El hispanismo marroquí, un mundo aún por descubrir
Las visiones de la cultura y la lengua española desde la orilla marroquí se han reunido esté lunes en la sede central del Instituto Cervantes en Madrid. La tribuna que ha sido presentada por el director de la institución, Luis García Montero, ha contado con la presencia de reconocidos académicos de la lengua española de Marruecos y ha querido reconocer el trabajo de estos hispanistas en el país norafricano y servir de espacio de conversación sobre los retos que tiene el estudio de la cultura y la lengua en español al otro lado del Mediterráneo.
El interés cultural de los marroquíes por el mundo hispano es más antiguo que su estudio académico: “el hispanismo es uno de los ‘ismos’ que hay en España, pero en el siglo XIX ya existía la ‘hispanofilia’, término que conocí estudiando a Juan Valera, el amor o el atractivo por la cultura española”, afirmaba Fatiha Benlabbah, presidenta del Centro de Estudios Hispano-Lusos de la Universidad Mohammed V de Rabat. Está universidad nacida después de la independencia de Marruecos en los años 50, tuvo desde el primer momento el estudio del español como disciplina, aunque la relación de este departamento con los académicos españoles ha sido tradicionalmente escasa.
Y es que en el ámbito académico el francés se ha postulado como la lengua vehicular de los estudios marroquíes, incluso en el norte del país donde el español había tenido una amplia presencia. “La historia de Marruecos ha sido absolutamente acaparada por la narración francesa, los historiadores que no conocen el español no han sabido acercarse al tesoro enorme que España también dejó en el norte del país”, contaba Bernabé López García, catedrático y profesor honorario de Estudios Árabe e Islámicos en la Universidad Autónoma de Madrid. El catedrático apuntaba a que urge digitalizar los textos en español que desde el siglo XIX se guardan en la biblioteca de Tetuán que pueden cavar perdiéndose por las condiciones ambientales.
López García también fue profesor en la Universidad Sidi Mohamed Ben Abdallah de Fez y formó parte de un pequeño departamento de lengua española que junto con dos expulsados por cuestiones políticas de la Universidad de Granada desde los años 50 empezaron a formar a los primeros estudiosos del hispanismo en el país magrebí. El resto del departamento lo completaban cuatro profesores franceses y la presencia de académicos españoles fue retrocediendo con el paso del tiempo: “Aquella primera onda de cooperantes españoles desapareció y esto contrastaba con las grandes hispanistas como Noël Salomon que mandaba Francia a dar cursos de varias semanas a los estudiantes de mi universidad. A mí me daba vergüenza propia que mi país no hubiera podido hacer algo semejante de traer a grandes catedráticos que tenía España”, afirmaba López García.
El español seguía siendo la lengua para estudiar, sobre todo, en el ámbito de la ciencia en los liceos y colegios del Rif, al norte de Marruecos, pero el francés comenzó a ganar espacio y relegó al español al papel de lengua extranjera, fue en este momento en el que nació el interés por el hispanismo en las universidades, pero desde una perspectiva francófona. “El español es la lengua extranjera menos desconocida para los marroquíes, pero seguimos esperando a que los hispanistas de Marruecos creen esa obra académica influyen en la cultura hispánica como hicieron los hispanistas británicos”, perseveraba la profesora Benlabbah.
Es por esto que el Instituto Cervantes se ha propuesto relanzar el estudio del hispanismo desde una perspectiva marroquí y profundizar en el conocimiento de los lazos entre las culturas de los dos países. El moderador del debate y director del Instituto Cervantes de Rabat, José María Martínez Alonso, ha aprovechado el encuentro para anunciar la creación de la ‘Cátedra Instituto Cervantes de Rabat’ consagrada al trabajo de los académicos de Marruecos que cada año podrán fomentar y dar a conocer su campo de estudio.
El primero en ostentar esta cátedra será el profesor Hossain Bouzineb, catedrático emérito de la Universidad Mohammed V y actual académico de la Real Academia Española que apuntaba en el encuentro a los profundos lazos que guarda la lengua y cultura española con la árabe-marroquí desde la llegada de los moriscos procedentes de la península a partir del siglo XVI. “Tenemos que aprovechar ser marroquíes, solo nosotros (los marroquíes) podemos hacer este tipo de este estudio, nosotros estamos en la bisagra entre los dos mundos”, apuntaba Benlabbah. La profesora contaba como hace unos días en Rabat escuchó a una anciana descendiente de moriscos decirle a su nieta que traía “nieve”, así en romance, refiriéndose al helado; y es este el profundo mundo que la cátedra del profesor Bouzineb va a comenzar a explorar.
Finalmente, desde las distintas legaciones del Instituto Cervantes en Marruecos sus respectivos directores comunicaron su entusiasmo al ver que cada año hay más estudiantes matriculados para aprender español, aunque mostraban su inquietud sobre cómo en los últimos años las clases de español en los liceos del país están empezando a perder alumnos. Ante estos los ponentes apuntaron a que el estudio del inglés como lengua universalmente utilizada ha conseguido más espacio en los currículos de los institutos marroquíes y es un problema político que las autoridades tendrán que discutir.
Sin embargo, los académicos se mostraban positivos sobre hecho de que existan alumnos que pese a haber estudiado en un colegio francés, decidan empezar a conocer el español. “Tenemos que fijarnos menos en la cantidad y más en la calidad”, afirmaba la profesora Benlabbah. Entre otros motivos, los alumnos estudian español para poder acceder a la universidad española y esto está permitiendo la creación de un vínculo cultural más allá del ámbito académico. Parece que la relación cultural hispano-marroquí, llena de lazos y nudos a lo largo de su historia, está empezando a descubrir su profundo pasando y abriendo paso a un futuro prometedor.