Trump frente al desafío global de la emigración

El pasado 15 de marzo, la Casa Blanca anunciaba el regreso a El Salvador de dos líderes de la MS-13 o Mara Salvatrucha junto a un total de 250 miembros del Tren de Aragua.
El presidente Donald Trump invocaba la Ley de Enemigos Extranjeros por la “invasión del Tren de Aragua (TdA)” en territorio norteamericano. La presunta correlación con el Gobierno de Nicolás Maduro era más que evidente. Esta corresponsal ha entrevistado, en estos días, en Miami al analista y experto en Relaciones Internacionales, consultor de opinión pública y campañas electorales José Vicente Carrasquero para poner en conocimiento de la opinión pública las cuestiones sobre la infiltración del TdA y sus acciones hostiles contra varios países, como Estados Unidos o España.
“El TdA continúa participando en la migración ilegal masiva a los EE. UU., infiltrándose en sus flujos, con el objetivo de desestabilizar regímenes democráticos”, así iniciaba la entrevista José Vicente Carrasquero, con esta corresponsal.

Estamos hablando de presos de alta peligrosidad, ciudadanos venezolanos, deportados a El Salvador y no a Venezuela. Lo que obedece a una estrategia conjunta entre los Gobiernos de Nayib Armando Bukele y Donald Trump. Una política controvertida pero eficaz, para combatir el delito, gracias a la operatividad y máxima seguridad del CECOT (Centro del Confinamiento del Terrorismo), situado en el distrito de Tecoluca, con capacidad para albergar hasta 40.000 miembros de pandillas peligrosas. Si bien el CECOT ha recibido críticas por presuntos abusos de los derechos humanos, igualmente, ha recibido elogios por la detención de presuntos pandilleros que ganaban poder e influencia. “Los países de la UE han de tener presentes que Donald Trump ha designado a varios grupos criminales latinoamericanos como organizaciones terroristas extranjeras”.
Así las cosas, el pasado 30 de abril, los periódicos españoles abrían sus portadas con la noticia sobre la actuación impecable de la Policía Nacional española y cómo había impedido la implantación, siguiendo los preceptos desde el continente americano, en ciertas capitales españolas, de la Mara Salvatrucha, conocida por las abreviaturas MS, Mara o MS-13, una asociación internacional, como se indica, gestionada por pandillas criminales salvadoreñas. Pocos días antes, el Departamento de Estado de los EE. UU. calificaba al Tren de Aragua (TdA) de “organización terrorista que está llevando a cabo una guerra irregular para socavar la seguridad pública”.
Sobre la cruzada migratoria de Donald Trump y las actividades delictivas que afectan a la seguridad de este país, el también profesor universitario Carrasquero, hacía alusión a los beneficios que el proceso de la globalización ha aportado a la Mara Salvatrucha a la hora de instaurar sus centros de operaciones en diferentes países, con sistemas firmes, perfectamente definidos y jerárquicos. Tras la persecución de miles de sus miembros, en su mayoría deportados a El Salvador, algunos se han ido desplazando a otros países.

Por lo visto, en España pudiera darse una cierta tendencia a la internacionalización del crimen, junto a sus interdependencias con cárteles de la droga, extorsión, contrabando de armas, secuestro, robo, incluso asesinatos por encargo. El experto Carrasquero instaba a la necesidad de imponer mecanismos migratorios severos en la medida que los Estados protejan a sus ciudadanos.
Según los últimos datos oficiales aportados por Carrasquero, se podría decir, que, en la actualidad, el tránsito de personas en el Tapón del Darién (Selva del Darién) ha descendido enormemente, pese a las críticas a la política migratoria de la nueva Administración Trump. El CBM (el servicio de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza de los Estados Unidos), que trabaja duramente para impedir la entrada de terroristas, estima que, en marzo de 2024, un total de 137.000 personas fueron detectadas de forma ilegal en la frontera Sur de los Estados Unidos. En el mismo período de 2025, esta cifra se redujo a 8.300, lo que significa un descenso acusado del 95 %.
El experto Carrasquero rememoraba, junto a esta periodista, los tiempos en los que Chaves arriba al poder y la coyuntura a la que se enfrenta: prisiones con un sistema carcelario basado en los “pranes”, en la búsqueda por mantener el orden en las mismas, a través de reos, auténticos delincuentes, líderes criminales, que disfrutaban de beneficios funcionales. “Las autoridades nacionales cedieron el control, cada vez mayor, sobre sus territorios a organizaciones criminales transnacionales como el TdA”.
En Aragua, existían prisiones con casa-club, piscina y habitaciones especiales. Esta coyuntura de autarquía, con la que se logró mantener la paz, generó la creación de una organización criminal que recaudaba grandes sumas de dinero, desde las mismas cárceles. “Una especie de fuerza militar (en paralelo a los cuerpos de seguridad) aunque delictiva, que controlaba los barrios y zonas populares de Venezuela”.
El actual presidente, Nicolás Maduro les alentó a irse a otros países y es cuando se inicia el éxodo Táchiva con Norte de Santander en Cucutá. Sus asentamientos en las “ciudades santuario”, como Denver, Chicago y New York, facilitó el efecto llamada, durante la actuación de Kamala Harris, dado que gobernadores y alcaldes norteamericanos no respondían a la hora de cooperar con las fuerzas que contralaban la emigración irregular, con lo que el apoyo a las patrullas en las fronteras o los procedimientos a los cárteles no fueron del todo efectivos. “Harris fue muy laxa con la cuestión migratoria y la seguridad fronteriza y ahí están las consecuencias, que están afectando a España”.
Carmen Chamorro García, directiva del CIP/ACPE y experta en Relaciones Internacionales y Terrorismo Global por la SEI