Los intereses de Macron

Emmanuel Macron

La historia reciente de Oriente Medio enseña que los árbitros o mediadores para intentar consolidar una estabilidad duradera tienen poco futuro. Hace ya mucho tiempo que nadie lo intenta, a no ser que su actuación albergue también el impulso de sus propios intereses. Es el caso del presidente norteamericano, Donald Trump, con el establecimiento de relaciones diplomáticas entre Emiratos Árabes Unidos e Israel. El trabajo realizado por su yerno, Jared Kushner, tiene objetivos relevantes para la región como enfrentar la expansión de Irán, pero también una clara intención electoral para su pretendido nuevo mandato a lograr en las elecciones presidenciales del próximo 3 de noviembre. 

En medio de movimientos clave para la región aparece la activa figura del presidente francés, Emmanuel Macron, viajando a Líbano al día siguiente de la devastadora explosión en Beirut y hace pocos días, justo cuando varios aviones franceses con ayuda llegaban el país de los cedros. Y cuando reforzó su presencia militar en el Mediterráneo con el envío a Creta de cazas Rafale para respaldar a Grecia y Chipre frente al acoso militar del presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, y tras los escarceos registrados entre fragatas francesas y turcas en aguas mediterráneas. 

Las ambiciones de petróleo y gas de Erdogan y su agresiva intervención en Libia, Siria o Irak; sus compras de armamento a Rusia y su respaldo a Qatar y a los Hermanos Musulmanes han creado graves tensiones en el seno de la OTAN. Josep Borrell ha viajado a Libia y a Egipto; mientras, la norteamericana Stephanie Williams, enviada especial de la ONU para Libia, ha recorrido Marruecos, Egipto y Túnez para recabar apoyos a una nueva mesa de diálogo en Ginebra entre las partes libias enfrentadas. 

Macron, mientras tanto, ha continuado con su agenda para reforzar el papel francés en Oriente Medio con una visita a Irak donde ha enviado otro mensaje al turco Erdogan: “Hay que respetar la soberanía iraquí”. La cuestión que se plantean varios analistas de la región es la verdadera intención del presidente francés, porque guarda un exquisito celo en no incomodar a Irán con sus declaraciones y contradice posiciones de Estados Unidos. En Líbano, Macron evitó criticar a Hizbulá, aliado iraní. El Gobierno de Irak planteó la visita francesa como una oportunidad para lograr financiación o apoyo militar mientras el presidente galo se interesaba por el proyecto de metro de Bagdad, la estructura de suministro eléctrico, varios proyectos energéticos y de transporte. Francia busca ser un socio importante para Irak, Líbano y otros países de Oriente Medio. Macron cuida intereses de sus empresas en Oriente Medio y recuperar popularidad interna. 

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