Opinión

Impotencia, falta de vergüenza e incapacidad

photo_camera ASSOCIATED PRESS/ANDRIY DUBCHAK - Un soldado ucraniano se ve en la línea de separación de los rebeldes prorrusos en la región de Donetsk, Ucrania.

No llevamos ni dos semanas de guerra en Ucrania y a pesar de ser injusta, no declarada y ocasionada por las manías de un loco, el mundo ya ha tirado la toalla al centro del ring, ha sacado la bandera blanca y se ha convertido en un vergonzoso espectador, para ver, desde su butaca, las cosas, atrocidades y miserias pasar.

No será porque no llevaba meses la Administración norteamericana anunciando que esto iba a llegar. No les creímos o, lo que es peor, pensábamos que exageraba porque otras veces sus “provocados fallos” en inteligencia llevaron al mundo a una guerra sin una verdadera causa que la pudiera mínimamente justificar.

No caímos en pensar, que, en aquella ocasión, la de las armas químicas en Irak, a ellos les interesaba crear la imagen y dar la sensación de forma patente y clara para que, con ella, sus actos de ocupación sobre aquel país fueran más que necesarios para evitar un mal mayor, y nadie les pudiera criticar.

AP PHOTO/EFREM LUKATSKY - Fotografía de archivo, el presidente ucraniano Volodimir Zelenski, en el centro, durante la ceremonia de toma de posesión en Kiev, mayo de 2019

Todos sabemos que los malos dirigentes o aquellos cuya incapacidad es grande y manifiesta tratan de influir en sus servicios de inteligencia para calmar los ánimos de la población o para apoyar sus guerras o posturas bélicas de forma patente, falsa y muy singular.

Tampoco Putin nos ha ocultado para nada su plan para invadir Ucrania, y someterlo a una masacre. Un plan basando en viles y execrables actos; en razones que no tienen peso alguno y que, cualquiera, por pueriles y falsas, fácilmente, las puede desmontar.

Lleva años comiéndose aquellas partes de Ucrania y de otros territorios a su alrededor que más precisa o le apetecen por capricho o necesidad, sin que la Comunidad Internacional diga o haga nada para sus pasos parar. Ahora, nos justificamos y acallamos las conciencias, diciendo y proclamando que nadie podía pensar que, al borde de acabarse el primer cuarto del siglo XXI, una acción tan espantosa, ruin y cruenta como esta pudiera pasar.

De acuerdo, toda excusa es válida para un mal perdedor. Pero, si analizamos nuestros pasos recientes y actuales, vemos que las justificaciones, los inventos y los parches dados sobre la marcha son pobres, poco resolutivos y nada van a poder arreglar.

En la OTAN, la UE y en muchos países miembros de ellas, se acaban de revisar sus medidas y planes de seguridad y defensa (España entre ellos) nacional y colectiva, sin contemplar ni siquiera la posibilidad del más mínimo incidente en aquella zona, a pesar de como hoy vemos, lo mucho, que su inestabilidad nos podía llegar a afectar.

La OTAN a por uvas, discutiendo si eran galgos o podencos, casi a punto de disolverse y frotándose las manos porque su próxima Cumbre -que paga el país organizador- era en Madrid y aquí, como todos saben, suele ocurrir que en estos jolgorios internacionales a cargo de sufrido contribuyente están garantizadas tanto la juerga, como el buen yantar.

PHOTO/ Servicio de prensa del Estado Mayor de las Fuerzas Armadas de Ucrania vía REUTERS - Tanques de las Fuerzas Armadas de Ucrania se ven durante los ejercicios en un lugar desconocido cerca de la frontera de Crimea anexada a Rusia, Ucrania

Putin jugando al gato y al ratón, moviendo sus fuerzas a su antojo y sin ton ni son; diciendo que eran unas simples maniobras, cuando en realidad eran actos de acumulación de medios, entrenamiento en acciones de fuego real y de acoso psicológico a los ucranianos sin cesar.

Trataba de amedrentarlos, bajarles la moral, hacer que su presidente-humorista se meara en los pantalones y saliera corriendo del país, donde tras una guerrita relámpago, pegando solo cuatro tiros, de nuevo, y como en ocasiones anteriores, pudiera instaurar un Gobierno marioneta o simplemente, esta vez, todo su territorio poder anexionar.

Tan solo los americanos del Tío Sam veían la jugada; pero ante su contumaz insistencia, algunos occidentales empezaban a reírse de ello, al considerarla una alarma muy “poco fundada y pertinaz”, porque la anunciada ofensiva no se producía y, al contrario, los rusos mostraban al mundo entero ciertos movimientos de tropas, que simulaban que sus soldados se replegaban y volvían a casa tras unas maniobras agotadoras, pero nada más.

Falló la inteligencia individual y colectiva de la UE, la OSCE, Naciones Unidas y, sobre todo, la de la OTAN, que es la organización que sobre la defensa de Europa más tiene que hablar; porque no lo olvidemos, es su auténtica razón de ser y casi única prioridad.

Putin se cansó de dar vueltas en el tiovivo y, sin declarar la guerra a un país vecino, democrático y soberano, lanzó una pequeña ofensiva sobre él, que pronto, contrariamente a los previstos planes por sus Estados Mayores, se volvió en su contra, por lo que aquellos cálculos y acciones iniciales se tuvieron que cambiar.

Ante tal atropello y ruindad, la ONU mostró su total y absoluta impotencia e incapacidad, un Organismo mastodóntico, que está aquí para evitar este tipo de actos ilegales y crueles, solo mostró sus incapacidades, que tiene los pies de barro y las manos atadas por Rusia y en algo China; dos países que forman parte de su Consejo de Seguridad como miembros permanentes, con derecho de veto a la hora de votar.

AP/ALEXEI ALEXANDROV - La gente ondea banderas nacionales rusas celebrando el reconocimiento de la independencia en el centro de Donetsk, el territorio controlado por militantes prorrusos, en el este de Ucrania, a última hora del lunes 21 de febrero de 2022

La OTAN pronto se escudó, en que, según sus estamentos y acta constitucional, no lucha en terrenos que no son parte de sus Aliados, de su interés o responsabilidad; obviando, impúdica y vergonzosamente los años que ha estado desplegados y guerreando en Afganistán, y sus intervenciones más o menos prolongadas y cruentas en escenarios como los Balcanes e Irán.

La UE, la pobre, sabe que para esto no se creó, aunque con un tal Borrell a la cabeza quiere jugar a ser mayor; aunque conoce, que la idea de ser algo mejor en cuestiones de defensa y seguridad, son sueños caros y, por el momento, bastante idílicos, a los que solo dentro de muchos años o incluso nunca, se harán realidad. Por lo que se ha limitado a jugar la baza de la economía por ver, si en ese mar revuelto, en algo pudiera influir o sacar.

China expectante sobre el escenario bélico y a la espera de lo que sucede con Rusia. Como aliado especial militar y económico ruso, no quiere involucrarse, de momento, a no ser que las circunstancias le obliguen a tomar parte de forma clara y sin medias tintas, a poner sus cartas sobre la mesa y no nos las pueda ocultar.

Las restricciones económicas que pretendemos implantar sobre Rusia y sus dirigentes, aunque aparentemente sean fuertes y efectivas, no lo son tanto en realidad. Los rusos pronto han encontrado varios caminos como las criptomonedas y otro tipo de tarjetas chinas que se unen a la hipocresía europea de seguir costeándole esta inhumana guerra, porque la compra masiva y diaria de petróleo ruso, a estas fechas, aún no han decidido cortar.

REUTERS/TOM BRENNER - El presidente de Estados Unidos, Joe Biden

Solo nos queda intentar que algún día sea juzgado de forma presente o en rebeldía como criminal de guerra por llevar a cabo crímenes colectivos de lesa humanidad; por invadir un país sin declaración previa de guerra y por hacerlo con toda saña, fiereza e irracionalidad. Pero ese tema, mucho me temo, no es algo que preocupe en demasía al nuevo y despiadado zar.

Mientras tanto los ucranianos están cada día más solos, en una lucha numantina, que, de momento, tiene mucho de un débil David contra un fuerte Goliat; mientras, los vecinos europeos y los amigos de algo más allá, calmamos nuestras conciencias, mandándoles pistolas, fusiles, ametralladoras, algún misil ligero, cascos, tiritas y compresas para que con sus propios cuerpos, un pueblo poco o nada entrenado bélicamente, pueda tratar de parar a una potente máquina bélica, que ya está claro, no va a cejar, hasta la derrota o conquista final.

Ahora, eso sí, como parte de nuestra poca vergüenza, inutilidad e incapacidad para frenar al tirano y hacer algo que merezca la pena, nos limitamos y aprestamos a recibir a los refugiados que, por millones, este conflicto ha provocado y que huyen despavoridos de un país, el suyo, al que un sátrapa, dictador e irracional ha decido dejar arrasado como un solar.

PHOTO/Presidencia de Rusia - El presidente ruso Vladímir Putin reúne al Consejo de Seguridad de la nación, 21 de febrero de 2022, Moscú

Veremos lo que nos dura ese sentimiento y corriente humanitaria; tenemos cercanos y presentes, varios ejemplos al respecto, que no nos hacen augurar nada bueno y duradero, porque somos dados al cansancio y pronto buscamos la forma de olvidarnos de ellos, por mucho que ahora lloremos por su seguridad y actuemos por su integridad.

Por último, no puedo cerrar este trabajo, que trata de mostrar las inmundicias y debilidades de la política internacional, sin hacer mención a la vergüenza que siento personalmente, porque en mi Gobierno y Parlamento, haya ministros y partidos, que defiendan públicamente esta masacre con toda caradura e impunidad.