El Gobierno del primer ministro indio, Narendra Modi, mantiene en Moscú a cuatro pilotos militares de pruebas, que se adiestran en suelo ruso para convertirse en cosmonautas y volar al espacio en los próximos años a bordo de la capsula Gaganyaan, palabra que en español significa “nave celeste”. El periodo de adiestramiento de los cuatro aviadores se desarrolla en medio de la pandemia de coronavirus que también azota Rusia ‒con más de 21.000 infectados oficiales‒, cuyo epicentro es precisamente la capital rusa. Todos ellos se encuentran internados en el Centro de Entrenamiento de Cosmonautas, Investigación y Pruebas Yuri Gagarin, un extenso complejo de instalaciones, laboratorios y viviendas situado a unos 40 kilómetros al noroeste de Moscú.
Seleccionados entre centenares de pilotos por un tribunal constituido por especialistas de la Fuerza Aérea, la Organización de Investigación Espacial India (ISRO) y asesores rusos, el pequeño grupo de pilotos está inmerso en un plan de estudios y prácticas de 12 meses que les debe capacitar para obtener la titulación de cosmonautas. Sin embargo, desde hace dos semanas y al igual que sus profesores, los militares indios están sujetos a las medidas de aislamiento, distanciamiento social y teletrabajo impuestas por Vladimir Putin a la población rusa desde finales de marzo, que se prolongarán al menos hasta el 30 de abril.

La dirección del Centro asegura que los cuatro pilotos están “sanos”, gozan de “supervisión médica diaria”, su adiestramiento “no se ha suspendido” y ya han completado “cerca de la cuarta parte del programa”.
Con el visto bueno del presidente la ISRO, Kailasavadivoo Sivan, el programa de estudios siguen los pilotos indios así como su estancia en el Centro ha sido diseñado específicamente para ellos por el profesorado ruso. Entre sus particularidades se encuentra el aspecto culinario, que evita comidas condimentadas con carne de vacuno y, en cambio, oferta gran variedad de platos vegetarianos.
Los aviadores indios comenzaron su formación a mediados de febrero y las primeras semanas las dedicaron de manera preferente a perfeccionar el idioma ruso. El motivo principal es que la documentación escrita y visual del curso está en lengua cirílica, al igual que la información grabada en los simuladores de las naves espaciales en las que se ejercitan.

En próximos periodos tendrán que llevar a cabo las fases de supervivencia en condiciones invernales, en el mar y en zonas desérticas, para el caso de que al regresar a tierra caigan en una de zona no prevista.
También deben efectuar saltos en paracaídas y bucear con escafandras especiales en la gigantesca y profunda piscina del Centro de Entrenamiento para realizar tareas equivalentes a paseos espaciales. Y acostumbrarse a la sensación de micro gravedad a bordo de un avión especial Ilyushin-76MDK, cuyos ascensos y descensos en picado provocan una decena de momentos a gravedad cero, cada uno de alrededor de 25 a 28 segundos de duración.
Una vez concluya el periodo de confinamiento decretado por Vladimir Putin a causa de la pandemia, una Comisión mixta indio-rusa deberá proponer de manera consensuada si se reanuda el curso de formación presencial o se cancela la formación y los aviadores regresan a la India en espera de que desaparezca el coronavirus COVID-19.

Sin embargo, en ámbitos políticos y sociales influyentes del país ya han surgido voces que discrepan de la conveniencia de seguir con planes multimillonarios establecidos hace unos años, en momentos de crecimiento desbordado y alegría económica.
Uno de ellos es precisamente Gaganyaan, con un coste estimado entre los 1.300 y 1.700 millones de dólares, una iniciativa que busca el prestigio internacional de la nación y cuya razón de ser es enviar cosmonautas nacionales al espacio para conmemorar por todo lo alto el 75 aniversario de la Independencia del país, que se celebrará el 15 de agosto de citado año.
Con más de 10.000 infectados y cerca de 500 fallecidos por coronavirus ‒según datos oficiales‒, y tras haber ampliado el confinamiento de la población hasta el 3 de mayo, las dificultades para recoger las cosechas, mantener la cadena de suministros y alimentar a sus 1.300 millones de habitantes pueden desencadenar un desastre colosal en todo el subcontinente.
Uno de los que cuestionan proseguir con la misión Gaganyaan es el parlamentario y economista Jairam Ramesh, presidente de la Comisión de Ciencia, Tecnología, Medio Ambiente, Bosques y Cambio Climático. El exministro de Desarrollo Rural y también extitular de la cartera de Sanidad y Agua Potable, Jairam Ramesh considera que se debería retrasar la misión “al menos 3 o 4 años”, lo que no repercutiría en gran medida en el proyecto y, en cambio, permitiría volcar grandes recursos en combatir la pandemia.
El programa Gaganyaan fue anunciado de forma sorpresiva por el reelegido primer ministro, Narendra Modi, durante su discurso del Día de la Independencia de 2018. Como competidor directo de Pekín en el plano estratégico, el Gobierno de Nueva Delhi aspira a posicionarse una de las grandes potencias espaciales e intentar igualar los logros de Estados Unidos, Rusia y China, que ya cuentan en su haber con hombres y mujeres que han viajado a la órbita terrestre.

Por el momento, el programa Gaganyaan que dirige la ISRO (Indian Space Research Organisation) está muy avanzado, aunque falta poner a punto los sistemas de supervivencia de los cosmonautas a bordo. Pero ya ha finalizado el desarrollo el escudo térmico de la capsula, el sistema de escape, la escafandra de los cosmonautas y se ha recuperado en el mar una capsula no tripulada. Y también están muy definidos los dos vuelos de prueba sin tripulación antes de enviar al espacio la primera capsula con humanos en su interior.
Al tratarse de una astronave con capacidad para albergar a tres cosmonautas, los cuatro que ahora se encuentran en Moscú son insuficientes. Al menos otro grupo de cuatro aviadores deberá recibir idéntica formación en Rusia para poder tener una tripulación de reserva.

Ninguno de los cuatro pilotos de prueba que ahora están en periodo de formación se convertirá en el primer cosmonauta indio. Un acuerdo alcanzado en 1980 entre el mandatario soviético Leónidas Brezhnev y la primera ministra india Indira Gandhi, permitió que 40 años atrás, dos pilotos de pruebas de la Fuerza Aérea India ya se adiestraran en el Centro de Entrenamiento de Cosmonautas.
El elegido para alcanzar la gloria fue Rakesh Sharma, que el 3 de abril de 1984 voló en la capsula espacial Soyuz T-11 hasta el complejo orbital ruso Salyut-7, donde permaneció cerca de 8 días conviviendo con los rusos Yuri Malyshev y Gennady Strekalov. Junto a Rakesh Sharma, en Moscú también se capacitó Ravish Malhotra, pero no tuvo ocasión de alcanzar el espacio.