Muere el duque de Edimburgo a los 99 años
Este viernes, el palacio de Buckingham ha anunciado el fallecimiento del príncipe Felipe a los 99 años. “Con profundo pesar Su Majestad la Reina ha anunciado la muerte de su amado esposo, Su Alteza Real el Príncipe Felipe, Duque de Edimburgo. Su Alteza Real falleció pacíficamente esta mañana en el Castillo de Windsor”, anunciaba la Familia Real británica en un comunicado.
El marido de la reina Isabel anunció en 2017 su jubilación, lo que suponía el fin de sus tareas oficiales. Desde entonces, su salud empeoró notablemente. A partir del pasado febrero el Príncipe tuvo que ser ingresado en el hospital en varias ocaciones por problemas cardiovasculares. El duque abandonó por última vez el hospital King Edward VII el 16 de marzo.
Felipe de Edimburgo nació el 10 de junio de 1921 en Corfú, Grecia. Fue el único hijo de los príncipes Andrés de Grecia y Dinamarca y Alicia Battenberg, que ingresó en un psiquiátrico cuando Felipe tan solo tenía 8 años. Después de una etapa de inestabilidad en Grecia, la familia real se vio obligada a abdicar, por lo que la familia de Felipe se trasladó a París y posteriormente a Inglaterra. Por este motivo, el príncipe cambió de internado con frecuencia.
Una vez que terminó sus estudios se unió a la Royal Navy se convirtió en el subcomandante más joven de la Armada. Luchó en el bando británico durante en la Segunda Guerra Mundial, participando en la Batalla de Creta y la Batalla del Cabo Matapán. En 1942 participó en los desembarcos aliados en Sicilia contra el fascismo y también estuvo presente durante la firma del acta de rendición japonesa.
El duque de Edimburgo comenzó su época de consorte real en 1947, cuando se casó con la reina Isabel en la Abadía de Westminster. Esta boda, celebrada en plena posguerra, creó alegría entre la población, que todavía se recuperaba de la contienda, pero también creó recelos por los lazos que el duque tenía con Alemania. Sus cuatro hermanas se casaron con alemanes que tenían vínculos con el nazismo, por lo que ninguna de ellas fue invitada a la boda. De este matrimonio nacieron Carlos, Anna, Andrés y Eduardo.
El duque tuvo que renunciar a su religión y a su lealtad a Grecia para poder contraer matrimonio con la reina Isabel. Asimismo, tuvo renunciar a que sus hijos llevasen su apellido. La idea de mantener el apellido real británico, Windsor, fue idea del primer ministro Winston Churchill, que tampoco vio con buenos ojos la relación del duque con la Alemania nazi. “No soy nada más que una maldita ameba. El único hombre en Inglaterra al que no se le permite darles apellido a sus hijos”, comentó el príncipe en una ocasión. Felipe siempre se ha mantenido en un segundo plano respecto a asuntos reales o políticos, dejando que su mujer, la reina Isabel, diese la cara. No obstante, respaldó iniciativas filantrópicas y estuvo ligado a más de 800 organizaciones. En 1956 fundó el Duke of Edinburgh Awards Scheme, un programa dedicado a los jóvenes de más de 130 países. También, pese a su avanzada edad, visitó en 2006 las fuerzas británicas en el sur de Irak.
Después de anunciar su retirada de la vida pública y de las tareas oficiales, el duque pasó gran parte del tiempo en una casa de campo en Sandringham, a 170 kilómetros de Londres. El duque, que siempre fue un apasionado de la naturaleza, fue miembro activo del Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF). Los últimos años los dedicó a leer, pintar y cazar, uno de los deportes favoritos del duque. No obstante, durante su juventud también practicó otros deportes como el polo o la vela. Felipe, desde el retiro, estuvo muy pendiente de las últimas polémicas que envolvieron al palacio de Buckingham. Meghan Markle, exactriz y esposa del príncipe Harry, acusó a la Familia Real de racismo. “Cuando yo estaba embarazada hubo preocupaciones y conversaciones sobre lo oscura que podría ser la piel de mi hijo cuando naciera”, declaró Meghan en una entrevista con Oprah Winfrey, en la que también participaba su marido, el nieto del Duque. El príncipe Harry también criticó a su familia y dijo sentirse “atrapado”. La Familia Real, incluida la Reina, tuvieron que dar explicaciones sobre las incendiarias declaraciones.
