Opinión

Argelia: el Hirak renueva sus protestas 

photo_camera El movimiento Hirak

La transición política en Argelia ha durado poco. El movimiento Hirak, que consiguió poner fin al régimen impuesto por Abdelaziz Bouteflika, ha vuelto a las calles, ahora en contra del nuevo presidente, Abdelmadjid Tebboune y su Gobierno. La argumentación de los líderes es que todo cuanto pasó en 2019 y 2020 lo único que consiguió fue que no cambiase nada. Algunas iniciativas de liberalización del sistema no han calado en la población que las considera más de lo mismo. 

Unos días atrás, el Gobierno decretó la libertad de varios centenares de presos detenidos durante las más de 50 manifestaciones tumultuarias que se repitieron en los dos últimos años. Fue una decisión presentada como de buena voluntad que no consiguió el objetivo de calmar los ánimos; al contrario, el ambiente ha vuelto a crisparse y con mayor virulencia si cabe. La semana pasada se produjeron marchas de protesta en varias ciudades. 

Y el martes, fue en Argel, donde aún se mantienen muchas instalaciones de protección de negocios de la etapa anterior. A pesar de la lluvia, miles de personas volvieron a concentrarse en las plazas y calles adyacentes. Algunos llegaron desde el interior burlando las medidas de restricción del tráfico impuestas. La Policía intervino nuevamente con dureza y detuvo a cerca de un millar de manifestantes. Varias decenas de manifestantes y policías resultaron heridos en los enfrentamientos. 

Algunos testigos manifestaron que la represión fue más dura que en las anteriores confrontaciones. Los conocedores de la situación que se está viviendo coinciden en el malestar que generan las dificultades económicas agravadas como consecuencia de las medidas contra la COVID-19. Autoridades y muchos ciudadanos expresan su temor ante las consecuencias que las manifestaciones puedan tener en la expansión de la pandemia. 

Muchos de los manifestantes no llevaban mascarillas ni, por supuesto, se respetaron las distancias recomendadas para evitar los contagios. Los gritos de protesta fueron una constante en la posible propagación del virus. Entre las protestas destacaron las críticas a los medios de comunicación, y, particularmente, la televisión; a los que acusan de no informar correctamente de sus inquietudes ni de defender sus derechos.