La Fundación “la Caixa” presenta el seminario ‘Los frutos del buen vivir’

Natalia González Velázquez
Con motivo de la próxima celebración del Día Mundial del Medio Ambiente – el viernes 5 de junio- CaixaForum ha acogido la presentación del seminario “Los frutos del buen vivir”, donde se ha puesto de manifiesto un proyecto que, junto con la organización de la ONG Taller de Solidaridad y SAIPE (Servicio Agropecuario para la Investigación y Producción Económica), está destinado a fomentar la estabilidad campesina en los territorios más difíciles del Alto Marañón de Perú.
El acto ha contado con la presencia de la Jefa de Programas Internacionales de Fundación Bancaria “la Caixa”, Silvia Maldonado, quién ha explicado la responsabilidad de la Fundación en este proyecto, al que ha destinado un 2% de su presupuesto anual. No sólo dotan de aportaciones económicas, sino también de colaboración técnica a través del voluntariado y de formación en el terreno.
La intención principal de la Fundación, ha declarado Silvia, “es inyectar los proyectos para que se hagan sostenibles económicamente a largo plazo”. Ha querido resaltar que, entre los beneficiarios de este proyecto se encuentra un 53% de mujeres y un 28% de jóvenes, todos ellos de edades comprendidas entre los 18 y los 25 años. “Vale la pena apoyar proyectos socio-económicos como este, y podemos conseguirlo si colaboramos entre todos”, ha apuntado la Jefa de Programas Internacionales.
Juan José Plasencia, Jefe de Cancillería de la Embajada de Perú, ha puesto de manifiesto la excelente relación entre España y Perú en ámbitos políticos, culturales o de cambio climático, entre otros aspectos. Ha destacado también el hecho de que ambos países se apoyen en el intercambio de estudiantes universitarios, eso sí, ha apuntado, con el compromiso de que vuelvan a sus respectivos países para “aplicar lo aprendido”. “Ni en los peores momentos de la crisis económica española, ha dejado la cooperación con Perú de lado”, ha resaltado Juan José Plasencia.
Otra de las presentes en el acto ha sido Carmela Sánchez, representante de Taller de Solidaridad, una ONG que tiene como fin impulsar la justicia social, proteger la dignidad de las personas y mejorar las condiciones de vida de los colectivos más vulnerables. “La pobreza crece y la demanda por parte de nuestros destinatarios también aumenta”, ha reconocido Carmela. En los proyectos que realizan tienen como prioridad la situación de la mujer puesto que es la más afectada por la pobreza y además, “es un claro exponente de producción y riqueza”, ha destacado la representante de Taller de Solidaridad.
Prácticas para el “buen vivir” con la tierra
El encargado de explicar el proyecto Fortalecimiento de capacidades para el manejo sostenible de los recursos naturales en comunidades del Alto Marañón ha sido el director de SAIPE, Wilmer Fernández. El proyecto, que lleva en curso dos años, es una propuesta de estabilidad familiar para el “buen vivir”. En la cultura de las comunidades de Awajun y Wampis, en las que está destinado el proyecto, el “buen vivir” supone que la familia esté bien organizada, que cuente con tierras, que tenga buenas relaciones con la comunidad y que disponga de los suficientes alimentos. Los objetivos del proyecto son, en primer lugar, reforestar sus parcelas sembrando árboles de madera y otro tipo de plantas. Les ayudan en todos los procesos de reforestación, desde la selección y limpieza del terreno hasta la siembra y el mantenimiento. “La idea es que ellos vayan realizando actividades que les permitan sostenerse”, ha declarado el director de SAIPE. Otro de los fines es instalar en los bosques abono verde, que les permite recuperar sus suelos y cosechar y mantener el cultivo.
También apoya un proceso de comercialización por el que las familias pueden dar a conocer sus productos y venderlos por un precio más elevado. Para ello, han llevado a cabo la elaboración de 12 comités que ayudan a la difusión de sus productos. Todo esto ha sido posible gracias a una previa captación de socios, una asesoría permanente a los comités en cosecha de cacao y plátano. El total de beneficiarios asciende a 120 familias y, además, la difusión de sus productos ha conllevado a un incremento del 42% en los ingresos mensuales de cada familia.
Sin embargo, el proyecto no se olvida del componente educativo. Según Wilmer Fernández, “el 70% de los docentes de esta zona no son titulados”. Por aspectos como este, la ONG se ha visto obligada a realizar convenios con las instituciones del Estado y hacer un diagnóstico para ver cómo está el nivel formativo. Han proporcionado a los profesores instrumentos de enseñanza y han acompañado a los estudiantes en actividades agroforestales.
La jornada ha finalizado con la visualización de un video de sensibilización, enfocado a visibilizar los logros, las dificultades y los retos del proyecto. Con esto pretenden generar conciencia sobre los factores que inciden en el empobrecimiento de algunas poblaciones indígenas, y transmite la importancia de promover alternativas, invertir recursos y fomentar la cooperación al desarrollo y la educación ambiental para llegar al concepto indígena del “buen vivir”.