La industria textil cae en picado en Argelia y crece en Marruecos

Por Ahmed Brahim y Dunia Gattiui
Foto: Un grupo de trabajadoras de una fábrica textil en Tánger.
 
El sector textil en Argelia ha perdido entre 1990 y 2000 más de 250.000 empleos y 25 empresas han desaparecido. Así lo afirma el secretario general de la Federación Nacional del Textil, Amar Takdjout. El diagnóstico de este dirigente sobre la industria textil argelina es dramático. En su opinión, se llegó a esta situación por culpa de las autoridades argelinas, que hasta 2011 no pusieron en marcha un plan de reestructuración del sector. En declaraciones a la emisora de radio ‘Chaîne 13’, Takdjout puso en duda que el plan de 2.000 millones de dólares para salvar el textil tenga resultados positivos, porque “no se ha hecho ninguna evaluación” y “la recuperación no llega”. El secretario general de la Federación Nacional del Textil denunció “la lentitud” del plan del Gobierno y el régimen fiscal aplicado al sector, porque no hace ninguna diferencia entre las importaciones de artículos y de materias primas y la producción local. Algunos economistas hacen críticas muy parecidas a las que formuló Takdjout.  Denuncian el envejecimiento de la masa trabajadora  en el textil y piden una reestructuración  profunda del sector, que si se llevara a cabo podría crear unos 30.000 empleos. Las claves de esta reestructuación deberían ser la formación de los trabajadores, la inversión en bienes de equipo adaptados a las necesidades del mercado nacional e internacional y la renovación tecnológica. El plan de 2011, a pesar de los millones de dinares invertidos, no ha conseguido ningún objetivo concreto y muchas empresas textiles están endeudadas y son poco competitivas. El 80% de los artículos textiles vendidos en Argelia provienen de China y Turquía. 
 
Sector en expansión
La situación de Marruecos es diferente.  El textil representa el 7% del Producto Interior Bruto (PIB) del país. Muchas empresas instaladas en Marruecos son extranjeras, y las españolas ocupan un lugar estratégico. Compañías como Inditex, Cortefiel, Mango, el Corte Inglés o Blanco producen en el país norteafricano o son clientes de empresas locales. España es el segundo país a nivel mundial, tras Francia, con mayor volumen de fabricación en Marruecos. Rabat se ha fijado el objetivo de renovar la industria textil  aumentando las exportaciones hasta los 8.400 millones de euros y creando 250.000 puestos de trabajo para 2025. Este plan cuenta con una inversión de entre 25.000 millones y 30.000 millones de dirhams (2.200 millones y 2.600 millones de euros). Las empresas españolas de moda más importantes tienen factorías propias o proveedores en Marruecos. Las empresas españolas y otras firmas europeas operan en el mercado marroquí aprovechando unos costes de producción claramente inferiores a los de la Unión Europea (UE) y la cercanía geográfica. España es el cliente más importante de las exportaciones de ropa marroquíes desde 2006. En lo que respecta a Inditex, en 2007, el 10% de la ropa de sus marcas Zara, Bershka, Stradivarius, Oysho, Uterqüe, Pull & Bear, Zara Home y Massimo Dutti se confeccionaba en Marruecos. La expansión del textil tiene también su lado oscuro en Marruecos. La ONG Intermón Oxfam denunció las condiciones laborales y salariales que imponen algunas de estas empresas españolas a sus trabajadores marroquíes. Inditex, según esta ONG, hace trabajar a sus empleadas marroquíes 65 horas a la semana por un salario mensual inferior a los 200 euros. El textil da trabajo  a 175.000 personas en Marruecos, la mayoría  mujeres, y representa el 40% de los empleos industriales. En 2013, el volumen de  negocios del sector exportador del textil superó los 3.000 millones de euros y en el mercado interior alcanzó los 4.500 millones de euros.