
Tras el resacón de la OTAN en Madrid, la grave crisis económica, política y moral nos devuelve a la realidad. La Alianza Atlántica se ha ampliado a Finlandia y a Suecia desafiando las bravuconadas de Putin -la mayor amenaza de Europa- y ha denunciado el peligro chino en Extremo Oriente, África e Hispanoamérica. El flanco sur no ha sido reforzado y, por tanto, la inmigración clandestina y la soberanía de Ceuta y Melilla siguen como estaban.
El tío Biden ha prometido que los ucranianos no perderán la guerra y nos ha reclamado lo que Trump exigió: aumentar al 2% el presupuesto en Defensa y la llegada de dos destructores antimisiles a Rota. Pasamos de cuatro a seis. Seiscientos soldados más. Bienvenidos.

Recomponer las relaciones bilaterales
Sánchez se ha puesto en primer tiempo de saludo, como Aznar en Las Azores, y ha dicho “yes”. Lo de los buques estaba ya pactado desde febrero porque han llegado 48 horas después de que el presidente abandonara Madrid. La base está en San Diego, California, en la costa oeste de los EE. UU. El aumento en Defensa es una necesidad a la que se opone Podemos y la izquierda en general porque como comunistas fervorosos apoyan claramente al dictador ruso.
La santa cena en el Museo del Prado ha proyectado la “marca España” por todos los confines de la tierra en la que el dúo Pedro-Begoña ha intentado desplazar a los Reyes como presidente (provisional) de la III República y primera dama, respectivamente. La recepción de Felipe VI y doña Letizia confirmó que el Reino está en las mejores manos. En todo caso, las heridas abiertas por Zapatero en 2003 cuando despreció la bandera norteamericana en el desfile del 12 de octubre parecen haber cicatrizado. No es poco. Pasamos a ser socios estratégicos. La generosidad de los anfitriones ha dado sus frutos.
Ahora hay que hipotecar el futuro para que los inquilinos de La Moncloa paguen 12.000 millones más al año por el compromiso del ciudadano Pedro, reconvertido al atlantismo furibundo y con ambiciones de ocupar la Secretaría General de la OTAN. Pedro Sánchez es realmente Zelig, el gran personaje camaleónico de Woddy Allen. Creo que al fin ha entendido que la Alianza es libertad. Y la libertad tiene un precio.

Deslegitimar la Transición
La indignación mediática de Belarra, Irene y Díaz es postureo. Menos tanques, más hospitales. El holocausto ucraniano es trágico: 100 muertos diarios. En el Consejo de Ministros donde se aprobaron los 1.000 millones extra para el Ejército, Podemos siempre calla y otorga. Dicen que no sabían nada. ¿Dónde están sus representantes en la comisión de subsecretarios? Luego cacarean en los medios, en las “tertulias” y en “los canutazos”. La pregunta es: ¿por qué los “pacifistas comunistas” no se van a casa? Porque este no es un Gobierno de coalición, sino una simbiosis de convivencia. Sucede a menudo en el mundo animal, vegetal, mineral y en la vida corriente. Ejemplos: la tenia (o solitaria), plantas y abejas, langostinos y peces, hienas y buitres, hormigas y pulgones…
Quedémonos en la primera clasificación: la convivencia por parasitismo. El Gobierno no está en peligro porque el presidente ha elegido bando y los socios lo tienen cogido por las poltronas, los coches oficiales, los sueldazos, los privilegios, los tres Falcon compartidos y las transferencias interminables a los insurrectos. El poder es la argamasa principal de este Ejecutivo de necesidad hasta que el cuerpo aguante.
Son unos ingenuos quienes piensen (barones del PSOE incluidos) que el doctor va a girar hacia la moderación. Se subió a un caballo desbocado tras la moción de censura y no va a cambiar de montura al final de legislatura. Apostó consciente y deliberadamente por la izquierda separatista y revolucionaria, que son los mismos compañeros de viaje del PSOE en el bienio negro (1931-33) que nos avocaron a la etapa revolucionaria del 34, al Frente Popular del 36 y, finalmente, al guerracivilismo. Aquí y ahora, la meta es el camino; deslegitimar la Transición para preparar con la Ley de Memoria Democrática el advenimiento de la República. Sánchez travestido en Azaña, no en Largo Caballero ni en don Niceto Alcalá-Zamora. Con guion de Arnaldo Otegui y música de Puigdemont y de Junqueras. Tres hombres de paz.

La vicepresidenta Yolanda Díaz pidió con urgencia la reunión del pacto de coalición, pero PSOE y Moncloa consideran más urgente preparar el Debate sobre el Estado de la Nación que no se celebra desde hace siete años. Tragarán carros y carretas porque como dice Bono (don José): “Podemos va a tener más cargos públicos que votantes”.
Escribo horas antes de que esta ministra discontinua presente su plataforma Sumar en El Matadero madrileño. Gran espacio teatral. La idea más brillante que le he escuchado a esta señora, número 1 en popularidad nacional del CIS tenazillo es la de cambiar matria por patria, tras su desconocimiento de los ERES. Ahora con la nueva mentira del fijo-discontinuo, los parados ya no existen.
Después del fracaso andaluz es fácil adelantar la filosofía de trabajo en ese tiempo de escucha con la gente: “Quiero una España alegre, feminista, diversa e inclusiva”. Mensaje demasiado profundo en plena semana LGTBI. Más hueco y huero, imposible. Llama a la unidad (trasversal) a la ciudadanía, pero excluye a sus yoga-compis de Gabinete, excepto a Enrique Santiago. Y a sus apoyos de antaño: Colau y Oltra, ambas procesadas. Baste decir que apenas unas horas antes de su puesta de largo, apareció con una pegatina al lado del corazón, en esta semana del arco iris en la que se podía leer: “Existimos, luego os jodéis”. Muy chuli. Y edificante. Su veraneo será “escuchar”; esperemos que no a costa de los contribuyentes. Lo que podría interesar serían sus propuestas para estos tiempos difíciles; no que no necesita un sonotone. Puro esperpento político.

La recesión espera
La inflación le ha costado la dimisión al presidente del INE, Juan Manuel Rodríguez Poo, un funcionario decente. Un 10,2% es un fracaso económico, político y social. Sin paliativos. Calviño y los suyos se han inventado “brotes verdes” inexistentes calcinados por el coste de la cesta de la compra y el depósito de gasolina. La vicepresidenta económica admitió en sede parlamentaria que “vienen trimestres complejos”. Quiso decir, recesión.
Por mucho que maquillen los datos en el Instituto Nacional de Estadística y en los fogones del CIS de Tezanos, la subida de los costes de energía, la falta de medidas de choque -pese a los fondos europeos-, el descenso de las exportaciones y de la maquinaria industrial, son hechos evidentes. La Bolsa se derrumba. El personal sufre en sus propias carnes la crisis: anulación o reducción de vacaciones, impagos, morosidad a la banca, asfixia a las pymes y a los autónomos y desencanto en el campo por las malas cosechas, los incendios, el transporte por carretera y el parón de la construcción. Menos mal que el TS nos ha hecho un regalo inesperado: los autónomos no tendrán que adelantar el IVA si no han cobrado las facturas. Palo a Montero.
La subida del precio del dinero parece que se pospone a septiembre mientras el Euribor y los créditos al Tesoro ya nos cuestan dinero. Aumenta el déficit y, por tanto, la deuda. Ni una medida de reducción del gasto público. Una espiral peligrosa que el BCE no está dispuesto a financiar eternamente. Lo peor de este tiempo de incertidumbres es un Gobierno sin iniciativas razonables, sin diálogo interno ni con la oposición, sostenido a golpe de decretos ley (124 en cuatro años frente a 117 de Rajoy en dos legislaturas) y un presidente que promete estabilizar 67.000 funcionarios en la sanidad pública cuando ya están en ello las CC.AA. Todo por un titular en el BOE mediático. El PE ha ratificado que la energía nuclear y el gas sean consideradas “verdes” pero Teresa Ribera y su líder cesarista ya han dicho que no. España es el único país del mundo que impide la minería extractiva. Ya conocemos la dependencia energética de Argelia por jugar a brujos con Marruecos. La matanza en el asalto a Melilla (37 muertos) fue un “extraordinario trabajo de la Policía marroquí” que terminó “razonablemente bien”, dijo el presidente desde Bruselas.

¿Comisión de investigación? ¡Quiá! Quince días después, Marlaska mentía descaradamente al asegurar que “se habían cumplido todos los protocolos y se respetaron los Derechos Humanos”. Este es nuestro héroe.
Por si todo esto fuera poco, el reciente asalto a INDRA -vía PRISA- con el despido de los consejeros independientes abre un periodo de inseguridad jurídica que, tras arruinar a los accionistas minoritarios, ahuyentará a los inversores. Este Gobierno fijo discontinuo ultima otro abordaje al TC. Con el colaboracionismo de Carlos Lesmes, íntimo de Gallardón, el Gobierno cambiará las regles de juego otra vez -en la primera impidió hacer nombramientos al Consejo en funciones- para nombrar a los cuatro magistrados del TC. Y no tiene intención de llevarlo a la UE. Conde Pumpido siempre dispuesto “a mancharse la toga con el polvo del camino”.
Paralelamente el TSJC ha desertado de aplicar su propia sentencia para que se pueda estudiar al menos un 25% de español en Cataluña. Rendición preventiva y legitimación de la desobediencia de ERC, Just y PSC. Gracias Illa. La recesión moral es más peligrosa que ninguna otra porque dará pasos a leyes habilitantes (Hitler, 1933). Otro atropello al Poder Judicial.
En unos meses la Constitución será papel mojado. La radicalización de la izquierda toda, incluidos UGT y CC.OO., conformará un actor global amparado en el eslogan “Salario o conflicto”. Ya lo advirtió el presidente. Las manifestaciones sindicalistas ante las sedes de la CEOE son un anticipo de lo que veremos en otoño cuando la temporada turística cierre sus puertas hasta Semana Santa. Habrá violencia en las calles al día siguiente de abrir las urnas generales. ¿En este ambiente tan hostil es posible alcanzar un Pacto de Rentas? ¿Y de pensiones? Imposible.

Las encuestas ratifican que el cambio de ciclo ha comenzado. A la revolución la llamarán eufemísticamente, “un estallido espontáneo del pueblo”. La recesión nos hará más pobres e insolidarios, menos libres y más desiguales.
Escala en las Azores
Las islas portuguesas en el corazón del Atlántico se hicieron famosas el 16 de marzo de 2003 por la cumbre convocada por José Manuel Duráo Barroso. Asistentes: George W. Bush (USA), Tony Blair (Reino Unido) y José María Aznar (Reino de España). El ultimátum a Saddam Hussein culminó la Operación Libertad Duradera y, quizás, tuvo como venganza la masacre del 11-M.
Casi 20 años después, las Azores han vuelto a la primera página por la escala que el Falcon del Ministerio de Defensa realizó en el aeropuerto para repostar antes de alcanzar la costa este de Estados Unidos. Las distinguidas pasajeras eran la ministra de Igual-da, Irene Montero –“nosotros siempre viajamos en clase turista”, su directora de gabinete Lidia Rubio, la secretaria de Estado, Angela Rodríguez y la portavoz de Podemos y asesora, Isa Serra. La agenda oficial hecha pública a posteriori no justifica ese despilfarro público.
Pedro, su amado líder, siempre es generoso con su muchachada; les prestó el Falcon para que se alejaran del boato de la Cumbre de la OTAN. Y acertó. Los selfis en Washington y Nueva York delatan que todo el viaje fue una tomadura de pelo a los millones de ciudadanos españoles que no llegan a fin de mes. Con la que está cayendo ¿cómo es posible tanta obscenidad? ¿No hubiera sido mucho más barato viajar en línea regular, incluso en Businees Class? Ya les enseñó su exvicepresidenta Carmen Calvo que el dinero público no es de nadie.
La ministra de Galapagar guarda silencio al igual que lo hizo con la matanza de Melilla; con Teresa, la adolescente abusada por el marido de Mónica Oltra (Compromís, socio del PSV) o de las menores prostituidas en Baleares donde el gobierno de Francina Armengol (PSOE) las tenía en centros de acogida. El silencio es el amigo más noble del comunismo. Isa Serra, condenada a 19 meses de cárcel por insultar a una policía y por quemar cajeros se ha defendido atacando. “Esto es violencia política contra mujeres feministas”. Con dos pares. Podían haber ido a Afganistán o a Qatar para defender el orgullo gay y el aborto. Pero ellas siempre viajan, aunque sea con escalas, al país del capitalismo. Cuando hayan paseado Washington -no NY- habrán aprendido dónde reside la verdadera capital del imperio.
Esperemos conocer el itinerario y el coste i(real) de este viaje turístico y que el presidente no las ampare aplicando la Ley de Secretos Oficiales y la nueva norma de Seguridad Nacional. Pero más allá del viaje, el ministro del Interior y el de AA.EE deben explicar cómo una condenada en firme por delitos graves puede burlar las aduanas norteamericanas. ¿Quién les facilitó el visado ocultando la sentencia firme de la Justicia española? ¿Se les concedió un pasaporte diplomático temporal? ¿Quién lo autorizó?
Y voy más allá. ¿Cómo puede el Estado pagar un sueldo escandaloso a una persona condenada por humillar e insultar a una funcionaria ejemplar? Ni cumple Isa la condena de cárcel porque no supera los 24 meses y un día ni está contemplado que se le inhabilite para ejercer un cargo público. Alguna vez los políticos deberán entender que solo la inhabilitación económica y política es la herramienta más útil para acabar con la corrupción, el terrorismo y el separatismo.

Blanquear a los enemigos de España
Se acaban de cumplir 25 años de la liberación de Ortega Lara. Recuerdo perfectamente el momento de su secuestro durante el Congreso Nacional del PP en Madrid en 1996. El presidente del Gobierno, que tanto se conmovió en sede parlamentaria cuando se suicidó un etarra hace unos meses, no ha sido capaz de escribir un hilo en Twiter. No nos sorprende tras dejar en manos de Mertxe Aizpurua -condenada por colaborar con ETA- que ella prolongue el franquismo hasta 1983. No sabíamos que Felipe González –“la música no suena bien”- era un franquista. “Llámale X”, argumentan Bildu y ERC. Pedro traiciona hasta al patriarca FG.
La venganza de ETA a la liberación de Ortega Lara, hoy en VOX, fue la ejecución sumaria del concejal de Ermua, Miguel Ángel Blanco. Yo no sé dónde estaba don Pedro Sánchez Pérez-Castejón. Yo, sí. Aquel sábado 12 de julio por la tarde estaba en la Puerta del Sol, suplicando a los terroristas que no lo mataran. Mi hija con 13 años lo recuerda aún con dolor. De nada nos sirvió rezar en voz alta. El espíritu de Ermua cambió el curso de la Historia. España reaccionó y Carlos Totorica, alcalde socialista de la ciudad nos despertó de una pesadilla totalitaria. ZP y Sánchez blanquean desde hace quince años a los asesinos vascos y a sus herederos.
Cinco lustros después, Felipe VI acudirá a la villa vizcaína este domingo para rendir homenaje a Miguel Ángel Blanco. Y allí estará Sánchez parapetándose en la Corona. Varias asociaciones de Víctimas del Terrorismo han declinado asistir porque hay 370 asesinatos sin resolver que la Fiscalía no investiga, y porque este Gobierno simbiótico ha apoyado a Bildu sin fisuras en Navarra hasta convertirse en un “socio estratégico” del Gobierno de la Nación. “Nunca gobernaré con Bildu. Se lo digo una y si quiere hasta veinte veces. Nunca gobernaré con Bildu. Palabra de Sánchez. Esta provocación no puede salir bien.
Faltaba la conspiración
Termino justificando el título. Las declaraciones del presidente acusando a burgueses con puro de fabricar un complot con fuerzas ocultas (e invisibles) a través de sus terminales mediáticas para acabar con este Ejecutivo tan progresista, nos recuerda a Franco y a sus conspiraciones judeo-masónicas. Todo el IBEX y la prensa canallesca trabajan para derribar a este Gobierno que los demócratas no nos merecemos. Si el enemigo exterior es Putin, a lo peor los conspiradores están en su propio equipo.
Las campañas de emotividad y victimismo no cuelan. Controla desde el BOE a PRISA y RTVE; desde la Cinco y la Sexta a RNE, la agencia EFE, el CIS, el CNI -herido de muerte- a Twitter, FB, varias televisiones autonómicas y rinde pleitesía a los corresponsales extranjeros y a los directores de los programas del corazón.
Cuando en política los rivales se convierten en sombras, el miedo ha empezado a horadar el universo de mentiras sobre las que se ha construido el relato. Ya no hace autocrítica. Tras el varapalo andaluz, quiere hacernos creer que la moral es altísima, casi religiosa, medieval. Que tome nota del mentiroso periodista y político más embustero de nuestro tiempo: Boris Johnson.
El doctor Sánchez ya no es feliz con lo que tiene. Por eso, nunca será feliz con lo que le falta. La persecución ya no lleva directamente al martirio, sino al delirio, al delirium tremens. Se radicalizará mucho más todavía porque sus apoyos conocen sus debilidades. Dividir a la sociedad civil es el objetivo más inmediato. Es leal a sus socios y, por ende, es cruel con todos los demás. Los fantasmas invisibles solo existen en su factoría de ideas monclovita. Propaganda. Tiene miedo al futuro. A “Pegasus” y al centro derecha “fascista” PP-VOX. Ahora, tiene temor, sobre todo, a la opinión pública y a libertad de las urnas.
Antonio REGALADO dirige BAHÍA DE ÍTACA