LaLiga, el Barça y Pedro Sánchez

Joan Laporta y Pedro Sánchez
Joan Laporta y Pedro Sánchez
Washington alberga preocupación por las asociaciones comerciales de LaLiga y el FC Barcelona con entidades africanas como MTN Group y el Gobierno de la República Democrática del Congo

Desde hace demasiado tiempo, ya dos años, los que han transcurrido tras las elecciones generales del 23 de julio de 2023, el gobierno de Pedro Sánchez ha mantenido una política exterior que apenas responde a los verdaderos intereses de España, se enfoca mucho más a sus ambiciones personales y partidistas de mantenerse en el poder a cualquier precio. 

En esa estrategia, algunas decisiones se enmarcan en el objetivo evidente de rebañar votos por la extrema izquierda de cara a una más o menos próxima cita electoral en la que la táctica del miedo a la ultraderecha demuestre su agotamiento y la corrupción lleve su castigo, el recurso sea presentarse como el gran líder de la izquierda internacional en detrimento de Sumar y Podemos. 

Decisiones que han deparado un enfrentamiento directo con la actual administración norteamericana del presidente Donald Trump, con el gobierno de Israel y también con sus socios europeos que llevan más de un año sin contar con España en reuniones clave del núcleo de países cuyos gobiernos son los que toman las decisiones: Francia, Alemania, Italia, Reino Unido. 

En los últimos encuentros de trabajo de ministros de Defensa, de Asuntos Exteriores o de Interior sobre la inmigración de estos países se han incorporado otros gobiernos como el de Polonia o Finlandia. 

Este miércoles la exclusión de Pedro Sánchez de la reunión virtual de líderes europeos, organizada por el canciller alemán Fiedrich Merz con los que realmente tienen peso, decisión y mando como son Francia, Alemania, Reino Unido e Italia, resultó grosera y contundente. 

El presidente del gobierno de España fue colocado en el furgón de segunda en lo que se llama coalición de voluntarios. Estamos hablando de Ucrania, pero lo mismo ocurre con el diseño de la nueva Europa, sobre todo en seguridad y defensa.

Sánchez, y por desgracia España, está recogiendo la exclusión, el ninguneo, la indiferencia por parte de Washington, pero también de sus socios europeos que tuvieron que sufrir su cruzada solitaria con Palestina dejándolos en evidencia, el desplante contra Trump y los aliados al afirmar que España no llegaría al 5% del presupuesto en seguridad y defensa aunque lo había firmado en la cumbre de la OTAN, incrementar las relaciones con China por su cuenta con contratos con la empresa Huawei que tantos recelos provoca en Estados Unidos y en la UE, suspender la compra de aviones F-35 norteamericanos o  mantener una cumbre en América Latina con los líderes de extrema izquierda lanzando mensajes que chirrían en todas las cancillerías occidentales. 

Hay otras decisiones en diversos sectores que también contribuyen a granjearse la animadversión de sus socios y aliados. Incluso la Comisión Europea y otras instituciones comunitarias publican informes donde queda muy entredicho la ley de Amnistía para los independentistas catalanes, con Puigdemont al frente, o los datos de los miles de millones de euros de los fondos europeos, en concreto de los Next Generation, que quedan sin ejecutar por negligencia del gobierno Sánchez y el plazo termina en 2026.

En estos meses ya se han producido repercusiones negativas ante la falta de confianza que destilan los movimientos de Sánchez como es la reducción notable de inversión extranjera en España y la salida del puerto de Algeciras de las rutas de contenedores comerciales. 

 

Washington y los acuerdos de LaLiga y el Barca en la RDC

Pero puede haber más y en sectores tan populares como los negocios del fútbol que pueden verse afectados por informes negativos de varias instituciones de Estados Unidos.

Michael Walsh  investigador sénior no residente del Foreign Policy Research Institute nos comenta que en España, el actual Gobierno de Pedro Sánchez se enfrenta a dificultades políticas tras una serie de escándalos de corrupción de alto nivel relacionados con su Partido Socialista Obrero Español (PSOE). 

“En medio de esta crisis política interna, el Gobierno de Sánchez ha decidido seguir socavando los intereses de seguridad nacional y política exterior de Estados Unidos a nivel global. Esto incluye adoptar posturas contradictorias respecto a China, Israel y la OTAN. La controversia con Huawei es un ejemplo reciente. El Gobierno estadounidense busca maneras de presionar al Gobierno de Sánchez para que cese y desista de la aplicación de una política exterior española que debilite la alianza transatlántica entre España y Estados Unidos, sitúa Walsh el tema.  

Inmediatamente surge la pregunta ¿Qué puede hacer la administración Trump? La respuesta es directa: “una opción que podría explorarse es que el Departamento del Tesoro y el Departamento de Estado de Estados Unidos elaboren conjuntamente para la Casa Blanca y el Congreso una evaluación sobre la incompatibilidad de la Federación Española de Fútbol con los intereses de seguridad nacional y política exterior de Estados Unidos.

Dicho informe, casi con seguridad, revelaría una serie de preocupaciones relacionadas con LaLiga y sus clubes. Las posibles preocupaciones podrían incluir las asociaciones comerciales de LaLiga y el FC Barcelona con entidades africanas como MTN Group y el Gobierno de la República Democrática del Congo, respectivamente

En Washington se mira con enorme desconfianza el contrato de 44 millones de dólares entre el F.C. Barcelona y el Ministerio de Deportes y Ocio del país africano al que se le atribuyen más allá de los deportivos y turísticos, unos posibles intereses de imagen y de apoyo político de un gobierno con malas relaciones con la administración Trump.

Si se incluyeran como apéndice del informe recomendaciones de sanciones sobre entidades de LaLiga (p. ej., el FC Barcelona), esto otorgaría al Gobierno estadounidense una mayor influencia diplomática que podría utilizarse contra Sánchez en el futuro. 

En el caso del FC Barcelona, se combina el interés económico y el político, porque Sánchez depende del apoyo de los actores políticos catalanes para mantenerse en el poder. La introducción de sanciones estadounidenses contra LaLiga o el FC Barcelona ejercería una presión increíble sobre dichos actores políticos catalanes y, por extensión, sobre Sánchez. Llegamos a una situación donde parece que se han cruzado demasiadas líneas de todos los colores y los recursos y decisiones tienen su impacto. 

Walsh estima en cuanto al impacto que el momento es importante. El impacto sería especialmente fuerte si la presión se aplicara en el período previo al recientemente anunciado partido de LaLiga entre el FC Barcelona y el Villarreal, que se celebrará en Miami en el estado natal del secretario de Estado de EE. UU., Marco Rubio, a finales de este año. Para que eso suceda, la Administración Trump y/o el Congreso de los EE. UU. tendrían que ordenar al Departamento del Tesoro y al Departamento de Estado de los EE. UU. que elaboren conjuntamente el informe y las sanciones de EE. UU ahora. 

La línea roja que resulta más determinante contra Sánchez ha sido la decisión unilateral reciente de suspender la compra de aviones F-35 norteamericanos, lo que proporciona una clara justificación para que los responsables políticos estadounidenses presenten dicha solicitud como una respuesta a esa controvertida decisión de Sánchez. 

La forma de llevarlo a cabo es clara, según explica Wasls: en última instancia, dicha solicitud podría ser iniciada por la Casa Blanca o el Congreso de los EE. UU. Por ejemplo, el senador Jim Risch podría iniciar la solicitud dentro del Comité de Relaciones Exteriores del Senado. 

Tal medida probablemente sería bien recibida por varios grupos de interés. Los ejemplos potenciales incluyen a los contratistas de Defensa de EE. UU. y a ciertas ligas deportivas de EE. UU. También probablemente sería bien recibida por la base republicana. 

Es por eso que LaLiga y el Barca deberían preocuparse por la situación política que se ha creado y que provoca daños colaterales en un mundo donde no existen las casualidades, las cosas ocurren por algo y los actos tienen sus consecuencias.