El presidente de Guinea Alpha Condé anuncia una nueva carta magna que modifica la duración de los mandatos

¿Una constitución a medida?

REUTERS/CARLO ALLEGRI - El presidente de Guinea, Alpha Condé, ante la Asamblea General de las Naciones Unidas en Nueva York, Estados Unidos, el 25 de septiembre de 2019

Crispación en Guinea. Este pequeño país africano, de unos 12 millones de habitantes, situado en la parte más occidental del golfo homónimo, atraviesa unos meses de tensión en los terrenos político y social. El jefe del Estado, el anciano Alpha Condé, ha anunciado públicamente la redacción de una nueva constitución que modificará el régimen de los mandatos presidenciales. La oposición considera la maniobra un intento del dirigente de perpetuarse en el poder.

Guinea es una república cuyas instituciones fueron configuradas en base al modelo francés. Existe un parlamento, la Asamblea Nacional del Pueblo, que elige a un primer ministro, pero, en la práctica, todo el poder reside en la figura del presidente. Alpha Condé es el primer mandatario que accedió al cargo a través de las urnas y no por medio de las armas. En el artículo número 27, la carta magna actual estipula que el mandato del jefe del Estado dura cinco años -como en Francia- y que solamente es renovable una vez. Por tanto, un mandatario no puede estar al frente del país durante más de 10 años. Condé fue elegido para el cargo en 2010, de modo que su segundo mandato expira en 2020.

La gente participa en una protesta contra el tercer mandato del presidente guineano en Conakry

Condé, sin embargo, podría tener otros planes. El presidente ha dado instrucciones a Mamadou Lamine Fofana, ministro de Justicia, para que la institución que representa redacte una nueva constitución. El nuevo texto, en su artículo 40, mantendrá el límite de dos mandatos como máximo; sin embargo, ampliará la duración de la legislatura de cinco a seis años. El proyecto se elaborará con la aquiescencia de la Asamblea Nacional del Pueblo y con la aquiescencia del Tribunal Constitucional. Asimismo, deberá contar con la aprobación popular. 

Para justificar su decisión, Condé ha criticado la constitución actual, a la que ha definido como “un concentrado de intereses corporativistas”. El presidente ha afirmado que el nuevo proyecto nace a raíz de un debate entre distintos actores y tiene el objetivo de remediar las lagunas e incoherencias de la carta magna de 2010.

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¿Seguirá Condé?

La pregunta que se hacen los guineanos no es tanto si el proyecto de ley saldrá adelante, sino a quién se aplicará el nuevo régimen de mandatos presidenciales. La principal incógnita reside en si la nueva constitución permitirá o no presentarse a Condé. Si las legislaturas que se rigieron por la ley anterior quedan computadas, el mandatario no tendrá la oportunidad de repetir. Sin embargo, los movimientos más importantes de la oposición temen que el texto haga borrón y cuenta nueva. De ese modo, Condé tendría el camino expedito para gobernar otros 12 años. Dada la edad del mandatario -tiene 81 años-, podría quedar en el puesto de forma vitalicia. 

Se desconoce todavía cuándo se iniciará el proceso constituyente. Tampoco hay fijada fecha para la consulta plebiscitaria. El presidente puede encontrar algunas piedras en su camino. La primera es la propia Asamblea Nacional del Pueblo. El partido del presidente, Asamblea del Pueblo de Guinea, es el que más escaños tiene, pero ni siquiera cuenta con una mayoría absoluta. Además, está previsto que, a mediados del próximo mes de febrero, los ciudadanos acudan a las urnas para elegir a sus representantes. Si se desarrollan con normalidad, estas legislativas medirán la fuerza y los niveles de aceptación de Condé, cuya popularidad ha caído en picado.

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Oposición política y ciudadana

En las filas contrarias al aparato de poder, reina la preocupación. Contemplan los movimientos del presidente como una maniobra para perpetuarse en el sillón presidencial. “Impediremos que se realice este proyecto por todos los medios”, ha prometido en una entrevista al portal Euronews Rafiou Sow, líder del Partido de la Renovación y el Progreso (PRP). El PRP es uno de los pilares fundamentales del Frente Nacional para la Defensa de la Constitución (FNDC), una coalición de formaciones políticas de oposición que han sido hostigadas por el oficialismo en los últimos meses. El FNDC ha pedido la implicación de organizaciones internacionales como la Unión Africana y la CEDEAO (Comunidad Económica de Estados de África Occidental) para “evitar el caos”.

Numerosos líderes e intelectuales han sido detenidos en el curso de las manifestaciones ciudadanas que se vienen desarrollando con cierta periodicidad desde el mes de octubre en Conakry, la capital. Al menos, 70 civiles y un gendarme resultaron muertos durante los enfrentamientos, según Amnistía Internacional. Organizaciones en defensa de los derechos humanos han denunciado detenciones arbitrarias y empleo excesivo de la fuerza por parte de los cuerpos de seguridad. En los últimos días, el número de concentraciones ha disminuido notablemente. No obstante, nuevas movilizaciones han sido convocadas cuando finalicen las fiestas navideñas.