Las asociaciones musulmanas de Cataluña se oponen a la gestión marroquí del islam

Por Paco Soto
Foto: Mounir Benjelloun, presidente de la Comisión Islámica de España.
 
La decisión de confiar la gestión y representación del islam a Marruecos no ha sentado nada bien a muchas asociaciones musulmanas de Cataluña. Según publicó esta semana el diario madrileño ‘El Mundo’, el Gobierno de la Generalitat de Cataluña quiere que Marruecos desempeñe el papel de representante del islam en esta comunidad autónoma. La  propuesta se hizo en el marco del denominado ‘Plan Marruecos 2014-17’ que aprobó la Generalitat el pasado lunes para satisfacer algunas de las aspiraciones de los 270.000 marroquíes que viven en Cataluña. ‘El Mundo’ asegura que “el plan otorga un papel clave a Marruecos en la elaboración de los contenidos religiosos destinados a la mayoría de los musulmanes en Cataluña así como en su difusión a través, probablemente, de la enseñanza en escuelas y mezquitas”. Con esta media, los dirigentes catalanes  quieren atraer a su estrategia soberanista de cara a la consulta del 9 de noviembre a muchos marroquíes con derecho a voto en Cataluña. Algunas asociaciones que representan el culto musulmán en Cataluña rechazan la iniciativa de la Generalitat. “No entendemos por qué Cataluña ha acudido a Marruecos para introducir la enseñanza del islam en las aulas catalanas”, declaró  el presidente de la Comisión Islámica de España (CIE), Mounir Benjelloun, al diario ‘El Mundo’. Abundando en la misma línea, Benjelloun, que es marroquí de Casablanca, explicó que “la implantación de la asignatura de religión islámica en las aulas sólo corresponde a la Comisión Islámica” y no a ningún país extranjero, tal y como está estipulado en el convenio firmado en 1992 entre esta asociación y el Gobierno español. “Cataluña a día de hoy pertenece a España, por lo que tiene que cumplir este convenio de colaboración”, puntualizó el presidente de la institución más importante  de los musulmanes en España. Según Mounir Benjelloun, “la Generalitat comete un gran error al permitir la injerencia de otro país [en referencia a Marruecos] en la enseñanza del islam, y más si hay una organización que representa a todos los musulmanes” que viven en territorio español, y “no sólo a los marroquíes”. 
 
“No estamos contra Marruecos”
El presidente de la Comisión Islámica de España quiso dejar claro que “nosotros no estamos ni a favor ni en contra de Marruecos”. Y agregó: “Sólo queremos que se cumpla el convenio de colaboración, que señala que únicamente la Conferencia Islámica Española puede cumplir todo lo relacionado con la asignatura de religión islámica”.  Por su parte, el presidente de la Unión de Comunidades Islámicas de España (UCIDE), Riay Tatary, destacó, en declaraciones a Europa Press, que la enseñanza del islam a los alumnos musulmanes residentes en España depende de la Comisión Islámica de España y que “nadie debe interferir”. Tatary recordó que  ya existe una legislación aprobada al respecto, un convenio sobre designación y régimen económico de las personas encargadas de la enseñanza religiosa islámica, según el cual, la CIE es la encargada de “comunicar a las administraciones educativas el nombre de las personas designadas para impartir la enseñanza religiosa islámica en los centros docentes en los que exista demanda de esta enseñanza”. Asimismo, la Junta Islámica española también  criticó el plan de la Generalitat, porque, en su opinión, lo que plantea supone “una cesión de soberanía” a Marruecos, al otorgarle capacidad de decisión en la forma en que se enseñaría el islam y la lengua árabe. En declaraciones a la agencia Servimedia, fuentes de esta organización explicaron que el desacuerdo con la medida no tiene relación con el fondo de la iniciativa, “puesto que sería un enriquecimiento para toda la sociedad y abriría oportunidades laborales”, sino que es fruto de que esta iniciativa no se vaya a gestionar desde el Gobierno español y  “con los musulmanes que vivimos en España”.
 
Maniobra electoralista
Convergència i Unió (CiU), que jamás manifestó demasiado interés por los centenares de miles de musulmanes que viven en Cataluña, hace todo lo posible por atraer a sus objetivos soberanistas a una parte sustancial de la comunidad islámica. El sector más importante de esta comunidad plural y diversa es el marroquí. A través de organismos como la Fundació Nous Catalans, dirigida por el militante de Convergència Democrática de Catalunya (CDC) Ángel Colom, los nacionalistas quieren sumar apoyos entre los inmigrantes marroquíes. Una parte importante de este colectivo está bien integrada en Cataluña y una pequeña minoría, que en muchos casos procede de regiones marroquíes con un fuerte componente bereber, como el Rif, apoya el proceso soberanista catalán. Colom, que fue representante de la Generalitat en Marruecos varios años, es un personaje clave en esta estrategia. Tiene los contactos adecuados, tanto en Marruecos como en Cataluña, para atraer a la estrategia soberanista catalana a ciertos sectores de la inmigración marroquí y de otros países. Un miembro de la Unión de Comunidades Islámicas de Cataluña (UCIDCAT) contactado por Atalayar consideró que “la estrategia de la Generalitat es oportunista, es una maniobra electoralista. Colom, al que conocemos bien, quizá sea sincero. Pero el Gobierno al que apoya representa a la derecha nacionalista catalana, que es bastante conservadora y xenófoba. Quieren nuestro voto, pero no les interesa el islam”. Ghaidouni Mohamed, presidente de esta organización que agrupa a 150 colectivos y representa a más del 60% de la población musulmana catalana, piensa lo mismo que su compañero. Por su parte, una responsable de la Associació  de Dones Musulmanes a Catalunya, que agrupa a mujeres islámicas, valoró “negativamente” la propuesta de la Generalitat de conceder a Marruecos la gestión del islam, porque “va en contra de las normas vigentes en el Estado español y tiene un objetivo meramente electoralista”. Según datos del 2011 del Observatorio Andalusí, en Cataluña hay 427.000 musulmanes, 66.000 de ellos de origen español. Las dificultades con las que se encuentran para vivir en Cataluña son muchas. Los dirigentes nacionalistas en el poder han hecho poco para lograr la plena integración de los musulmanes en la sociedad catalana, y “sólo se acuerdan de nosotros cuando necesitan el voto”, asegura el miembro de la UCIDCAT interrogado por Atalayar.