La caída del dictador libio Muamar El Gadafi ha sumido al país en el caos más absoluto. Libia se ha convertido en un auténtico rompecabezas de alianzas y estrategias a nivel internacional. Actualmente Libia se encuentra dividida entre dos fuerzas gobernantes enfrentadas.
Por un lado está el Gobierno de Unidad Nacional (GNA), reconocido internacionalmente y con sede en Tripolí, apoyado por países como Turquía y Qatar. Por otro lado, el general Haftar, con sede en Tobruk, cuenta con el respaldo de Rusia, Egipto, Arabia Saudí, Emiratos Árabes Unidos y Jordania.
El apoyo de Ankara al GNA ha ido cambiando el rumbo de la guerra en Libia. La asistencia militar turca - incluidos asesores, equipo e información de inteligencia- ha ayudado a frenar la caída de Trípoli a manos de las fuerzas leales a Haftar. Turquía, además, ha sido acusada en múltiples ocasiones de enviar mercenarios sirios al país.
Turquía mantiene tropas en Libia desde enero para apoyar al Gobierno de Acuerdo Nacional sostenido por la ONU en Trípoli, acosado por las milicias del mariscal Haftar, que controla parte del país. Por ello, ayer el parlamento turco aprobó una moción pidiendo una extensión del despliegue de tropas en Libia por otros 18 meses.
La propuesta fue presentada por la presidencia la semana pasada, a la luz de una solicitud de asistencia militar por parte del gobierno de Libia, reconocido por la ONU.
La moción se aprobó con el apoyo en bloque del partido islamista de Justicia y Desarrollo (AKP), que gobierna desde 2002, y con el apoyo de su aliado, el derechista Movimiento Nacional (MHP). Mientras que los principales partidos de la oposición, el Partido Popular Republicano (CHP), el Partido Democrático del Pueblo (HDP), y el Partido del Bien (İYİ) votaron en contra.
"Hay amenazas de Libia a Turquía y a toda la región, y si los ataques se reanudan de nuevo, los intereses de Turquía en la cuenca del Mediterráneo y el norte de África se verán afectados negativamente", exponía la moción.
La decisión turca de extender el despliegue de sus tropas se produce después de un alto el fuego negociado por la ONU en Libia declarado en octubre. El acuerdo de alto el fuego preveía la salida de fuerzas extranjeras y mercenarios en tres meses.

En la moción también se hacia referencia a este alto el fuego y señalaba que “la paz permanente, el alto el fuego acordado en octubre y el diálogo político en Libia son de gran importancia para Turquía”. "Turquía, en el marco del Memorando de Seguridad y Cooperación Militar firmado con Libia, seguirá contribuyendo a la capacitación y el apoyo de consultoría a Libia", exponía el escrito.
En enero, Turquía envió sus tropas al país norteafricano con un mandato de un año, por lo que este proyecto de ley permite al país euroasiático renovar por un año más el mandato que entró en vigor en 2019 tras un acuerdo de seguridad y cooperación militar con la administración respaldada por la ONU en Trípoli.
El parlamento turco durante la sesión del martes también aprobó otra moción para extender el despliegue de las tropas turcas en Afganistán por 18 meses como parte de la misión de apoyo de la OTAN en el país devastado por la guerra.
"Turquía, que tiene profundos lazos de amistad y hermandad con Afganistán, siempre ha respaldado la unidad, la integridad y la independencia del país", leía la moción.
La legislación entró en vigor el 6 de enero de 2019, permitiendo al gobierno turco enviar tropas a Afganistán para apoyar la misión de Apoyo Resoluto dirigida por la OTAN. Después de terminar la misión de combate de 17 años en el país asiático en 2018, ésta ha evolucionado hacia el entrenamiento y asesoramiento de las nacientes fuerzas de seguridad afganas.