La ONU pide un alto el fuego en el quinto día de lucha en la ciudad yemení de Hodeidah

Irán apoya a los hutíes para romper el Acuerdo de Estocolmo en Yemen

photo_camera REUTERS - Militantes hutíes cerca de la ciudad de Hodeidah, Yemen

La guerra en Yemen continúa a pesar del sufrimiento de los yemeníes, a pesar de las advertencias de la comunidad internacional e, incluso, a pesar de haber firmado un alto el fuego para dar tregua durante la pandemia del coronavirus.

El Acuerdo de Estocolmo firmado a finales de 2019 estipulaba un cese de las hostilidades en la ciudad de Hodeidah y, además, contempla un intercambio de presos entre hutíes y el Gobierno del presidente yemení, Abd Rabbuh Mansur al-Hadi, exiliado en Riad.

Pero los rebeldes hutíes, apoyados por Irán, han violado el alto el fuego con tanques y artillería en varias ocasiones rompiendo el Acuerdo de Estocolmo. 

La misión de la Naciones Unidas (ONU) para apoyar el Acuerdo de Hodeidah ha instado a las partes detener los combates después de lo que los lugareños denominaran este enfrentamiento como la mayor escalada en el conflicto de Yemen en dos años.

La misión subrayó este lunes que estaba alarmada por el aumento de los combates e instó a poner fin a la violencia que “podría causar más sufrimiento humano y más pérdidas de vidas y destrucción”. Ya en 2018 las organizaciones humanitarias denunciaban que la población yemení se enfrentaba a la mayor hambruna del siglo.

La situación no ha mejorado y, el miércoles, los rebeldes hutíes respaldados por Irán golpearon una planta de alimentos causando grandes daños. No se reportaron víctimas, según manifestó al diario The National el coronel Mamoon al-Mahjami, portavoz de las Brigadas Al-Amalikah en Hodeidah.

“El deliberado ataque de mortero de los hutíes provocó que estallaran grandes incendios en la planta. Las llamas destruyeron tres almacenes con todo el equipo y los alimentos almacenados en ellos", relataba el coronel. En un país que ya lucha contra una desnutrición generalizada, un impacto en la producción de alimentos es un problema grave.

A muchos les preocupa que el frágil acuerdo acordado en las conversaciones de Estocolmo no se mantenga. Para más inri, esta semana, los residentes en zonas del este de la ciudad de Hodeidah dijeron que los rebeldes habían lanzado la mayor ofensiva desde que se firmó el acuerdo en diciembre de 2018.

Los hutíes atacaron a las fuerzas conjuntas alrededor del centro de la ciudad de Al-Duraihimi en el este de Hodeidah, donde los comandantes hutíes han estado apostados en bloques residenciales desde 2018. “Los enfrentamientos se produjeron alrededor de la ciudad, los hutíes trajeron refuerzos y atacaron los puestos controlados por las fuerzas conjuntas con tanques y artillería de largo alcance”, dijo un residente.

Este vecino continuó relatando a EFE que el ataque del domingo fue el más grande que habían vivido en dos años. “Los enfrentamientos continuaron durante 12 horas y ambos lados utilizaron tanques y artillería que no habíamos visto en dos años” relataba este señor que vive en Hodeidah.

Al fin de semana le precedió una jornada dura. El lunes, los hutíes lanzaron dos ataques contra puestos controlados por las fuerzas progubernamentales en las afueras del este de la ciudad portuaria de Hodeidah. El primero se lanzó desde la calle Al-Khamseen y otro tuvo lugar en el área de Kilo 16 en la ciudad oriental de Hodeidah, manifestó un comandante de las fuerzas conjuntas. “Como de costumbre, los rebeldes hutíes violaron el alto el fuego y rompieron el acuerdo de Estocolmo”, concluyó.

Mina antipersonas Yemen
Las Naciones Unidas advierten de nuevo la importancia de un alto el fuego

El enviado especial de la ONU para el Yemen, Martin Griffiths, advirtió ayer de que la reciente escalada militar en la estratégica ciudad portuaria de Hodeidah "va en contra del espíritu de las negociaciones en curso para lograr un alto el fuego y reanudar un proceso que abra la puerta a la paz”.

Griffiths dijo que está siguiendo "con profunda preocupación" la reciente escalada militar en la provincia de Hodeidah, a orillas del mar Rojo, donde a principios de esta semana se han recrudecido los combates entre las fuerzas del Gobierno internacionalmente reconocido por la ONU y los rebeldes hutíes chiíes, que controlan esta zona desde 2014.

La ONU teme que las negociaciones se vayan al garete. "Esta escalada militar va en contra del espíritu de las negociaciones en curso facilitadas por la ONU que pretenden lograr un alto el fuego a nivel nacional, medidas humanitarias y económicas y la reanudación del proceso político", indicó el enviado especial de Naciones Unidos en declaraciones recogidas en un comunicado.

Las Naciones Unidas pidieron a las partes enfrentadas que "detengan inmediatamente los combates" y que respeten los compromisos que asumieron" con la firma del acuerdo de Estocolmo en diciembre de 2018, un punto de partida para poner fin al conflicto, pero que ha sido reiteradamente vulnerado y cuya implementación hasta ahora se ha demostrado muy complicada.

Los combates entre los dos bandos se han recrudecido en la última semana, después de que los hutíes están intentando expulsar a las fuerzas gubernamentales, respaldadas por la coalición árabe liderada por Arabia Saudí y Emiratos Árabes Unidos (EAU) de las áreas del sur de Hodeidah.

Hasta el momento, el Ejército yemení ha informado de varias bajas en los combates, sin precisar un número, mientras que el enviado especial de la ONU ha advertido de que entre las víctimas se encuentran civiles, incluidos mujeres y niños.

La estratégica ciudad portuaria de Hodeidah ha sido escenario de cruentos combates en los últimos años, especialmente en 2018, cuando la coalición bloqueó el puerto de la localidad, el más importante para el aprovisionamiento del país y cuyo cierre provocó una escasez aguda de alimentos y llevó a la población al borde de la hambruna.

La guerra del Yemen ha sido ampliamente criticada por la comunidad internacional y ha metido al país en un callejón sin salida que mantiene a cerca del 80% de la población dependiente de la ayuda internacional en lo que la ONU ha calificado como la peor catástrofe humanitaria del planeta.

Yemen Saná
El cierre del programa FAO aumenta el riesgo de hambruna entre los yemeníes

Este mismo lunes, las Naciones Unidas advirtieron también de que más de 200.000 familias de Yemen están en riesgo de sufrir una grave inseguridad alimentaria por la repercusión que puede tener el cierre de un programa de asistencia para la vacunación de ganado, su principal fuente de ingresos.

La coordinadora humanitaria de la ONU para el Yemen, Lise Grande, afirmó en un comunicado que los afectados son "de los más pobres del Yemen y ya están hambrientos, por lo que detener este programa de la Organización para la Alimentación y la Agricultura (FAO) sería el golpe final para ellos”

El cierre de ese programa de vacunación, advirtió, ha aumentado la muerte y enfermedad entre el ganado, del que dependen 215.000 familias en zonas rurales de un país que está inmerso en una guerra desde hace más de cinco años. "Si su ganado está enfermo o muere, estas familias pierden su fuente de ingresos, que necesitan para sobrevivir", destacó Grande.

Según la ONU, la ganadería es la principal fuente de ingresos de 3,2 millones de personas en el Yemen, que crían cabras, ovejas y otro tipo de animales, tanto para su consumo como para la venta de cabezas de ganado o de productos derivados. El año pasado, la FAO proporcionó asistencia veterinaria a 1,6 millones de animales, beneficiando de esa forma a 100.000 ganaderos.

Ahora la organización de la ONU necesitaría tres millones de dólares para volver a poner en marcha su programa de vacunación. "Estamos en una grave crisis en Yemen ahora. Si este programa de vacunación no se reactiva habrá severas consecuencias en la vida de los ganaderos”, alertó por su parte el representante de la FAO en el país árabe, Hussein Gadain.

Naciones Unidas ha recibido este año un 30% de los fondos que había solicitado para brindar asistencia en el Yemen, que sufre la peor crisis humanitaria del mundo, en palabras del organismo internacional.

El conflicto armado en Yemen dificulta la llegada de alimentos y bienes básicos al país, las infraestructuras están devastadas y muchos yemeníes están desplazados o viven en zonas de conflicto, cercados o sin acceso a agua potable ni asistencia sanitaria.