Bajmut y los océanos

Los drones tienen muchas aplicaciones y resultan de una gran utilidad. Acertaron los que no hace mucho tiempo hablaban de las nuevas profesiones y señalaban con tesón la de piloto de drones. En Ucrania se utilizan dos aplicaciones: una, enorme y eficazmente destructiva, otra, enseñar con todo detalle esa espeluznante destrucción de pueblos y ciudades. Cuando nos enseñan lo que ucranianos y rusos quieren que veamos, con la información y la propaganda como estrategia fundamental dentro de su planteamiento operativo, un profundo estremecimiento recorre cualquier conciencia y se desborda el sentimiento de repulsa ante los esfuerzos de los seres humanos de crear máquinas asesinas. 

Bajmut es el nuevo símbolo del martirio de una resistencia numantina frente al invasor ruso, que tiene antecedentes históricos como Stalingrado, frente a los nazis. Hoy se han cambiado los papeles y son los rusos los agresores invasores. Hay otros muchos pueblos, lugares arrasados y miles de vidas segadas por la ambición de un político frío y calculador que afronta las consecuencias de sus errores que han dañado gravemente a millones de personas en todo el mundo. Muchos creen en la diplomacia como solución al conflicto, pero no exigen la retirada del invasor ruso. 

Putin y Zelenski pueden estar convencidos de que, tarde o temprano, tendrán que negociar un final del conflicto que en estos momentos se presenta bastante impredecible. Nos movemos por indicios y señales. En la India, con motivo de la cumbre de ministros de Asuntos Exteriores de los países del G20, los más desarrollados del mundo, se celebró un breve encuentro entre Blinken y Lavrov, sin resultados novedosos que sepamos. El norteamericano aseguró al ruso que se mantendría el apoyo a Ucrania todo el tiempo que fuera necesario. Y el ruso dijo que ese apoyo de la OTAN mantenía la guerra. Este tipo de reuniones permiten reuniones, encuentros sin necesidad de acta oficial ni agenda previa, lo que suele ser bastante útil a la hora de intercambiar y acercar planteamientos. El encuentro entre los ministros ruso y chino pueda tener más repercusiones que iremos conociendo con el tiempo. El presidente chino Xi Jinping afianza su poder en las estructuras de su régimen y puede ser un factor clave a la hora de buscar una solución. El aumento del presupuesto militar chino no invita a ser optimista. 

Sin embargo, en este mundo convulso que nos toca vivir nos podemos agarrar a un acuerdo histórico. Los humanos no estamos tan rematadamente locos de querer destruirnos unos a otros y queda espacio para proteger los océanos y la biodiversidad marina en aguas internacionales. La ONU consigue el éxito tras 15 años de negociaciones y es porque los países que la integran así lo han querido. Esperemos que no tarden tanto tiempo con Ucrania.

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