El polémico senador marroquí Yahya Yahya abandona su escaño en protesta por el abordaje del yate real

Por Rachid Elalamy
Foto: El senador y exalcalde de Beni Enzar, Yahya Yahya.
 
Yahya Yahya, un polémico senador marroquí de la provincia de Nador (norte del país), vuelve a ser noticia política. Esta vez, porque anunció que renuncia a su escaño en la Cámara de Consejeros para “protestar por la falta de iniciativa del Parlamento para celebrar una sesión y condenar” el abordaje por una patrulla marítima de la Guardia Civil, el pasado 7 de agosto en aguas de Ceuta, del yate en el que viajaba el rey de Marruecos, Mohamed VI. La Benemérita simplemente hizo su trabajo y le pidió la documentación al monarca alauí en un control rutinario y sin ánimo de crear un conflicto diplomático entre España y Marruecos. Mohamed VI llamó a Felipe VI para quejarse de que le diesen el alta. El rey de España trasladó el malestar real al ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, quien llamó inmediatamente al delegado del Gobierno en Ceuta, Francisco González Pérez, y juntos se pusieron de acuerdo para solucionar el incidente. Fernández Díaz también se puso en contacto con su homólogo marroquí, Mohamed Hassad, para explicarle lo que había ocurrido y tratar de solucionarlo. El jefe de la Comandancia de la Guardia Civil, el teniendo coronel Andrés López, recibió la orden del ministro del Interior de desplazarse junto a otros oficiales en una patrullera hasta el yate real. Hora y media después de haberse producido ese control rutinario, el asunto se solucionó. El alto mando de la Guardia Civil pidió disculpas a Mohamed VI y éste las aceptó. Tras despedirse de los agentes, aseguró que “a mí no se me ha respetado”, según publicó el diario ‘El Mundo’. Días después de este incidente, el Ministerio del Interior español pidió disculpas a las autoridades marroquíes y el asunto quedó zanjado.
 
Prudencia e inteligencia
Las autoridades españolas y marroquíes actuaron con prudencia e inteligencia política, a pesar de que algunos círculos ultras y provocadores en ambos países hubieran querido que este incidente degenerara en conflicto diplomático. Quienes no aceptan la nueva situación de buenas relaciones bilaterales, aprovechan cualquier posibilidad para encender de nuevo la chispa de la discordia. Estos sectores políticos, sociales y mediáticos de derecha e izquierda, españoles y marroquíes, viven del conflicto y rechazan el diálogo y el acuerdo entre Madrid y Rabat, porque esa vía no beneficia a sus intereses. En Marruecos, Yahya Yahya, un político de 47 años acostumbrado a la bronca y la provocación, demagogo y populista, pertenece a los núcleos que hacen todo lo posible por sabotear las relaciones diplomáticas hispano-marroquíes. En declaraciones al medio digital marroquí ‘Hespress’, el más leído del país, Yahya denunció a la clase política de Marruecos, porque, según él, no reaccionó adecuadamente al “insulto” español que significó el control del rey Mohamed VI por una patrulla de la Guardia Civil. “Tengo lágrimas en mis ojos” ante “el silencio indecente” de los dirigentes marroquíes, recalcó el senador, que el pasado mes de junio también dimitió como alcalde de Beni Enzar, localidad de 25.000 habitantes que es frontera con Melilla. Ese mismo mes, Yahya y su fiel escudero, Said Chramti, que está en la cárcel tras haber sido condenado a 18 meses de reclusión por un tribunal de Nador,  se vieron en la obligación de disolver el denominado Comité de Coordinación para la Liberación de Ceuta y Melilla, un grupo creado en 2007 que protagonizó numerosos incidentes en las fronteras marroquíes con ambas ciudades autónomas españolas. 
 
Sin esperanza
Yahya, que presidía este grupo, explicó que se vio en la obligación de disolverlo, porque no tenía el apoyo del pueblo marroquí y sus miembros “han perdido la esperanza” de lograr sus reivindicaciones nacionalistas sobre Ceuta y Melilla. “Hemos pasado de ser unos héroes en nuestro país a ser tratados como criminales”, dijo Yahya, que recordó que su colega Chramti, cabeza visible del comité, alias ‘El gigante’ o ‘El grandullón’, ingresó en prisión tras ser acusado de agredir a unos agentes de la Policía española en la frontera con Melilla. El tribunal de Nador que condenó a Chramti también falló contra Yahya, sobre quien recaen otras condenas pronunciadas en España, en 2006, por violencia doméstica, y en Italia, en 2008, por rebelión, lesiones a funcionario público y agresión sexual. Yahya Yahya, que tiene doble nacionalidad, marroquí y holandesa,  nació en Melilla, pero no puede visitar esta ciudad porque si lo hiciera iría a la cárcel. En noviembre de 2012, reivindicó la amputación del brazo derecho y de la espada de la estatua de Pedro de Estopiñán, el conquistador de Melilla en 1497, y se exhibió con parte del botín ante el mausoleo de Mohamed VI en Rabat. Lo que es incomprensible es que un personaje de esta naturaleza copresidiera hasta hace relativamente poco tiempo el comité parlamentario de amistad hispano-marroquí.