El legado de al-Ándalus. Las antigüedades árabes en los dibujos de la Academia de Bellas Artes de San Fernando

Natalia González Velázquez
Pie de foto: La exposición estará abierta hasta el 8 de diciembre de 2015
El legado de al-Ándalus muestra todos los dibujos de dos importantes proyectos de los siglos XVIII y XIX que se han convertido en referentes esenciales para la valoración artística y la apreciación documental de los principales monumentos hispanomusulmanes: “Antigüedades Árabes de España” y “Monumentos Arquitectónicos”.
La exposición ha sido organizada conjuntamente por la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando y la Fundación MAPFRE, con el comisariado del académico y experto en arquitectura islámica Antonio Almagro Gorbea. Su objetivo es subrayar la extraordinaria importancia de aquellas dos empresas artísticas y rememorar a quienes las realizaron, así como dar a conocer este valioso patrimonio de dibujos que ilustran y ayudan al mejor conocimiento de monumentos tan importantes como la Alhambra y la Mezquita de Córdoba, que hoy forman parte del Patrimonio de la Humanidad.
Entre el rico y variado fondo artístico que la Academia ha ido atesorando desde su fundación en el siglo XVIII, sus colecciones de dibujos de arquitectura constituyen un conjunto de extraordinario interés. Los dibujos que conforman la exposición El legado de al-Ándalus son el fruto de dos grandes proyectos que ponen de manifiesto una de las finalidades prioritarias asumidas por la Academia desde sus orígenes: la preservación del patrimonio histórico-artístico y su divulgación como un motivo de gloria y orgullo para el país.
Pocos años después de crearse la Academia (1752), ante la noticia del deterioro de las pinturas existentes en la Alhambra, la corporación se movilizó para evitar la pérdida de esos bienes de gran valor histórico, procurando que las pinturas fueran copiadas por un artista local, Diego Sánchez Sarabia.
Pronto el interés se extendió a todo el conjunto de la Alhambra, abordándose su documentación desde aspectos distintos como el arquitectónico, el ornamental y el histórico, e interesándose de un modo especial por las inscripciones que forman parte de la decoración y que se pensaba que podían ser fuente para ilustrar la historia del monumento. Por primera vez se acometía la documentación y estudio de unos bienes patrimoniales con la única finalidad de dejar testimonio de ellos ante el peligro de su posible desaparición.
Otro hecho a resaltar es que frente al interés generalizado en aquellos momentos en toda Europa por las antigüedades clásicas, griegas y romanas, y que estaba dando origen al nacimiento de los estudios arqueológicos, en España se presta atención por primera vez a las antigüedades de origen islámico en una acción que puede considerarse pionera en el continente y con la que se sientan las bases de los estudios árabes.
Para la realización de este empeño la Academia recurrió inicialmente a artistas residentes en Granada, aunque después, deseando subsanar ciertas deficiencias detectadas en algunos de los dibujos, recurrió a los mejores profesionales formados en su seno.
Las figuras de José de Hermosilla, Juan de Villanueva y Juan Pedro Arnal, ligadas por derecho propio a la mejor arquitectura que se construye en España en ese momento, serán las responsables de llevar a cabo esta misión en una labor íntimamente vinculada con el espíritu ilustrado, adaptado a la realidad histórica y artística del país.
La Real Academia de Bellas Artes de San Fernando y la Fundación MAPFRE presentan el rico patrimonio de los dibujos originales que sirvieron de base para las bellas composiciones de aquellas dos magnas obras. Estos dibujos suman belleza y utilidad documental. Además, su belleza es fiel reflejo de la que poseen los motivos árabes originales en los que se inspiran.
Como obra documental, numerosos dibujos representan los monumentos árabes de al-Ándalus en un estado anterior a muchas de las transformaciones que han sufrido desde entonces y proporcionan, por tanto, una información de valor excepcional.