El Gobierno vacía el pantano de Santa Teresa para cumplir con Portugal y quitárselo a los regantes

La Confederación Hidrográfica del Duero, dependiente del Ministerio de Transición Ecológica, próximamente producirá un importante vaciado para dar el agua a Portugal dentro del marco del Convenio de la Albufeira.
Entre otras cuestiones, el convenio establece que cada Estado realizará en su territorio la gestión de sus infraestructuras hidráulicas. El objetivo es que se garantice el cumplimiento de un régimen de caudales fijado en una serie de secciones de los ríos llamadas “estaciones de control”.
El titular de la presa es el Estado y el régimen de funcionamiento del embalse, es decir, el caudal de agua que sale de la presa, solo lo decide la Confederación Hidrográfica del Duero.
El agua que desembalsa Santa Teresa contribuye al cumplimiento del convenio por el punto de control denominado Presa de Saucelle y río Agueda. Es por aquí, entre el 30 de septiembre y el 1 de octubre, por donde deben circular 3.800 hm3 en dirección a Portugal.
La gestión hídrica se ve altamente condicionada por dicho convenio que obliga a desplazar semanal, trimestral y anualmente determinados volúmenes de agua hasta el país vecino.
Por ahora, no se sabe hasta dónde bajará la lámina de agua pues no se han concretado las cifras, pero es previsible que exista una disminución notable. La energía producida por la salida de agua es subsidiaria del convenio de la Albufeira y de las decisiones de la Confederación.
La página web ‘embalses.net’ recoge que el martes 2 de agosto tenía una capacidad de algo más del 64%, habiendo descendido cerca de un 5% con respecto a la semana pasada. La misma semana del año pasado, este embalse se encontraba al 68% de su capacidad total.
Además, según todas las previsiones meteorológicas, se espera que el mes de agosto siga siendo extremadamente cálido, seco y bajo en precipitaciones. Esto podría haría de la decisión del Ministerio aún más peligrosa y problemática las próximas semanas.
El Ministerio de Teresa Ribera sigue dando bandazos sin saber dónde actuar ni con razón ni con ecologismo. Ahora, pretende dejar sin agua a los regantes de una zona que cada día padece más la sequía y, muy probablemente, los afectados harán saber su malestar con esta decisión.
Parece que el Gobierno de Sánchez sólo acierta cuando se corrige a sí mismo. Ya veremos si esa será una de esas situaciones y si la ministra seguirá dando la espalda al campo de Castilla y León, a los que primero puso el lobo y ahora quita el agua.