Francia: fuerte sesgo laboral contra personas procedentes del norte de África
Las dificultades que encuentran los inmigrantes procedentes de la región del Magreb que buscan trabajo en el mercado laboral francés han sido reveladas recientemente por un estudio del Instituto Nacional Francés de Estadística y Estudios Económicos (INSEE). A pesar de los numerosos compromisos y promesas para abordar el problema, Francia y otros países europeos siguen siendo puntos críticos del sentimiento antiinmigrante. Esto es cierto y sucede.
El artículo también reveló que, debido a los estereotipos desfavorables sobre su ascendencia y orígenes, los solicitantes de empleo de origen norteafricano se enfrentan a una exclusión significativa en Francia. Según los datos del INSEE, publicados en marzo, que cubren la etapa que engloba los años 2019 y 2020, la probabilidad de que un solicitante de empleo sea investigado después de una entrevista de trabajo depende del género y el país de origen del entrevistado. Según el estudio, los empleadores tratan los currículums, de calidad comparable, de manera diferente a los que no la tienen, incluso si las únicas diferencias son el género y el país de origen de los candidatos, que indicarían su nombre y apellido.
El estudio encontró que incluso cuando los solicitantes del norte de África completan su educación, reciben sus diplomas y solo trabajan en Francia, los reclutadores los contactan con un 32% menos de frecuencia que a los solicitantes sin “ascendencia migrante”. Debido a que las mujeres de ascendencia norteafricana tienen un 9% más de probabilidades que los hombres de volver a tener noticias de los reclutadores, la tesis encontró que el género de una persona que busca trabajo también afecta sus posibilidades. Por tanto, se puede decir que, entre las formas de discriminación que sufre el colectivo magrebí en Francia, el varón es el que experimenta mayores dificultades para conseguir un empleo.
Sin embargo, en comparación con las mujeres sin ascendencia migrante, las mujeres de ascendencia norteafricana tienen un 29% menos de probabilidades que aquellas sin ascendencia migrante de recibir una llamada del departamento de Recursos Humanos después de una entrevista inicial. Los hombres de ascendencia norteafricana tienen un 34% menos de probabilidades que sus homólogos franceses o europeos de ser contactados para una segunda entrevista.
El racismo en el lugar de trabajo es un problema que resulta de las barreras que enfrenta la comunidad inmigrante en la búsqueda de educación superior. Un estudio reciente descubrió que las universidades francesas aún luchan contra los prejuicios contra los nombres con raíces norteafricanas y árabes. El estudio analizó las políticas de admisión de 84 universidades para más de 2.000 programas de estudios, fue publicado por la Universidad Gustave Eiffel y dirigido por Sylvain Chareyron, Berlanda Desuza Fils-Aime y Yannick L'Horty.
Según el estudio, la diferencia de 7,7 puntos es menor que la diferencia de 8,6 del año anterior, pero aún representa una diferencia relativa del 11 al 12 % en la probabilidad de recibir una respuesta a una solicitud directa. Los investigadores también señalan que parece que la discriminación en el norte de África afecta por igual a los estudiantes masculinos y femeninos. Previamente, se han hecho hallazgos similares en varios países europeos y países occidentales, lo que demuestra que los solicitantes de empleo y educación superior experimentan constantemente tasas de rechazo más altas si sus nombres “suenan no occidentales”, incluso si sus calificaciones académicas tienen un valor parejo.
Preocupaciones similares sobre los prejuicios y problemas relacionados con los que se han topado los inmigrantes en Francia a lo largo de los años, tanto en el trabajo como en muchas otras facetas de la vida, se han planteado en numerosos informes a lo largo de estos años. Las minorías fueron objeto de “discriminación aparente” en el proceso de contratación, según un estudio del Gobierno francés de 2020. En comparación con los solicitantes cuyos nombres y apellidos eran de origen europeo, el estudio encontró que aquellos con nombres que “sonaban árabes” tenían menos del 25% de posibilidades de que se les considerara seriamente para un trabajo.
Varios años de investigación revelaron que siete empresas nacionales, incluidas Air France, Accor, Altran, Rexel, Arkema y Sopra Steria, se involucraron en prácticas de contratación discriminatorias al dar preferencia a candidatos cuyos nombres sugerían que eran de ascendencia francesa o europea. Los candidatos con nombres que sonaban europeos tenían una tasa de éxito del 12,5%, mientras que los candidatos con nombres que sonaban norteafricanos tenían una tasa de éxito del 9,3%, según el estudio. Informes similares han enfatizado la necesidad de que Francia y otras naciones europeas intensifiquen sus esfuerzos para combatir el racismo y la discriminación racial en varias ocasiones.
La ONU ha advertido que el racismo y la discriminación están “en el centro de las inquietudes políticas y sociales”, reconociendo la gravedad del problema de los prejuicios contra los inmigrantes y los descendientes de inmigrantes. Según una declaración reciente publicada en el sitio web de la ONU, “los Estados miembros del Consejo de Europa han estado tomando medidas y realizando esfuerzos constantes para combatir estas tendencias durante muchos años en respuesta a las manifestaciones persistentes de racismo y xenofobia”, escrita por Isil Gachet, secretaria ejecutiva de la ECRI (Comisión Europea contra el Racismo y la Intolerancia).
