Sí del Parlamento griego al rescate, Syriza se rompe y el Eurogrupo dará ayuda

Agencias
El Parlamento griego ha aprobado, con muchos problemas, pero sacándolo adelante, el tercer rescate europeo. Ahora, los ministros de Economía y Finanzas de la eurozona se reunirán por teleconferencia, para discutir sobre la ayuda inmediata que necesita el país heleno para hacer frente a sus vencimientos más urgentes, y para la que Bruselas ha propuesto un crédito puente de 7.000 millones de euros.
Aunque la reunión no se había convocado aún formalmente, sí se contaba con que fuera a tener lugar este miércoles, 15 de julio, día en que se cumple el plazo dado al Gobierno de Alexis Tsipras para aprobar las reformas preliminares que le exigen sus acreedores antes de empezar a negociar un tercer rescate.
Una vez obtenida la aprobación del Parlamento, que ha celebrado la votación de madrugada, Michel Reijns, portavoz del presidente del Eurogrupo, Jeroen Dijsselbloem, ha confirmado que la teleconferencia se celebrará a las 10.00 horas.
Sobre la mesa, los ministros tienen pocas opciones para definir la financiación puente que necesita Atenas para poder hacer frente a los 7.000 millones de euros que debe pagar a diversos acreedores de aquí al 20 de julio, incluido un vencimiento de 3.500 millones de euros al Banco Central Europeo (BCE).
El Gobierno heleno necesitará otros 5.000 millones de euros antes de mediados de agosto, según las estimaciones de la troika, que han calculado en entre 82.000 y 86.000 millones de euros las necesidades financieras del país hasta 2018.
Una posibilidad ya descartada es la de que algún país de la eurozona conceda créditos bilaterales a Grecia, tal y como se especuló que haría Francia durante la última cumbre de líderes de la eurozona. "Esta opción no es posible", ha dicho, rotundo, el vicepresidente del Ejecutivo comunitario para el Euro y el Diálogo Social, Vladis Dombrovskis, en una rueda de prensa el miércoles en Bruselas.
Por ello, Bruselas ha presentado formalmente una propuesta para utilizar el Mecanismo Europeo de Estabilidad Financiera (EFSM, por sus siglas en inglés) para conceder un crédito puente de tres meses y 7.000 millones de euros.
Este es un fondo que gestiona la Comisión Europea y que cuenta como aval con los presupuestos de la Unión Europea, por lo que necesita el visto bueno de los Veintiocho para ser activado. Inicialmente contaba con unos 60.000 millones de euros, pero tras ser empleado en los rescates de Portugal e Irlanda quedan disponibles 13.200 millones de euros, según fuentes comunitarias.
La ventaja es que su tramitación no requiere la aprobación parlamentaria, lo que agiliza el proceso, pero en contra tiene que varios países que no pertenecen al euro (sobre todo Reino Unido, pero también otros como Suecia y Dinamarca) han mostrado sus reservas.
Dombrovskis ha asegurado que Bruselas "trabaja duro" para dar garantías a estos países de que no sufrirían las consecuencias negativas de un eventual impago de Grecia en la devolución del préstamo. La propuesta comunitaria plantea que el dinero de esta ayuda sea devuelto a través del fondo de rescate europeo (MEdE) cuando sea acordado el tercer programa de asistencia.
El Parlamento griego aprueba los ajustes y Siriza se rompe
El Parlamento griego dio finalmente el visto bueno al paquete de duros ajustes comprometido por el primer ministro Alexis Tsipras con el Eurogrupo pese al voto en contra de buena parte de su propio grupo parlamentario, incluido el de Yanis Vaoufakis. El tercer rescate está en marcha. Votaron a favor 228 diputados y 64 en contra, de los que la mitad salió de los casi 150 escaños de Syriza junto con seis abstenciones.
La sesión finalmente se alargó más de lo esperado y pasada la medianoche en Atenas aún no se había producido la votación sobre que el paquete de medidas pactado con los socios europeos. La madrugada se preveía larga en el Parlamento heleno. Finalmente, se produjo al filo de la dos de la madrugada.
Previamente, el primer ministro Alexis Tsipras, pidió al Parlamento que aprobase el paquete de medidas de austeridad reclamadas por los acreedores a cambio de un tercer rescate, argumentando que no hay alternativa y subrayando que no está de acuerdo con las medidas.
"No creemos en ello, pero estamos forzados a adoptarlo", dijo Tsipras antes de la votación sobre las medidas, que han de ser aprobadas por el Parlamento antes de que los socios europeos acuerden abrir conversaciones para un nuevo rescate.
Por otra parte, Tsipras ha asegurado que no eludirá sus responsabilidades y que seguirá sacando adelante reformas políticas y sociales y luchando contra la corrupción. Antes de que el Parlamento decidiese, la cúpula de la coalición gobernante se ha posicionado mayoritariamente en contra. De los 201 miembros que componen el Comité Central, 107 han dicho 'no' al acuerdo.
El ministro de Finanzas griego, Euclides Tsakalotos, pidió también hoy el voto del Parlamento para un acuerdo con los socios europeos que, dijo, no sabe si va a dar frutos positivos y cuya firma supuso la decisión más difícil de su vida. "La mañana de lunes fue el día más difícil de mi vida. No sé si hicimos lo que debíamos hacer. Sé que no teníamos alternativa", aseguró Tsakalotos al inicio del debate en el Parlamento griego. "Nunca dijimos que se tratara de un buen acuerdo", subrayó el ministro Tsakalotos, quien afirmó: La decisión sobre este pacto "me pesará toda la vida".
Respecto a si estas reformas surtirán efecto para hacer crecer la economía griega, Tsakalotos mostró sus dudas. "¿Habrá nuevas relaciones entre la economía y el Estado? ¿Habrá nuevas fuentes de financiación de inversiones? No lo sé", señaló Tsakalotos en su intervención.
Destacó que muchas de las cosas que pasen en el futuro "dependerán del programa definitivo", de cómo se reforme el sistema de pensiones y del fondo creado para la gestión de las privatizaciones, dos de las medidas acordadas con los acreedores. El ministro explicó que el Gobierno trató de mejorar el paquete de reformas introduciendo "medidas como la lucha contra la evasión fiscal y la corrupción". "Lo único que sé es que si no luchamos contra el sistema político pasado, si la izquierda no lo hace, no tendremos éxito", resaltó.
Recalcó que su opinión sobre Europa ha cambiado desde el lunes, el día de la firma del acuerdo. "No quiero ocultar que mis sentimientos hacia Europa ya no son los que eran antes", apuntó y agregó que la Unión Europea se ha visto enfrentada a la prueba de "respetar" la "democracia".
Tsakalotos admitió que el principio de acuerdo, que servirá para iniciar las negociaciones sobre el tercer rescate, incluye medidas difíciles, como la reforma del IVA, porque el Estado necesita aumentar la recaudación de este impuesto. Defendió que el Gobierno se ha esforzado para redistribuir la carga impositiva de forma "más equitativa", en un intento de "revertir las injusticias", y mostró su compromiso de seguir trabajando por los griegos que peor lo están pasando.
Por otra parte, la manifestación en Atenas contra el acuerdo alcanzado entre el Gobierno y los socios vivió momentos de enfrentamientos entre un grupo de personas y la policía, que lanzó gases lacrimógenos para dispersar la protesta. Los enfrentamientos se produjeron en la céntrica plaza de Syntagma, donde se encuentra la sede del Parlamento, cuando un grupo de personas, de ideología anarquista, según la policía, lanzó cócteles molotov a los agentes que respondieron con gases lacrimógenos y bombas aturdidoras. Los incidentes tuvieron lugar al margen de la marcha convocada por la confederación de sindicatos del sector público en protesta contra el acuerdo alcanzado con los acreedores el lunes en la cumbre de la eurozona y que se desarrolló flanqueada por un gran despliegue policial.
La marcha se produjo poco antes de que el Parlamento debata el paquete de medidas acordadas. Según fuentes policiales, a la concentración acudieron unas 2.500 personas. También hubo hoy una manifestación de PAME, el sindicato ligado al partido comunista griego KKE, que congregó a cerca de 10.000 personas, de acuerdo con la policía, en la plaza de Omonia, muy cerca de Syntagma, que se desarrolló sin incidentes.