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Marruecos anunció que va a distribuir en zonas rurales 60.000 hornos de nueva generación que sirvan como cocina y calefacción a lo largo de los próximos diez años, para conseguir un ahorro anual de 150.000 toneladas de leña.
El Alto Comisario de Aguas, Bosques y Lucha contra la Desertificación, Abdeladim Lhafi, dijo en un encuentro en Rabat que la demanda nacional creciente de leña, especialmente en invierno, supera considerablemente la capacidad de los bosques con que cuenta del país.
La estrategia del Alto Comisariado consiste en la distribución de estos “hornos multi-uso” por un coste para el Estado de 60 millones de dirhams unos 5,5 millones de euros) en aquellas zonas rurales donde el horno es el principal instrumento de cocina y sirve en invierno como calefacción.
Los primeros 2.000 hornos se han regalado a otras tantas primeras familias en una primera etapa, entre poblaciones que deben reunir ciertos criterios de vulnerabilidad y aislamiento.
Este año se ha logrado reducir la recogida de leña en 7.500 toneladas, pero el objetivo es llegar a un ahorro anual de 150.000 toneladas en diez años, equivalentes a 4.000 hectáreas de eucaliptos. Esta estrategia de ahorro de leña va en paralelo con las campañas de reforestación y con la progresiva introducción de otras fuentes de energía renovable (solar, eólica).
Los marroquíes consumen anualmente 11,3 millones de toneladas de leña, que procede en un 53 % del bosque, mientras que el resto procede de la biomasa agrícola. Este producto se usa masivamente (88,7 %) en el medio rural, esencialmente en el Medio Atlas. Mientras, la leña que se consume en el medio urbano va destinada en su mayoría a uso de establecimientos económicos (como los hornos o los baños populares públicos).