Hammam Al-Ándalus: un viaje sensorial en el centro de Madrid

Su directora territorial, Marie Audin, cuenta a Atalayar cómo es el hammam ubicado en la capital de España
Hammam Al-Ándalus
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  1. El Hammam al son de las estaciones

Justo en el centro de Madrid, en la Calle Atocha, yace un lugar colmado de historia, cultura y relajación que transporta a cualquier curioso a otro mundo. Mundo en el que se olvida el barullo madrileño, y se tiene un tiempo para sí mismo. En ese viaje, se goza de una experiencia tanto física como espiritual. No existe únicamente en Madrid, también está en las Islas Baleares, Córdoba, Málaga y Granada.

Este sitio es el Hammam Al-Ándalus, cuyo origen data de 1998 en Granada, cuando su fundador, José María García, se dio cuenta de que, a pesar de la riqueza cultural andalusí de la época, los baños públicos árabes no estaban siendo valorados. Solo eran ruinas o restos arqueológicos sin ningún tipo de uso.

Justo al lado de la Alhambra, José María García inauguró el primer hammam moderno de Europa. El objetivo no yacía únicamente en lo arquitectónico y cultural, sino que también era un deseo de transmitir una experiencia a través del silencio y la belleza. 

“Así nació Hammam Al-Ándalus, como una forma de conectar pasado y presente, historia y sensaciones”, cuenta la gestora de los establecimientos en Madrid, Marie Audin, a Atalayar. 

Hammam Al-Ándalus
Hammam Al-Ándalus

Marie Audin, de nacionalidad francesa, lleva viviendo 25 años en España, de los cuales, ocho los ha pasado gestionando como directora territorial de Madrid la empresa Hammam Al-Ándalus. 

Durante 360 días al año, las aproximadamente 80 personas (masajistas, marketing, anfitriones, mantenimiento…) trabajan codo a codo con Audin 14 horas diarias para proporcionar delicadamente la mejor relajación en las sesiones de una hora y media por reserva. 

Para ella, este establecimiento es “un lugar emocional, es un lugar sensorial, donde el agua, la luz y los aromas te invitan a parar, a cuidarte, a volver a ti. Ese sigue siendo hoy su verdadero origen, una mirada al pasado que nos ayuda a sanar el presente”.

Y ese lugar que invita a uno a cuidarse renueva constantemente sus aguas. “Seguimos protocolos de higiene rigurosos y trabajamos con sistemas energéticamente eficientes. Además, cuidamos el espacio como si fuera un organismo vivo, escuchando sus ritmos, su temperatura y sus silencios”, explica Audin.

Cada mañana limpian y desinfectan el local con mucho ímpetu, ya que es un refugio de aseo físico y emocional. Sin lugar a duda, se toman el mantenimiento como “una forma de hospitalidad”.

La inspiración a la hora de edificar los baños vino, por supuesto, de la época andalusí y los hammams históricos de Córdoba, Granada y Fez. Además de los detalles como los motivos geométricos, algunas partes de la arquitectura se ha dejado intacta, porque llevan en pie desde los años de Al-Ándalus.

Hammam Al-Ándalus
Hammam Al-Ándalus

Por dentro, la estructura es tradicional: una sala fría de 18ºC, una templada de 31-34ºC y otra caliente de 36-38ºC. “La idea es que haya por lo menos 4ºC de diferencia de una terma a otra”, explica Audin. Los visitantes suelen empezar con la zona templada para luego pasar a la caliente, donde se relajan de verdad. Y si lo necesitan, pasan a la zona fría. 

También hay unas duchas con champús que ellos mismos ofrecen y un baño de vapor que está al 90 % de humedad. Audin detalla que “a nivel respiratorio es buenísimo, para abrir los poros, para la piel, todo esto viene estupendamente”. 

Dentro de la amalgama de servicios que ofrece también están el masaje y el ritual de kessa, que tienen sus respectivos espacios cerca de la sala de reposo (donde se puede beber té, jugar al ajedrez y relajarse en una piedra caliente con estiramientos musculares) y la sala de las esencias.

El ritual de kessa es tradicional de Marruecos y Turquía. Es un método de exfoliación que rejuvenece la piel mediante el uso de un guante y jabón. En el hammam, “es una reinterpretación y la adaptamos también a las personas que vienen, que a lo mejor no todas lo conocen. (…) Utilizamos espuma de jabón, mezclamos el uso del guante de kessa con la espuma, que es súper suave, con, por supuesto, el ritual del agua”.

Curiosamente, aquellos que están acostumbrados al ritual tradicional de kessa suelen pedir que se frote el guante con más fuerza.

En la sala de esencias, aparte de la existencia de un grifo del cálido y dulce té de menta, están colgadas cuatro muestras que usan en los masajes: la veraniega Menta vital, el creativo Nenúfar mágico, la energizante Pasión de Azahar y el relajante Ámbar sensual.

Hammam Al-Ándalus
Hammam Al-Ándalus

Todas forman parte de su gama de productos del Jardín del Hammam, una invitación a llevar la experiencia dentro del local al hogar de los clientes. Inspirándose en los jardines andalusíes, elaboran su mercancía con ingredientes naturales de manera ecológica. 

“Está compuesta por aceites de masajes, brumas corporales, cremas, agua micelar, contornos de ojo, jabones, guantes kessa, incluso tenemos tés”, detalla Audin. Sigue también indicando que los compradores le han comentado que, siempre que usan los productos, recuerdan sus experiencias dentro del hammam. 

Esto forma parte de su compromiso con la salud. Se lo toman tan en serio que incluso llegan personas con problemas físicos, dermatológicos e incluso respiratorios como recomendación de los profesionales de la salud. El secreto yace en que, según Audin, “trabajamos con prácticas sostenibles y colaboramos con entidades culturales, sociales y médicas”. 

Ya sea por relajación, por salud o por probar algo nuevo, acuden personas de todas las edades, ya sea en grupo, en pareja o en total soledad. Lo que les atrae es esa sensación de transportarse a otro espacio.

“Cuando pasas el umbral del hammam estás en otra dimensión, donde hay calma, donde hay silencio, donde hay tiempo para uno mismo, que hoy en día es un lujo”, explica Audin. 

La clave de esa sensación de viaje es un factor muy determinante: el ambiente. Se fijan en aspectos como la luz, la temperatura, la decoración, la coordinación o el sonido. Por eso, la principal regla del hammam es guardar silencio. 

Incluso la arquitectura es importante: “Para nosotros la arquitectura es un elemento de desconexión total y absoluta que realmente forma parte de la experiencia. Y también la actitud de quienes están dentro, que participan en esta calma, en este silencio”.

La figura del anfitrión, que personifica el hospedaje, camina por el hammam a un ritmo tranquilo y relajante como otra pieza que contribuye a esa ambientación pacífica. 

Por otra parte, el aspecto cultural no se limita a la época andalusí, porque también traen servicios y experiencias sensoriales con rituales especiales y decoraciones de temporada basados en artistas musicales, pintores, etc. 

“Se inspira en la vida del artista y se crean pequeños rituales. Por ejemplo, ahora que está el servicio estacional inspirado por Frida Kahlo, en algún momento del masaje se usa un pincel, por ejemplo. Se usan telas también que recuerdan un poco la vida de Frida Kahlo”, detalla Audin. 

Hammam Al-Ándalus
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El Hammam al son de las estaciones

Al contrario de la creencia popular, el hammam también viene bien en verano. Es decir, se adapta a las estaciones del año con servicios, ofertas y decoraciones estacionales con la inspiración en distintos artistas. 

“El masaje del verano es un masaje que te dinamiza, que te energiza el cuerpo. Al revés, pues en otoño te desprendes de todo lo que te pesa, para prepararte para el invierno. El invierno es un masaje con bolsitas calientes, que invita más al autocuidado. Cada servicio del año va acorde con el estado de ánimo de esta estación”, resume Audin. 

En invierno, el Hammam Al-Ándalus se vuelve un espacio de introspección para la reconexión con el bienestar, la naturaleza interior y el mundo exterior a inspiración del cineasta ruso Andrei Arsenyevich Tarkovsky. Se centra en la sanación y la nostalgia. 

En primavera, ofrecen un espacio para renacer después del letargo invernal inspirado en la pintora y escultora japonesa Mika Murakami. Se centra en la sensibilidad.

Hammam Al-Ándalus
Hammam Al-Ándalus

En verano, se vuelve un “oasis pintado en los cuadros de Frida Kahlo”, es decir, lugar de relajación, equilibrio inspirado en la artista mexicana. Se centra en el descanso después de un largo viaje árido. 

En otoño, el Hammam es un espacio de transcendencia, transformación interior, el comienzo de un nuevo ego, con la inspiración en el artista holandés Maurits Cornelis Escher. Se centra en la “metamorfosis vital”. 

Y no solo se adapta al tiempo, sino que también a las personas: hay ofertas y descuentos como el del 10 % para los residentes o descuentos para niños, personas en paro… E incluso ofertas personalizadas para los miembros.