamos al aparato judicial “la justicia por teléfono”. Todas las sentencias y decisiones son dictadas por teléfono. 

Últimamente se han multiplicado detenciones y procesos contra los periodistas. ¿El poder tiene miedo a la prensa libre?

Tiene fobia a tres cosas: la prensa, los estadios de fútbol y las mezquitas. Si bien ha conseguido domar a la prensa monopolizando el maná publicitario, que es esencialmente estatal, y forzando a los anunciadores del sector privado tanto nacionales como extranjeros a difundir sus mensajes publicitarios solo en las publicaciones enfeudadas, al tiempo que reprime las pocas voces que aún son libres en Argelia, no ha conseguido estrangular los estadios y las mezquitas. 

¿Tanto miedo tiene al fútbol?

Mire. Desde hace 3 años se ha suprimido la competición de la Copa de Argelia de fútbol. Porque constituye una ocasión y una obligación para el presidente de la República, los miembros del Gobierno y los altos responsables del Ejército, de acudir a la final de dicha competición y saludar a los 22 protagonistas entregando el trofeo al vencedor. Como no ignoran su impopularidad y saben muy bien que la revuelta popular pacífica del 22 de febrero de 2019, llamada Hirak, salió de los estadios de fútbol y que su presencia en ellos no es bienvenida, suprimieron la competición. 

Para ello han decretado además que los partidos se jueguen sin público para limitar el aforo. Pero a los dos años de experiencia a puerta cerrada, limitaron la norma a los clubes de la capital, y al final ha quedado que solo el muy popular equipo de Muludia Club de Argel (MCA) juegue sin público. Y aunque el fútbol es antes que nada un espectáculo, las autoridades argelinas han encontrado la manera de hacer disputar el gran derbi de la capital, que siempre arrastró una multitud inmensa, ante 9.000 espectadores en un estadio para 80.000 personas. 

¿Y la otra fobia?

Son las mezquitas. Cito dos casos. Desde su instalación en el Palacio de El Muradia, sede de la Presidencia de la República, Abdelmadjid Tebboune nunca ha ido a ninguna mezquita, como lo exige el protocolo, con motivo de las fiestas y ceremonias religiosas. Otro ejemplo, es el cierre de la Gran Mezquita de Argel que ha costado 1.500 millones de dólares al Tesoro Público. Hace tres años que se terminó la construcción. Debió ser inaugurada por Abdelaziz Bouteflika antes de su destitución en el mes de abril de 2019. Lo más jocoso de esta historia es la apertura de la sala de rezos durante el mes de Ramadán para realizar cuatro oraciones. Pero para la quinta oración sigue cerrada por el riesgo de que se presente una multitud tras la ruptura del ayuno. Entonces han decretado que se hagan solo cuatro rezos, de los cinco preceptivos del islam. Es un islam propio del poder argelino. 

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Hichem Aboud

El régimen argelino, al igual que a otros periodistas, le presenta como “agente del enemigo”, “perturbador de un espacio de desarrollo tranquilo y al servicio del pueblo”, mientras que la cumbre del régimen está repleta de crisis y ajustes de cuentas. ¿Por qué?

El Poder argelino sufre de un déficit crónico de legitimidad y popularidad, e intenta imponerse por la represión y el descrédito de cualquier voz discordante. Se centra en la fibra nacionalista, pero sin asumirla. Prueba de ello es que cuando yo he enviado a Tebboune y a su jefe de Estado Mayor, el general Said Chengriha, por correo certificado y con acuse de recepción, documentos probatorios de que el padre del general jubilado Jaled Nezzar había empuñado las armas contra la Revolución armada del 1º de noviembre de 1954, se han quedado mudos como tumbas. Lo mismo que cuando les recordé que los dirigentes de la Revolución argelina habían encontrado refugio, ayuda y asistencia en Marruecos y en Túnez durante la Guerra de Liberación, hacen oídos sordos y adoptan la misma posición que la Francia colonial que acusaba a los dirigentes revolucionarios de agentes de potencias extranjeras. Los ajustes de cuentas entre los clanes en el Poder son un secreto de Polichinela. Estallan regularmente en público a través de las detenciones y encarcelamientos de los generales del alto mando militar. 

Habiendo hecho una carrera militar en Argelia, conoce los problemas de esta institución desde el interior. La gente que le lee y escucha, lo sabe. ¿Es por eso que quieren hacerle callar?

Evidentemente mi pasado de oficial del Ejército argelino hace que sea muy respetado en el seno de la institución militar. Sobre todo, en el seno de los servicios de seguridad que tienen ficheros de todos los militares y que pueden constatar claramente que yo he sido un oficial íntegro y competente.  Nunca mis adversarios en el poder han conseguido encontrar el menor indicio que pueda manchar mi imagen. En consecuencia, yo molesto por mi entereza moral y el respeto que me otorgan los suboficiales y los oficiales a todos los niveles de la jerarquía militar. Por ello son numerosos los que me manifiestan su apoyo, suministrándome regularmente informaciones que hacen mucho mal al poder. 

Hay gente que piensa que el presidente argelino Abdelmadjid Tebboune quiere liberalizar y democratizar el país, pero que los militares no se lo permiten. ¿Está de acuerdo?

No estoy de acuerdo en absoluto con esta tesis. Tebboune nunca soñó con encontrarse en los primeros escaños del poder, todo lo más ser una buena marioneta. No tiene ni programa político, ni programa económico. Cuando al principio de su mandato me envió un mensaje por medio de un amigo invitándome a volver al país y llevar una vida tranquila, le respondí con otro mensaje escrito que contenía un programa fácil de realizar y que le abría por lo grande las puertas de la historia. 

¿Qué le proponía?

En resumen, le pedí que liberara a todos los detenidos por manifestar su opinión, que anunciara una amnistía para todos los detenidos y exilados víctimas de la política represiva de los años 90, que disolviera el Parlamento y organizara elecciones legislativas libres y democráticas y que lo culminase con la organización de una elección presidencial anticipada presentando su propia dimisión. Concluí que la realización de estas tareas le haría entrar en la historia y que si se presentaba a la elección presidencial anticipada tendría bastantes posibilidades de ganarla sobradamente porque el pueblo le otorgaría su reconocimiento. Y en el caso de que no quisiera mantener la Presidencia, habría ganado la estima de todo un pueblo y su reconocimiento por la eternidad. ¿Y qué respondió a este amigo que le trasmitió mi mensaje? “Pide demasiado”. Prefiero no comentar esta respuesta. 

El régimen argelino ha reaccionado violentamente contra el Gobierno español cuando el año pasado este tomó posición sobre el asunto del Sáhara Occidental diciendo que “la autonomía propuesta por el rey de Marruecos” era la única solución creíble y realista. Argel llamó a consultas a su embajador en Madrid, congeló las relaciones económicas y rompió el tratado bilateral firmado hacía veinte años entre los dos países. ¿A qué se debe esta reacción tan fuerte?

El régimen argelino reacciona a las posiciones de unos y otros sobre la cuestión del Sáhara Occidental, arbitrariamente, según la pinta del cliente. A los españoles que aprueban el plan de autonomía, les retira el embajador, congela el acuerdo de buena vecindad y cooperación, poniendo con ello en peligro los intereses económicos de Argelia. Pero ante los americanos que no se limitan a sostener el plan de autonomía y reconocen directamente la marroquinidad del Sáhara Occidental, Argel mira para otra parte. Lo mismo hace frente a los países árabes del Golfo que han abierto consulados en las dos ciudades de Dajla y El Aaiún. Argel tampoco reacciona cuando el Consejo de Cooperación del Golfo publica un documento en el que advierte contra cualquier atentado contra la integridad territorial del reino marroquí. El mensaje está claramente dirigido al poder argelino, que hace como si no fuera con él. Estas incoherencias en las posiciones, tanto sobre el asunto del Sáhara Occidental como sobre Palestina, solo desacreditan a los gobernantes de Argel, que no actúan por principios sino por intereses; intereses sórdidos y estrechos. 

La actitud hacia España y hacia Estados Unidos, ¿no refleja el doble rasero?

Es lo que acabo de explicarle. Peor no solo con los Estados Unidos de América, sino contra los países del Golfo, y recientemente también contra Portugal. En este caso se ha limitado a convocar al embajador portugués en Argel para sacar después un comunicado en el que ignora el objeto de la llamada, que era el apoyo de Portugal al plan de autonomía. 

Argelia ha roto relaciones diplomáticas con Marruecos, entre otras razones, acusándole de sostener a los movimientos que el régimen de Argel califica como “terroristas”, como el MAK (Movimiento por la Autonomía de la Cabilia) y RACHAD. Sin embargo, el Departamento de Estado, que sigue regularmente la situación en el mundo, considera que estos movimientos son “políticos” y no “terroristas”. ¿Hay otras razones que expliquen esta ruptura de relaciones entre Argelia y Marruecos?

La razón de la ruptura de relaciones con Marruecos no tiene nada que ver con el apoyo a estos dos movimientos políticos de la oposición. Además, Marruecos no sostiene ni abierta ni secretamente al MAK ni a RACHAD. Si hay alguien a quien Argel debe pedir cuentas es a la parte francesa y suiza. La sede del MAK se encuentra en Francia y casi cada semana sus militantes salen numerosos a manifestarse en las calles de Argel, sin que Argelia diga nada. Actualmente, el líder del MAK, Ferhat Mehenni, está en los Estados Unidos para una visita de un mes invitado por numerosas personalidades políticas y culturales americanas. Ha sido recibido en el Senado públicamente. Y el Parlamento canadiense ha adoptado hace poco una resolución pidiendo al poder argelino que ponga fin a la represión contra la población argelina de manera general y respecto a la Cabilia en particular. 

La ruptura de relaciones con Marruecos y esta incesante escalada antimarroquí, marcada a menudo por actos que son propios del infantilismo y el absurdo, se explica por la necesidad de mantener la tesis del “peligro exterior” que solo puede ser representado por Marruecos, para poder mantener al pueblo argelino bajo la presión de la supuesta lucha por la soberanía y la pseudo lucha antiterrorista que representan el MAK y RACHAD.

Argelia se atribuye ambiciones de mini-gran potencia a nivel internacional, como demuestra su demanda de adhesión al BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica), cuando en realidad no tiene ni los medios ni el desarrollo necesario para ello. ¿Por qué esta ambición utópica de formar parte de la corte de los grandes?

Este asunto de la adhesión al BRICS es solo para el consumo local y para ocupar a la opinión pública argelina con un desarrollo económico imaginario, cuando ni siquiera son capaces de gestionar el mercado local para asegurar la fluidez de productos de primera necesidad. El régimen quiere medirse con las economías emergentes que le sobrepasan con mucho. ¡Que consiga parar la escasez de leche, de sémola, de huevos y de aceite que provocan largas colas en los comercios, antes de hablar de los BRICS! Además, Tebboune no tiene ninguna noción en materia económica como para pretender hablar de los BRICS. 

¿Cree que Argelia y España pueden pasar página y volver a la situación de antes?

Así lo espero para el bien del pueblo argelino. Sepa que el congelamiento de las relaciones económicas con España ha causado numerosas situaciones penosas para la población. En Argelia no se pueden extraer los dientes por falta de la anestesia que se importaba de España. La fabricación de los permisos de conducir y de los documentos de identidad nacional se ha parado y se ha vuelto al antiguo sistema, porque se importaba de España la materia prima que servía para la producción de los documentos.

Además, los dirigentes argelinos no se atreverán a ir más lejos en su escalada contra España por sus intereses personales. Son numerosos los que poseen bienes inmobiliarios en la península ibérica. Es el caso del general Jaled Nezzar que posee un apartamento de lujo en Barcelona y un terreno de 6.500 m2 en Tarragona; de los generales Haddad Abdelkader alias Nacer El Djen, y Hamid Oubelaïd alias Hocine Boulahya, ambos pertenecientes a los servicios secretos, que poseen bienes inmuebles y cuyas familias están instaladas en España.  

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Hichem Aboud

Argel sabe que sin el apoyo material de España (alimentos, coches, ambulancias, salud, ayuda a los niños, enseñanza, facilidades para la residencia y la nacionalidad, alojamiento y trabajo en España) los refugiados saharauis no podrían sobrevivir un invierno más. Y, sin embargo, continúan calificando de “traidor” al presidente español Pedro Sánchez. ¿Es que piensan que, si la derecha llega al Gobierno en las próximas elecciones, van a ganar la partida?

Mire, es de notoriedad pública que los dirigentes argelinos nunca han sido capaces de medir la gravedad de muchas de las decisiones que toman y que ponen en peligro la economía del país. Ni se preocupan del riesgo que puede incurrir para los argelinos, y mucho menos para los refugiados saharauis.  La cuestión que actualmente se plantea con agudeza es: ¿qué va a ser de los “refugiados saharauis” que no cumplen los requisitos que exige el Alto Comisariado para los Refugiados de la ONU por el hecho de poder obtener la nacionalidad española a los nacidos antes de 1976 y a sus hijos? Hasta el momento, ni los dirigentes argelinos, ni los responsables del Polisario han evocado esta cuestión crucial. La ecuación va a cambiar completamente con esta medida en espera de ser ejecutada. El Polisario será vaciado de su sustancia, y la calidad de refugiado ya no será reconocida a los españoles que no tendrán nada que hacer en Tinduf.   

Argel ha practicado un verdadero chantaje al Gobierno español el disminuir de mitad su suministro de gas natural y al cerrar el gasoducto MEDGAZ que unía Argelia y España pasando por Marruecos. Sin embargo, España ha resistido y ha buscado otros suministradores, particularmente los Estados Unidos. Argelia entonces se ha vuelto hacia Italia para venderle el gas destinado anteriormente a España, haciendo creer a la Unión Europea que está capacitada para remplazar a Rusia en el suministro de gas. ¿Qué piensa de esto?

Esta manera de actuar ha puesto en evidencia el infantilismo de un régimen que no tiene argumentos para hacer aceptar sus tesis a los países vecinos. Tesis obsoletas y completamente superadas en el tiempo. Un régimen que se dedica al chantaje no tiene lugar en el tablero mundial. Su falta de lucidez no hace sino ridiculizarle a ojos de las naciones, y los ciudadanos argelinos, que son los primeros en sufrir estas torpezas, se interrogan con razón acerca de la pasividad de los Estados de la Unión Europea ante este tipo de comportamiento.

La opinión pública española, que durante mucho tiempo ha mostrado gran admiración por Argelia y su pueblo, está hoy desconcertada. Cada semana se informa de que hay un nuevo ministro o un nuevo general del Ejército, la Gendarmería o los servicios secretos es detenido, juzgado y en prisión. ¿Qué pasa realmente en Argelia? ¿A qué se debe esta inestabilidad institucional?

Es la bajada a los infiernos para un país que ha escrito una de las más bellas páginas de la historia de la humanidad por el sacrificio consentido por la décima parte de su población para reconquistar su libertad. Una historia que ha suscitado la admiración del enemigo antes que la del amigo.

Desgraciadamente, este país ha caído entre las manos de unos hombres que han erigido el vandalismo como sistema. Y hablo de vandalismo (voyoucratie) pesando bien mis palabras. Qué es un vándalo, sino aquel que no respeta las leyes, y que le importa un bledo lo que puedan pensar los otros de su mala conducta. Y también el que no respeta ni a los amigos ni a los vecinos. Pues todo esto es lo que caracteriza a los hombres que están hoy en el poder en Argelia. Si hay tantos primeros ministros (tres), ministros (medio centenar), decenas de hombres de negocios y más de un centenar de generales y oficiales superiores que purgan largas penas de prisión por corrupción, malversación, abuso de poder y demás, acaso no es suficiente para calificar el régimen argelino de vandálico (voyoucratie). Pero atención, quienes están fuera de las cárceles y que gobiernan no son menos culpables que sus homólogos que están detrás de los barrotes. Unos estaban en los mismos círculos, y otros servían bajo las órdenes de los actuales huéspedes de las prisiones. Este alboroto es solo ajustes de cuentas estrictamente personales. 

Me llama la atención constatar que el régimen argelino se empeña en buscar el “enemigo” siempre en el norte, Francia y España particularmente, cuando está rodeado de fronteras incandescentes con países en crisis profunda como Mali, Níger, Libia, Túnez e incluso Mauritania, y eso sin hablar de la guerra no declarada con Marruecos. ¿No sería mejor abordar primero los problemas regionales, como han hecho Irán, Siria o Arabia Saudí, haciendo la paz con los vecinos?

El régimen argelino no tiene interés en vivir en un espacio regional pacífico. Es un régimen que se alimenta de la violencia, del odio y de las crisis. Vivir en paz significa invertir, trabajar, gestionar. Los dirigentes actuales no saben hacerlo. Su única especialidad es la rapiña, la depredación y el pillaje de las inmensas riquezas argelinas. Este régimen, no solo constituye un peligro para el pueblo argelino al que ha reducido a una indecente pobreza, sino que constituye un peligro para el entorno inmediato y para toda la cuenca mediterránea. Es un factor de inestabilidad y de guerra. Es un régimen que vive permanentemente en pie de guerra. Su presupuesto de 18.000 millones de dólares dedicado a su armamento lo demuestra. El año próximo este presupuesto será aún más elevado, mientras que el ciudadano argelino debe levantarse temprano por la mañana para hacer cola para una hipotética bolsa de leche. 

¿Cree en el porvenir democrático de Argelia, o el Hirak ya ha muerto?

Mientras hay vida, hay esperanza. El pueblo argelino nos ha habituado a revueltas cíclicas cada diez años. Pero hoy día, no pienso que vaya a esperar a 2028 ó 2029 para una nueva erupción revolucionaria. Todos los ingredientes de encuentran reunidos para un cambio democrático. Solo falta un apoyo internacional claro para expulsar a este régimen denunciado en los dos años del Hirak. Un apoyo sobre todo de las ONG y de los organismos de defensa de los derechos humanos que proteja al pueblo de la represión feroz e inhumana de un régimen que no ahorra ningún medio para aplastar cualquier revuelta que ponga en peligro su propia existencia.