Rabinovich: “La inmunoterapia podría tratar todas esas enfermedades con un trasfondo inflamatorio”

En la farmacia de sus padres en Córdoba (Argentina), Gabriel Rabinovich entendió ya de niño que su vocación estaba ligada a la salud y el bienestar de las personas. Su investigación sobre el papel de las galectinas en el sistema inmunológico, que ha abierto nuevas vías para tratar el cáncer y las enfermedades autoinmunes, lo ha consolidado como un referente internacional. Ahora, el bioquímico afronta un nuevo reto: liderar uno de los grupos de investigación del CaixaResearch Institute, el primer centro de investigación especializado en inmunología de España.
¿Tenía interés por la ciencia ya de niño? ¿Tuvo algún referente que lo marcase?
Mis padres tenían una farmacia en la ciudad de Córdoba (Argentina) y yo les ayudaba a ordenar los remedios y veía a los pacientes que venían. Recuerdo que le dije a mi padre: «Yo quiero hacer algo que tenga que ver con la salud para mejorar la vida de los pacientes». También tuve la influencia de dos profesoras de biología y de química, en secundaria, que hicieron que me enamorase de la ciencia. Y cuando cumplí 13 años, mi hermana Sandra me regaló el libro Cosmos, de Carl Sagan. Esta frase se me quedó marcada: «Sea cual fuere el camino que sigamos, nuestro destino está ligado indisolublemente a la ciencia. Es esencial para nuestra simple supervivencia que comprendamos la ciencia. Además, la ciencia es una delicia; la evolución nos ha hecho de modo tal que el hecho de comprender nos da placer porque quien comprende tiene posibilidades mayores de sobrevivir».
¿Cuál es su motivación principal como investigador?
Para mí, hacer investigación es descubrir para transformar el conocimiento, el mundo y la sociedad. Es brindar oportunidades: oportunidades a los estudiantes para formarse, oportunidades a los pacientes para mejorar sus patologías y esa oportunidad de introducir nuevos conocimientos originales en el conocimiento universal.
¿Qué papel juegan los azúcares (glicanos) en la vida de nuestras células?
Antes, cuando estudiábamos química biológica, nos decían que los azúcares eran un ornamento decorativo de las células que formaba el llamado glicocalix. Durante años pensamos que no tenían una función. Hoy se sabe que tienen información biológica clave que puede ser descifrada por unas proteínas que se unen a ellos llamadas lectinas. Al unirse a estos azúcares en forma específica, según el tipo de azúcar y su configuración, indican a esas células qué hacer, si proliferar, morir o diferenciarse.
¿Y cuál es su rol en el sistema inmunológico?
Nuestro sistema inmunológico normalmente reacciona frente a microbios, bacterias, virus, parásitos, hongos o tumores. Pero llega un momento en que la respuesta inmunológica de esos miles de millones de linfocitos que ya reaccionaron tiene que volver a su normalidad; de lo contrario, corremos el peligro de generar una enfermedad autoinmune, como la artritis reumatoidea, la esclerosis múltiple, la diabetes, etc. Nosotros descubrimos que una proteína de la familia de las galectinas, la galectina 1, tiene la capacidad de decodificar los azúcares en los linfocitos, en células del sistema inmunitario o en células endoteliales, y promover programas inmunológicos y vasculares. Cuando la respuesta inmunológica llega a un pico, la galectina 1 se encarga de volver a equilibrar el sistema inmune.
A partir de este hallazgo hemos podido crear una plataforma terapéutica basada en la galectina 1 que permite eliminar aquellos linfocitos que están causando daño, por ejemplo, a las articulaciones en el caso de la artritis reumatoidea, a las vainas de mielinas del cerebro en la esclerosis múltiple o al páncreas en la diabetes.
¿Este hallazgo tuvo otras implicaciones?
También descubrimos algo muy interesante: por qué los linfocitos de las mujeres embarazadas no dañan al feto (que es mitad antígenos maternos y mitad paternos). Resulta que la galectina 1 silencia a esos linfocitos maternos durante el primer trimestre del embarazo para no dañar al feto.
¿Y en el caso de los tumores?
Observamos que, al crecer, los tumores se apropian de esta proteína y, cuando un linfocito va a dañarlos, producen galectina 1 para eliminarlo y evadir la respuesta inmune. O sea, que la galectina 1 es buena en algunas ocasiones (durante el embarazo o para resolver la respuesta inflamatoria), pero es dañina en el caso del cáncer.
¿Habéis logrado tratar esos tumores?
Diseñamos un anticuerpo monoclonal que neutraliza la galectina 1 y, en modelos experimentales de distintos tipos de tumores, logramos eliminarla para aumentar la respuesta inmunológica. También se evita la formación de vasos sanguíneos, con lo que el tumor deja de recibir oxígeno y nutrientes, y frena de esta manera su crecimiento.
¿Podría este tipo de medicamentos representar la cura definitiva para ciertos tipos de cáncer?
Preferiría hablar de tratamiento. En el caso de la inmunoterapia, durante las últimas décadas ha habido una revolución enorme. Antes, nadie pensaba que estimular la respuesta inmune frente a un tumor pudiera ser el secreto para eliminarlo: se ponía énfasis en la quimioterapia, en la radioterapia, teniendo como foco la célula tumoral. Hoy el foco es el microambiente y, si tenemos en cuenta que la galectina 1 modula diferentes componentes de ese microambiente, esto hace pensar que bloquearla podría modular los tumores, inclusive muchos que son resistentes a la inmunoterapia. Y esto es lo que estamos comprobando en modelos experimentales. Uno de los tumores en los que está teniendo más éxito es el cáncer colorrectal, pero lo hemos extrapolado a una gran diversidad de tumores.

A finales de 2024 se anunció que su equipo era uno de los primeros grupos de investigación del nuevo CaixaResearch Institute. ¿Qué impacto puede tener este nuevo modelo de centro en el panorama de la investigación científica en España?
Es un modelo único. Su singularidad es que va a estar dedicado completamente a la inmunología y, hoy en día, la inmunoterapia está dando soluciones a muchas patologías que antes se abordaban desde la especialidad.
Más allá de las infecciones o la interacción patógeno-huésped, la inmunoterapia da soluciones a la neurología (aplicada al alzhéimer o a la esclerosis múltiple), a la cardiología (por la inhibición de la respuesta inflamatoria en las patologías cardiovasculares), a la endocrinología y, por supuesto, al cáncer. Hoy en día se sabe que la inmunoterapia puede servir para tratar cada una de esas enfermedades porque tienen un trasfondo inflamatorio. De hecho, el propio envejecimiento trae aparejada una inflamación subyacente y, si la comprendiéramos más en profundidad, podríamos tener un envejecimiento más saludable.
El CaixaResearch Institute promete ser una insignia de la producción de calidad y, por otro lado, también de la traslación de todos estos conocimientos para generar nuevos productos y aportar a la sociedad en su conjunto. Y que lo respalde la Fundación ”la Caixa” es una gran garantía.
¿En qué va a estar trabajando su equipo?
Vamos a estudiar la acción coordinada de lo que llamamos glicocheckpoints, que son estas interacciones entre lectinas y glicanos, para entender cómo regulan las enfermedades inmunológicas. Nuestra investigación va a contar con tres aristas: cáncer, autoinmunidad (especialmente las enfermedades neurodegenerativas) e infecciones (las interacciones patógeno-huésped).
¿Por qué ha considerado que Barcelona y este centro en particular son el mejor lugar para desarrollar su investigación y avanzar en la fase clínica de los proyectos?
La generación de conocimientos nuevos tiene que ir ligada a toda una articulación para que esos conocimientos puedan llegar a la gente, formar recursos humanos y empezar a llegar a los más jóvenes. En Barcelona hay un ecosistema muy cuidado y ensamblado de ciencia, tecnología e innovación, cosa que no sucede en todas partes. En el CaixaResearch Institute, además, tendremos la gran oportunidad de colaborar con otros institutos y hacer ciencia de forma colectiva.
¿Cómo serán los tratamientos contra el cáncer y las enfermedades autoinmunes en la próxima década?
La medicina de precisión está revolucionando la forma de tratar estas enfermedades porque permite identificar qué pacientes se van a beneficiar de cada tratamiento. Mi deseo es que en el futuro no tengamos que decir a los pacientes «ya no hay más posibilidades». Porque en aquellos que generen resistencia a un determinado tratamiento podremos identificar el porqué de esa resistencia y generar un fármaco nuevo ad hoc. La interacción entre el médico y el investigador va a ser fundamental. De ahí la relevancia del CaixaResearch Institute y la colaboración con otros hospitales para crear un diálogo fluido con los médicos.