El cambio climático pone todavía más en peligro a Yemen

La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) ha advertido que “Yemen sufre una de las peores crisis alimentarias del mundo”. El sustento alimenticio del territorio está corriendo un grave peligro debido al cambio climático.
La institución ha detallado en el informe sobre crisis alimentarias globales que en 2024 cuatro regiones sufren una malnutrición “extremadamente crítica”.
Toda la península arábiga lleva registrando temperaturas más altas de lo normal desde el mes pasado, no obstante, al contrario que Yemen, tienen los recursos suficientes para abordar el problema de la sequía.

El país, además de las oleadas de calor y la escasez de lluvias que afectan tanto a su agricultura como a su ganado, lleva envuelto en una guerra civil desde el año 2015 entre los hutíes y la Administración que es reconocida de manera internacional que ha desembocado en el casi completo colapso económico, laboral e infraestructural del territorio.
La organización sin ánimo de lucro yemení Green for Environment, Climate & Development ha incidido en que la falta de organismos gubernamentales activos ha agravado la situación del país porque no cumplen con su papel de lucha contra el cambio climático. Añadiendo que “según el Informe de Desarrollo Económico del Ministerio de Planificación (2018), el sector agrícola solo aporta el 15 % de la autosuficiencia total” en el año pasado.

Las estrategias agrícolas adaptadas a la situación climática que la población desarrolló en aras de afrontar la crisis prolongada ya no parecen ser tan efectivas. Además de que la ONU dijo que el ganado se debe desplazar hacia zonas que aún tengan pasto, el cual presenta riesgo de enfermedades.
Los casos de cólera y diarrea amenazan sobre todo a las zonas rurales con el 32 % de casos globales en Yemen, según el informe de la FAO.
De igual manera, la prolongación de las altas temperaturas y de la sequía aumentan exponencialmente el riesgo de brotes de plagas que añadirían otro problema grave a la crisis alimentaria.
El ingeniero geólogo de la Autoridad de Recursos Hídricos Yousef Al-Nahmi confirmó que todas las cuencas hidrográficas (especialmente la de Saná) están gravemente amenazadas por la sequía.
Según la Oficina de las Naciones Unidas de Servicios Para Proyectos (UNOPS), Yemen también se enfrenta a “patrones impredecibles de precipitaciones” que ponen a los agricultores en una situación muy vulnerable.
La FAO advirtió de que casi 18 millones de personas “se enfrentan a niveles elevados de inseguridad alimentaria aguda” y que se necesitan casi 80 millones de dólares de ayuda.
También alertó de que el cultivo de secano es muy vulnerable a los cambios de humedad repentinos en su etapa de crecimiento, mientras que los de regadío necesitan ayuda ante la sequía.

La fertilidad del suelo se ha perdido por culpa del cambio climático, intensificando así la desertificación y la erosión. El Informe Nacional sobre la Lucha contra la Desertificación en Yemen (2004) analizó que el 97 % de todo el territorio cayó víctima de este conflicto en distintos grados.
Además, el Instituto de Recursos Mundiales concluyó en un informe que la nación tiene previsto sufrir un estrés hídrico del 100 % para 2050 por su cultivo de regadío y sus lluvias irregulares.
La investigadora de salud pública yemení Wafaa Al-Sanidar advirtió que es necesaria la implementación de proyectos e iniciativas con el fin de preparar a Yemen contra el problema del cambio climático. Al-Sanidar argumentó la urgente necesidad del uso de las energías renovables y la edificación de embalses y presas entre otras medidas.
Yemen recibe ayudas de distintas organizaciones benéficas internacionales, no obstante, no son suficientes ante un panorama de conflicto que frena cualquier tipo de afán nacional de curar la crisis humanitaria agravada por el calentamiento global.