Oriente Medio debe gastar miles de millones de dólares para hacer frente al cambio climático

La región de Oriente Medio tiene que desembolsar miles de millones de dólares para hacer frente al cambio climático, según ha revelado el último informe de la Agencia Internacional de Energías Renovables (IRENA, por sus siglas en inglés). Hasta 148.000 millones de dólares son necesarios cada año hasta 2050 para poder cumplir con los objetivos de los Acuerdos de París para proteger el medio ambiente.
A nivel mundial la exigencia llega a 3,2 billones de dólares cada año hasta 2050 para poder cumplir con los retos marcados en la cumbre parisina celebrada en 2015.
Los Ejecutivos de todos los países de Oriente Medio tienen que hacer frente a un gasto millonario para poder cumplir los acuerdos medioambientales de París, según los datos de IRENA y del dossier realizado por la experta del organismo Elizabeth Press. El objetivo principal es el de limitar los aumentos de temperatura global a 1,5 grados centígrados por encima de los niveles preindustriales.
En la Conferencia de París sobre el Clima (COP21), celebrada en diciembre de 2015, 195 países firmaron el primer acuerdo vinculante mundial sobre el clima. Para evitar un cambio climático peligroso, se cerró un plan de acción mundial que situaba el límite del calentamiento global muy por debajo de los 2 ºC.
Los Gobiernos acordaron que el objetivo a largo plazo se basaba en mantener el aumento de la temperatura media mundial muy por debajo de 2 °C sobre los niveles preindustriales, limitar el aumento a 1,5 °C (lo que reducirá considerablemente los riesgos y el impacto del cambio climático), determinar que las emisiones globales alcanzasen su nivel máximo cuanto antes (reconociendo que en los países en desarrollo el proceso será más largo) y aplicar después rápidas reducciones basadas en los mejores criterios científicos disponibles.
En esta línea, las naciones firmantes acordaron reducir las emisiones de gases de efecto invernadero en un 45% durante la próxima década y alcanzar las emisiones netas cero para el año 2050.
Antes y durante la conferencia de París, los participantes presentaron sus planes generales nacionales de acción contra el cambio climático. Aunque estas estrategias no bastaban para mantener el calentamiento global por debajo de 2 °C, el Acuerdo marcó el camino para llegar a ese objetivo.
Actualmente, los expertos han señalado que el mundo hace frente a aumentos superiores a 1,5 ºC en diez años si los países no reaccionan rápidamente y ponen medidas para frenar el calentamiento global, sobre todo con el fomento de la industria de energías renovables.
Dentro de los 148.000 millones de dólares solicitados a los países de Oriente Medio, ya se ha invertido una parte en energías renovables, según los expertos de IRENA, aunque estos pidieron más fondos.
La exigencia tiene que ver con que hacen falta nuevas plantas de energías renovables y, además, la renovación de las infraestructuras ya existentes. "No se trata solo de proyectos renovables", ha argumentado Elizabeth Press, quien ha explicado que "se trata de la eficiencia energética, la infraestructura y la red".
De todas formas, desde IRENA se alaba el esfuerzo realizado por EAU y los países del Golfo en los últimos años para progresar en materia de energías renovables. “La conciencia está creciendo. Los EAU son un ejemplo fabuloso y los demás se están dando cuenta”, indicó la autora del último informe de IRENA.

Las naciones del Consejo General del Golfo (CCG) gastaron en torno a 1.000 millones de dólares como inversión en energías renovables en 2018; un gran esfuerzo, aunque lejos de lo exigido.
Press dejó plasmada en su informe la afirmación de que se pueden alcanzar los objetivos marcados sobre reducción del calentamiento global, limitando el aumento de la temperatura a 1,5 ºC: “Se puede hacer absolutamente”.
El emirato de Abu Dhabi ha acogido precisamente el 18º Consejo de la Agencia Internacional de Energías Renovables con la asistencia de 350 representantes gubernamentales de alto nivel procedentes de 124 países, bajo la supervisión del director general de IRENA, Francesco La Camera. Este encuentro ha tenido lugar solamente seis semanas después de que se celebrase en Nueva York la Cumbre de Acción Climática de las Naciones Unidas.
En este cónclave se mostró preocupación por la situación actual del clima y cómo afectará al futuro del planeta, instando a apostar por potenciar el desarrollo de las energías renovables. “El mayor desafío de nuestro tiempo no es solo preservar la belleza del planeta para las generaciones futuras, sino salvar a la humanidad al hacerlo. Este desafío vital solo puede cumplirse mediante un cambio disruptivo de percepción que todos tenemos sobre el uso de los recursos, y a través de un desarrollo masivo y mundial de energía renovable. Solo a través de la cooperación internacional, como en IRENA, para acelerar el despliegue de energías renovables y la eficiencia energética, podemos enfrentar esos desafíos de manera adecuada”, dijo Guy Lentz, presidente de la reunión del Consejo de IRENA.
La apuesta por luchar contra el cambio climático y por evolucionar al máximo la industria de las energías renovables es clara. “Hoy, la pregunta ya no es si la transición energética es posible. Con las energías renovables, es posible mitigar el cambio climático y sus impactos, mejorar la calidad del aire, mejorar la salud humana y crear acceso a energía asequible. IRENA está fortaleciendo el compromiso con sus miembros y socios clave para facilitar soluciones sobre el terreno y apoyar a los países en el cumplimiento sostenible de sus ambiciones climáticas y de desarrollo mediante el uso de energía renovable ", apuntó Francesco La Camera, director general de IRENA.

Las previsiones a futuro a corto plazo son optimistas ya que la Agencia pronostica que entre 2019 y 2024 la capacidad de energía renovable aumentará en un 50% en el mundo; de 2.501 gigawatios a 3.721 dentro de ese plazo de cinco años.