Crece la posibilidad de intervención militar de Estados Unidos en la escalada entre Israel e Irán

El conflicto entre Israel y la República Islámica de Irán se intensifica sin tregua y entra en su sexto día en una escalada sin precedentes, mientras crece la posibilidad real de una intervención militar de Estados Unidos en apoyo de Jerusalén.
Durante la noche, Israel confirmó haber intensificado sus ataques: más de 50 aviones de guerra de su Fuerza Aérea bombardearon una planta de producción de centrifugadoras en Teherán, además de fábricas de equipos de combate, incluyendo instalaciones para misiles tierra-tierra y tierra-aire. Según el portavoz militar israelí Avichay Adraee, estos bombardeos buscan directamente frustrar el proyecto nuclear iraní y frenar la capacidad de Teherán para producir armas nucleares.
Por su parte, Irán ha continuado con sus ataques con misiles y drones contra territorio israelí y, por primera vez desde que comenzó la guerra, ha logrado alcanzar un dron de la Fuerza Área israelí. Según informaron las Fuerzas de Defensa de Israel, no se reportaron heridos y no existe preocupación por una filtración de información.
A la crisis se suman las amenazas del presidente estadounidense Donald Trump, quien advirtió públicamente a Teherán a través de su plataforma Truth Social que Irán debe “rendirse incondicionalmente” y aseguró que Estados Unidos podría eliminar al líder supremo iraní Alí Jamenei si así lo decidiera, aunque matizó que no tiene intención de hacerlo “por ahora”. Trump también reiteró que la paciencia de Washington “se está agotando”.

El riesgo de un conflicto regional más amplio es cada vez más tangible. Según The New York Times, el régimen iraní habría desplegado misiles y equipos listos para atacar bases estadounidenses en Oriente Medio si Washington se une a la ofensiva israelí. Por su parte, Estados Unidos ha desplazado decenas de aviones cisterna a Europa, listos para abastecer bombarderos y cazas en posibles misiones sobre territorio iraní. En este sentido, fuentes israelíes han señalado a Ynet que esperan que Estados Unidos participe pronto en un ataque militar contra Irán.
En medio de este panorama, el príncipe heredero Reza Pahlavi ha instado una vez más a los iraníes a derrocar al régimen y “poner fin a esta pesadilla”. “Ahora es el momento de resistir; ahora es el momento de recuperar Irán", declaró, asegurando que “lo que ha comenzado es irreversible” y que “el fin de la República Islámica está cerca”.

Aunque algunos analistas advierten sobre los riesgos tras el posible colapso del régimen, Pahlavi desestimó esos temores, destacando que “Irán no caerá en una guerra civil ni en la inestabilidad”. “Estamos preparados para los primeros cien días tras la caída”, añadió.
Fordow, el corazón blindado del programa nuclear de Irán
Los analistas coinciden en que uno de los puntos más críticos de este pulso es la planta de Fordow, situada a unos 90 metros bajo una cadena montañosa cerca de Qom, un búnker impenetrable incluso para las bombas más potentes de Israel. Este complejo secreto salió a la luz en 2009, cuando el entonces presidente Barack Obama lo calificó de incompatible con fines pacíficos. Desde entonces, Fordow ha sido sinónimo de sospechas y especulaciones sobre la verdadera magnitud del programa nuclear iraní.

Los túneles blindados de Fordow, cinco en total, sus instalaciones subterráneas y su sistema de soporte lo convierten en una fortaleza nuclear. Aunque el acuerdo nuclear de 2015 limitó temporalmente su actividad, la situación cambió radicalmente cuando Trump retiró a Washington del pacto en 2018. Desde entonces, el régimen iraní ha reactivado y ampliado su enriquecimiento de uranio, alcanzando niveles del 60%, lo que permitiría a Teherán tener suficiente material para fabricar hasta nueve bombas nucleares en apenas tres semanas.

Los intentos de ataque de Israel a Fordow se han topado con un muro de roca. Solo Estados Unidos dispone de la bomba de penetración más grande, la GBU-57 Massive Ordnance Penetrator, capaz de atravesar hasta 60 metros de tierra fortificada —insuficiente para dañar seriamente Fordow— y que solo puede ser lanzada por bombarderos B-2, aviones que Israel no posee.
Mientras tanto, la estrategia más viable, según analistas como Cedric Layton de CNN, sería desactivar Fordow atacando sus entradas de túnel, sistemas de ventilación y redes eléctricas, paralizando su operatividad durante meses. Pero eso supondría una operación de alta precisión y riesgo elevado de escalada directa con Irán.

La tensión alrededor de Fordow y el intercambio diario de fuego entre ambos países han encendido las alarmas en Occidente sobre una posible conflagración regional que podría involucrar a milicias aliadas de Irán, ataques a buques en el mar Rojo, y posibles actos de sabotaje en el estrecho de Ormuz, una vía crucial para el transporte global de petróleo.