El congreso del PJD marroquí da el poder a El Othmani y hunde a Benkirane en la soledad política

Paco Soto
Pie de foto: Saad Eddine El Othmani, nuevo secretario general del PJD.
No hubo sorpresas en el octavo congreso ordinario del islamista Partido de la Justicia y el Desarrollo (PJD), que se celebró en el complejo Moulay Abdellah de Rabat, el domingo 10 de diciembre. El congreso eligió como nuevo secretario general del partido, y le dio prácticamente el poder absoluto, al actual primer ministro y número dos de la formación, Saad Eddine El Othmani, y derrotó a Abdelilah Benkirane, que fue líder del PJD de 2008 a 2017. El exsecretario general del PJD, que fue destituido del cargo de primer ministro por el Rey Mohamed VI ante su incapacidad por formar Gobierno de coalición tras haber ganado las elecciones generales, aspiraba a un tercer mandato como secretario general.
Pero esta vez Benkirane no se salió con la suya en la sesión extraordinaria del Consejo Nacional del partido, que se celebró hace una semana en la ciudad de Salé, cerca de Rabat. No logró que una mayoría de la dirección del PJD lo apoyara en su empeño por ser reelegido secretario general y poder manejar así las riendas del partido. Dirigentes como el propio El Othmani y la corriente Movimiento Unicidad y Reforma (MUR) -matriz ideológica del PJD-, principal plataforma opositora a Benkirane, que reúne a dirigentes e ideólogos relevantes como el ministro encargado de los Derechos del Hombre, Mustafá Ramid, ganaron la batalla. Benkirane llegó al congreso derrotado y sin capacidad de maniobra. En este contexto tan desalentador para Benkirane, político inteligente, experimentado, lenguaraz y demagogo, El Othmani, psiquiatra de profesión y persona de talante moderado y dialogante, fue el vencedor del cónclave islamista.
Candidato favorito
Saad Eddine El Othmani era el favorito a secretario general. Ganó la batalla con 1.006 votos a favor contra 912 para el dirigente y alcalde de Fez, Driss El Azami. El Othmani, que en público suele decir que el PJD no es un partido islamista y en privado admite que le gustaría que el islam político de Marruecos desempeñara un papel parecido al de la democracia cristiana en los países occidentales, ya fue secretario general entre 2004 y 2008.
Según diversos medios y observadores políticos, Benkirane, a pesar de no ser un moderado, apoyó a El Othmani en la elección a la secretaría general, para evitar que candidatos más fundamentalistas e incontrolables pudieran ser elegidos a un cargo tan importante. “Benkirane es un islamista duro y de la vieja escuela, pero también es un político pragmático e inteligente que sabe lo que significa gobernar, y nunca ha tenido enfrentamientos dialécticos violentos en público con El Othmani, como si los ha tenido con Mustafá Ramid, que es un extremista y un sectario, Lahcen Daoudi o Aziz Rabbah”, indica a Atalayar el politólogo Ahmed Alaoui.
Pie de foto: Saad Eddine El Othmani y Abdelilah Benkirane se abrazan tras finalizar el congreso del PJD.
Benkirane llegó a calificar a estos dirigentes de “hipócritas” que solo defienden intereses personales y privilegios. La llegada de El Othmani a la secretaría general del PJD tiene su lógica interna, y evitará, al menos de momento, “nuevos enfrentamientos y tensiones por el control del partido, como ha ocurrido en la última etapa de Benkirane”, piensa el analista Mustafá Sehimi. El Othmani, hombre discreto y educado, nunca ha participado directa y públicamente en las luchas internas en el PJD. Un total de ocho candidatos aspiraban a la secretaría general, pero finalmente solo tres fueron los finalistas: El Othmani. El Azami y Abdelaziz El Omari. El influyente y reaccionario Ramid quedó en cuarta posición. El semanario ‘Telquel’ apostó por tres candidatos en la disputa por la secretaría general: El Othmani, Rabbah y Ramid.
Preservar la unidad del partido
Abdelilah Benkirane pidió a sus fieles, que siguen siendo numerosos en la dirección y las bases del PJD, que acepten la nueva dirección del partido. El exsecretario general y exjefe del Gobierno tiene suficiente autoridad política y moral para imponer su criterio a sus seguidores e impedir que la formación islamista se hunda en el caos. “Es normal tener que dejar la secretaría general”, aseguró Benkirane antes del octavo congreso. El exnúmero uno del partido de la lámpara intentó con estas declaraciones dejar la secretaría general de manera honorable y evitar que algunos de sus adversarios lo acusaran de aferrarse al poder.
En su discurso de apertura -o de adiós- del congreso, Benkirane puso el acento en la necesidad de preservar la unidad del partido y evitar a toda costa las peleas internas. Por esto mismo, el lema del congreso fue: “Juntos para seguir construyendo el edificio democrático”. Visiblemente emocionado, el secretario general saliente destacó que “mi intervención, hoy, es diferente de otras, porque el partido atraviesa actualmente ciertas dificultades. No hay lugar para la fiesta. Lo esencial, ahora, es que estemos más unidos que nunca”. Benkirane reconoció sus propios errores en la gestión dirigente del PJD; se refirió a su destitución como primer ministro por el Rey, los bloqueos internos y externos para formar nuevo Gabinete, su oposición a incorporar a los socialistas de la USFP en el Gobierno de coalición, porque “la entrada de este partido después de mi destitución ha sido un nuevo golpe para nosotros”. Afirmó que en todo momento obró a favor de la unidad del partido y los intereses del país.
Pie de foto: El ministro Mustafá Ramid, uno de los principales adversarios de Abdelilah Benkirane en el PJD.
“Ni triste ni abatido”
Abdelilah Benkirane afirmó que “no estoy ni triste ni abatido”, y admitió que después de su destitución “nuestro partido podría haber cambiado de estrategia y haber ejercido una oposición feroz, pero privilegiamos los intereses de la nación”. Por otra parte, según informó el portal ‘le360.ma’, varios militantes del PJD manifestaron que el octavo congreso significa que el partido ha sabido “volver la página de Abdelilah Benkirane definitivamente” y elegir a un candidato capaz y con potencial suficiente para dirigir el partido. En este sentido, el diputado del PJD Mustafá Ibrahimi indicó que Benkirane tuvo un discurso de despedida decisivo y “sin ambigüedad”. “Ha abandonado la dirección del partido. Los que esperaban divisiones y dificultades en este congreso estarán decepcionados”, señaló Ibrahimi.
Por su parte, Abdessamad El Idrissi, exmiembro del Secretariado General, y Amina El Haya, militante del partido en Tetuán, valoraron también positivamente el discurso de Benkirane. Un día antes de que empezara el congreso, el Secretariado General y el Consejo Nacional del PJD, en sendos comunicados, enfatizaron su oposición a que Abdelilah Benkirane se presentara a un tercer mandato. Ambos órganos dirigentes quisieron de esta forma dejar claro a los partidarios del exjefe del PJD que no sería posible someter al congreso la elección de Benkirane a la secretaría general. Así las cosas, la soledad política de Benkirane es una realidad innegable, a pesar de que siga teniendo apoyos internos en el partido y muchos votantes valoren positivamente su trayectoria y su persona.
A día de hoy, nadie sabe a ciencia cierta cuánto tiempo la va a durar la travesía del desierto a Benkirane, o si el exsecretario general abandonará la política. “Esta segunda opción no es descartable completamente, aunque es difícil de contemplar en un animal político de la talla de Benkirane”, opina para Atalayar el sociólogo Larbi Ben Malek.