Opinión

El interés hacia Asia Central en la política exterior iraní

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Este artículo analiza la importancia de la región de Asia Central en la política exterior iraní y qué factores geopolíticos llevan a Teherán a mantener relaciones comerciales y políticas con las exrepúblicas soviéticas desde 1992. A su vez, evalúa qué papel ha jugado el mar Caspio y los acuerdos sobre la delimitación de sus aguas en la reavivación de las relaciones con los países centroasiáticos, permitiendo a Teherán planificar y desarrollar proyectos de gran impacto tanto para el país persa como para la región. Por último, el autor hace un recorrido por los vectores más importantes de las relaciones bilaterales de la República Islámica de Irán con las cinco exrepúblicas soviéticas, destacando los éxitos y retos de futuro para Teherán en los años próximos.

El método iraní hacia Asia Central: soft power, economía y la importancia del mar Caspio

Irán, que había ignorado enormemente a la región durante años, se vio favorecida por la disolución de la URSS permitiéndole acabar con la escasez de ideas de las élites iraníes con respecto a esta área geográfica. La rentabilidad de relaciones bilaterales de los países centroasiáticos con Irán, al menos en un inicio, son win-win. Las exrepúblicas soviéticas ven en el país persa una pieza clave para aliviar la dependencia económica de Moscú, diversificar su economía y, sobre todo, satisfacer la imperiosa necesidad de encontrar una salida al mar para sus exportaciones1. En el caso de Irán era una oportunidad para copar un incipiente y joven mercado deseoso de inversiones y, a la vez, una manera de evitar las sanciones internacionales impuestas desde 1996. El país persa ha demostrado ser un aliado comercial fiable, especialmente para los países landlocked2 necesitados de una salida al mar3.

La idea de Teherán es la de convertirse en la voz principal de Asia Central, utilizando lazos culturales compartidos y su membresía en varias instituciones regionales como son la Organización de la Cooperación Económica4 o la Organización de Cooperación de Shanghái para sus fines hegemónicos regionales. Desde el año 1995 en adelante, Irán ha seguido una política de moderación y de aceptación del nuevo statu quo regional tras la Segunda Guerra del Golfo5, aplicando una revisión pragmática de sus relaciones con los países árabes y centroasiáticos6.

La disolución de la Unión Soviética suspendió los tratados de delimitación territorial entre Persia/Irán y la URSS firmados en 1921 y 1940 sobre el mar Caspio. Hasta 1991, había sido tratado como un condominio entre dos países, quedando legalmente sometido a la autoridad conjunta de Teherán y Moscú, por lo que el surgimiento de las exrepúblicas soviéticas provocaba un vacío legal en el derecho marítimo7. A mediados de los años 90, Azerbaiyán y Kazajistán apoyaron la necesidad de una nueva Convención de las Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar, dando lugar en 1996 a la primera reunión interministerial que daría paso a dos décadas de litigios entre los cinco países implicados (Azerbaiyán, Irán, Kazajistán, Rusia y Turkmenistán).

El mayor escollo de las negociaciones fue, principalmente, la concepción iraní del mar Caspio como un lago interior. Esta reclamación histórica iraní dilataría las negociaciones en una serie de arduas reuniones entre las partes (2002, 2007, 2010 y 2014). Para la República Islámica, lograr imponer la idea de que el mar Caspio es un lago interior significaba un éxito rotundo para sus intereses económicos, pues implicaba el reparto equitativo del lecho marino sin importar la longitud de costa de cada país. De lo contrario, a Irán solo le quedaban 724 km de la explotación marítima del mar Caspio, siendo Kazajistán el país más beneficiado con 2320 km8.

Finalmente, Irán aceptó la definición del Caspio como un mar en contra de sus intereses. A cambio, la República Islámica logró asegurar la introducción en el texto de la Convención la «no presencia en el mar Caspio de Fuerzas Armadas que no pertenezcan a las partes»9. La firma del documento, si bien aún no ha sido propuesta a ratificación por el Majlis, ha supuesto para Irán eliminar la posibilidad de presencia de tropas de la OTAN en su frontera norte. También su economía sentirá los efectos del acuerdo, especialmente en el desarrollo del International North-South Transport Corridor (INSTC), un proyecto conjunto entre la India, Rusia, Afganistán y Azerbaiyán para crear un corredor terrestre que uniese las grandes ciudades de Bombay, Teherán, Bakú, Moscú y los puertos comerciales de Bandar Abbas y Bandar Anzali en Irán.

El INSTC ha sido una de las grandes apuestas iraníes para resolver los problemas de integración regional de la zona de Asia Central. La apuesta del presidente iraní, Hassan Rohaní, por diversificar las exportaciones iraníes ha tenido una gran aceptación por parte de la India, que en 2018 firmó un Memorándum de Entendimiento con Irán reafirmando su interés por la inversión de capital indio en el desarrollo de los puertos comerciales iraníes del golfo Pérsico10 y la creación conjunta de un sistema de pagos seguros rial- rupia para evitar las sanciones estadounidenses.atalayar_ieee

Teherán está sabiendo aprovechar la rivalidad sino-india para erigirse como la pieza clave del entramado económico que pretenden tanto separada como conjuntamente las dos potencias asiáticas. Por un lado, el One Belt, One Road Iniciative de China, que convierte a Irán en la vía de entrada de las mercancías chinas y centroasiáticas por medio del Corredor Asia Central-Sudeste Asiático; y por otro el proyecto indio del Corredor de Chabahar, que va a suponer una inversión de 150 millones de dólares por parte de Nueva Delhi sobre el puerto iraní12, desde donde pretende construir una red de transporte que una el sur del país persa con Afganistán, a fin de evitar el bloqueo económico pakistaní.atalayar_ieee

Para la consecución de estos proyectos regionales, Irán necesita generar un ambiente de confianza propicio para llegar a estos acuerdos de inversión financiera. Es por ello que el acuerdo sobre el mar Caspio es fundamental para sentar las bases de la política exterior iraní hacia Asia Central y el Cáucaso14. A su vez, la firma de un acuerdo de libre comercio con la Unión Económica Euroasiática (UEE)15 —que se presupone que entrará en vigor a finales de este año 2021—, permite a Irán gozar de nuevas vías comerciales de importación y exportación a través de sus vecinos centroasiáticos.

En definitiva, la fórmula iraní hacia Asia Central recuerda a una de las máximas de la campaña electoral de Bill Clinton «es la economía, estúpido». A un nivel regional Irán está usando su faceta de hub regional para convencer a sus vecinos de que la cooperación en materia económica es la más beneficiosa para todos. El comercio entre la República Islámica de Irán y Asia Central parece destinado a crecer, a pesar de la incapacidad de Irán para rivalizar con China y la posibilidad de que Teherán acabe expulsada de los mercados centroasiáticos si no logra asentar todos sus proyectos regionales con la mayor prontitud.

Kazajistán y Tayikistán: las apuestas iraníes para la economía y la estabilidad regional

Los Estados de Asia Central tienen numerosas particularidades internas, especialmente en lo referido a conflictos étnico-religiosos, civiles o políticos. Englobarlos entorno a una generalidad descriptiva es útil a la hora de analizar los vectores comunes de estas repúblicas, pero se ha de tener en cuenta las diferencias internas que hacen difícil diseñar una política exterior común para todas.

En el caso de Kazajistán, las relaciones entre ambos países se han mantenido estables desde el surgimiento de la exrepública soviética. Para Kazajistán, la condición de Irán como socio comercial es fundamental para dejar de depender de Rusia a la hora de dar salida a sus exportaciones. Una vía hacia el golfo Pérsico no solo facilitaría el comercio de recursos, sino que ampliaría las posibilidades de la política exterior kazaja, especialmente para un país cuya extensión y economía le permite ser líder dentro de Asia Central. Además, el país kazajo juega un gran rol elemental en la producción energética global, concretamente porque posee el 25 % de las reservas de uranio mundial16 y ha jugado un papel importante a la hora de defender el acuerdo nuclear JCPOA a pesar de la salida definitiva por parte de los Estados Unidos en 2018 debido, especialmente, a su lucha desde las esferas internacionales por desnuclearizar la política.

Las grandes relaciones de cooperación entre ambos países se dan en el seno de la OCE, lo que permite a Kazajistán el uso de los puertos iraníes para dar salida a sus mercancías. A su vez, Kazajistán considera a Irán un gran mercado de consumo agrícola para su producción de grano, el zinc, la plata o el fosfato17. Para 2011, Irán había exportado 807 millones de dólares e importado 3400 millones de Kazajistán y, si bien el volumen comercial ha disminuido considerablemente, en 2018 Irán importó 90 millones de dólares —principalmente vegetales, industria cárnica y minerales— y exportó cerca de 130 millones al país kazajo, principalmente cítricos, industria plástica, sulfuros y maquinaria18.

La relación entre ambos países no solo se centra en los intercambios económicos, sino que también recae en la importancia geopolítica de ambos países. Tanto Irán como Kazajistán son países clave en lo que se conoce como «El nuevo gran juego», en donde EE. UU., Reino Unido y los países de la OTAN disputan el control «fáctico» sobre Asia Central a China y Rusia. El llamado «camino iraní» es la ruta más rápida para dar salida al gas y el petróleo kazajo y, a pesar de las presiones de Washington y Moscú, Kazajistán ha dado luz verde al estudio de un proyecto que uniría Kazajistán, Turkmenistán e Irán con la isla de Kharg, en el golfo Pérsico, que supondría un flujo diario de cerca de un millón de barriles19.

El caso tayiko es diferente, especialmente por los lazos que comparte con Irán tanto en lo cultural como en lo religioso. Irán considera a Tayikistán parte del «Gran Irán», ya que la etnia tayika comparte estrechos lazos históricos con el mundo persa y, tras la disolución de la URSS, las élites iraníes creían que la condición persa del pueblo tayiko empujaría al país hacia su órbita política20. Las relaciones entre Irán y Tayikistán han pasado por tres fases desde 199121: la guerra civil tayika (1992-1997), el despliegue de una política de soft power durante el periodo de reconstrucción político-económica del país tayiko y, por último, un periodo de declive en la influencia iraní. La República Islámica, al menos en un principio, apoyó activamente al Partido del Renacimiento Islámico que participó en el derrocamiento de Rahmon Nabiyev22. Posteriormente, Teherán reconsideraría su postura y cooperaría con Rusia, siendo clave en las negociaciones de paz y auspiciando la supervisión de un armisticio por parte de la Naciones Unidas23.

Teherán no ha dudado en usar la devastación del conflicto para ocupar el vacío de poder dejado en el país por medio de inversiones en infraestructuras y la cooperación en materia académica y militar. Irán fue uno de los primeros países en reconocer la independencia tayika y establecer una embajada en Dushanbe, dando comienzo a una serie de acuerdos bilaterales que propiciaron la creación de una sucursal del Centro Cultural Iraní o la Universidad Abierta Iraní, que acoge a cerca de 700 000 estudiantes tayikos y es uno de los proyectos más exitosos de la República Islámica en el país24.

La llegada de Ahmadinejad al poder también supuso la profundización en la cooperación militar y económica. En una visita a Teherán en 2011, el ministro de Defensa de Tayikistán, Sherali Khayrulloev, afirmó que el ejército iraní podía alcanzar su país en caso de emergencia nacional en menos de dos horas y sostuvo que ambos países perseguían los mismos objetivos internacionales25. Varios proyectos económicos se han desarrollado entre ambos países, como es el caso de la planta hidroeléctrica de Sangatoudah 2 o el Túnel de Anzab que une Irán con Kazajistán y Kirguizistán a través del país tayiko26. La inversión iraní en infraestructuras en el país vecino se estima en 150 millones de dólares, destinado primariamente a mejorar el flujo y el transporte de mercancías entre los dos países. Esto no solo permitió una mejora del comercio, sino que le facilitó a Teherán poder ayudar a sus aliados de la Alianza del Norte durante la Guerra de Afganistán, proveyéndoles de armas por medio de sus aliados chiíes en Tayikistán.

Desde el 2014 y con un Irán enfocado en la consecución de acuerdo nuclear JCPOA, las preferencias iraníes en materia de política exterior se reorientaron hacia el golfo Pérsico y Levante, especialmente Siria, entrando la relación con Dushanbe en un progresivo declive. En 2013, las exportaciones iraníes hacia Tayikistán alcanzaron un valor máximo de 250 millones de dólares, especialmente plásticos y derivados del petróleo, pero en 2018 apenas llegaron a 70 millones27, lo que deja claro una grave disminución de las relaciones comerciales bilaterales. La raíz de estos enfrentamientos proviene de dos sucesos fundamentales28: la fuga a Tayikistán de Bobak Zanjoni, un millonario iraní acusado de blanqueo de capitales en bancos tayikos; y la creación de una sede oficial del Partido del Renacimiento Islámico —prohibido en Tayikistán desde el año 2015— en Irán.

Ambos se hallan en un momento de tensión política, aunque desde 2019 oficialmente ha habido un intento de reconducir las relaciones auspiciado, probablemente, por Moscú en su intento de generar un bloque anti-OTAN en Asia. A su vez, países como Turquía y Arabia Saudí continúan intentando boicotear acercamientos entre los estados de Asia Central e Irán, pero Dushanbe pretende no contradecir el «principio de naturaleza multivectorial» de su política exterior que fue adoptado a principios de los 200029. La entrada de Irán como observador en la Organización de la Cooperación de Shanghái, apoyada por Rusia y China, empuja a sus estados miembros a mantener relaciones cordiales y a cooperar en materia económica. Este nuevo acercamiento puede suponer una nueva oportunidad para Irán en su país vecino.

Uzbekistán y la seguridad regional: nuevas vías de cooperación para Teherán

Las relaciones entre Irán y Uzbekistán se han ceñido durante décadas a mantener la seguridad y la estabilidad en Asia Central, especialmente durante el conflicto civil tayiko y la Guerra de Afganistán. La República Uzbeka posee el ejército más poderoso de Asia Central, tanto por número como en formación y recursos. El Ejército uzbeko, además, forma parte activamente en las instituciones creadas por la Organización de la Cooperación de Shanghái en materia de contraterrorismo y lucha contra el narcotráfico, lo que permite que las políticas exteriores de Irán y Uzbekistán sean complementarias en la región de Asia Central.

Hasta la fecha, Teherán buscaba asegurar la unidad afgana y preservar los derechos de las minorías chiíes presentes en el país. Este planteamiento era ampliamente compartido por Uzbekistán, por lo que ambos países están de acuerdo en la necesidad de pacificar un país cuyas fronteras son muy permeables a células extremistas que operen a la sombra30. La subida al poder de los talibanes en agosto de 2021 puede reforzar las relaciones militares entre ambos países, aunque no ha habido aún reacciones al respecto.

Uzbekistán se ha alineado con el bloque de Rusia, China, India e Irán en la resolución multilateral de los conflictos surgidos tanto en Oriente Medio como en Asia Central, especialmente en Siria, en donde apoyó los procesos de paz de Astaná31. En este sentido, Irán y Uzbekistán comprenden la necesidad de cooperar en la lucha contra el extremismo islámico, especialmente porque una gran parte de los combatientes y milicianos del Dáesh provienen de Centro Asia. Teherán y Tashkent participan juntas en foros internacionales para buscar soluciones al tráfico de drogas y el crimen organizado, como la Conferencia de Interacción y Medidas de Confianza en Asia (CICA, por sus siglas en inglés) o el Grupo 6+2 Delhi Policy Group, reforzando la idea de la existencia de objetivos comunes entre los dos Estados32.

Las relaciones de Irán con Tashkent dependen en gran medida del clima geopolítico internacional y del ejecutivo estadounidense33. El acuerdo del JCPOA aumentó considerablemente las relaciones entre ambas, pero la salida de Estados Unidos del acuerdo en 2018 supuso una vuelta al pragmatismo en la relación. Ambos países persisten en la idea de continuar trabajando juntos dentro del marco de las organizaciones como el SCO por medio de acuerdos de libre comercio. Uzbekistán mantiene relaciones cordiales con Arabia Saudí, Qatar o Emiratos Árabes y se ofrece como canalizador de proyectos en los que Irán acabará siendo incluida de una manera u otra, sobre todo una vez finalizado el ya mencionado macroproyecto del puerto de Chabahar.

La importancia de Irán en los grandes proyectos centroasiáticos hace pensar que, aunque siguen sufriendo una constante presión internacional por parte de Estados Unidos y las sanciones económicas, su posición geográfica como núcleo terrestre de los mercados orientales y los occidentales hace inevitable su presencia en las grandes rutas comerciales planificadas para Asia Central gracias a sus puertos del Golfo, que siguen siendo las principales vías de exportación de materias primas de la región. A su vez, la rivalidad sino-india por el control de las rutas comerciales hace que Teherán sea fundamental en este enfrentamiento, permitiéndole ser el foco de atención de inversiones y proyectos a gran escala tanto por parte de Nueva Delhi como de Pekín34.

Uzbekistán juega un gran rol redirigiendo estos proyectos hacia la creación de un hub
regional cuyo eje se encuentre en la República Islámica, y es por esto que Teherán tiene la necesidad de considerar a Uzbekistán como un aliado clave. Recientemente, una reunión bilateral entre el Ministro de Inversiones y Comercio exterior uzbeko, Sardar Omar Zagov, y el vicepresidente para los asuntos económicos de Irán, Mohammad Nahavandian, concluyó con la afirmación de que el volumen de comercio entre ambos países había aumentado un 40% desde 2019 y subrayaron, a su vez, que «la proximidad geopolítica y los puntos en común espirituales son una buena oportunidad que puede ser usada para aumentar los niveles de relaciones económicas entre ambos países»35.

La República uzbeka es la mejor apuesta iraní en Asia Central, ya que ambos países comparten lógicas geopolíticas que permiten apostar por mantener buenas relaciones que favorezcan la estabilidad y la seguridad en Asia Central. A su vez, Tashkent se ha sumado a la propuesta de China y Rusia de abrir el sistema INSTEX36 europeo a terceros países a fin de crear un sistema de pagos alternativo al SWIFT y al dólar, evitando las sanciones económicas y fomentando el comercio con la República Islámica de Irán. La culminación de los proyectos económicos regionales no solo será una victoria para Teherán, también para los intentos de crear un ente económico regional atractivo para los mercados internacionales por parte de las exrepúblicas soviéticas.

Turkmenistán y Kirguistán: petropolítica, vacíos regionales y los futuros retos iraníes para Asia Central

A pesar de los intentos de la República Islámica de Irán por crear un espacio regional cohesionado favorable a sus intereses, hay dos países que siguen siendo una asignatura pendiente para Teherán: la República de Turkmenistán y la República de Kirguistán.

El caso turkmeno tiene la particularidad de que es la única exrepública soviética que comparte frontera marítima y terrestre con Irán, siendo, en este caso, la puerta que necesita Teherán para acceder a Asia Central. El interés iraní por Asjabat va más allá del acceso a sus vecinos centroasiáticos, ya que Turkmenistán es el cuarto país con mayores reservas de gas natural probadas del mundo por detrás de Rusia, Qatar y la propia Irán. Esto permite la posibilidad de cooperar en materia energética, sobre todo en proyectos gasísticos que unan el gas turkmeno con el gas iraní y darle salida hacia los mercados globales. Turkmenistán, a su vez, es un país aislado debido a las continuas excentricidades de sus dirigentes, siendo un mercado rentable para exportar bienes de consumo por parte de Teherán37.

Las relaciones entre Asjabat y Teherán son muy positivas desde mediados de la década de los 90 hasta 2010. En este periodo, grandes proyectos se realizaron entre ambos países, como es el caso de la vía férrea que une Bafq, Bandar Abbas, Mashad y Tajan inaugurada en 1996, permitiendo a Turkmenistán poder acceder a los puertos iraníes del golfo Pérsico. En 2008, Irán había invertido en Turkmenistán cerca de dos 2000 millones de dólares —500 millones exclusivamente en el campo de la energía y los hidrocarburos— y los intercambios comerciales ese año ascendieron a 3000 millones de dólares, convirtiéndose Teherán en el segundo socio comercial de Asjabat después de Moscú38.

Desde el 2010, las relaciones entre ambos países decayeron considerablemente, debido al despliegue de una política de turcomanización del país y problemas en el suministro de gas. Esto llevó a Irán en el invierno de 2009 a amenazar al gobierno turkmeno por incumplimiento de contrato, a pesar de que Asjabat aseguró que había sido un fallo técnico y no una acción con interés político39. Este hecho deterioró enormemente la confianza por parte de Teherán. La política de «neutralidad permanente» impide a la República de Turkmenistán participar en cualquier tipo de organización militar internacional o de seguridad, alejándola poderosamente de los intereses iraníes. A su vez, la marginalización de cualquier tipo de etnia no turkmena, como las minorías uzbeka y kirguiza, imposibilitan las relaciones cordiales de este país con sus vecinos, y dificulta la llegada de soluciones regionales multilaterales. Irán ha visto reducidas sus importaciones hacia su vecino y el atractivo en materia de cooperación militar tampoco supone un factor revulsivo para facilitar una mejora de las relaciones bilaterales.

Ambos países tuvieron un acercamiento tras las negociaciones sobre el mar Caspio previamente mencionadas, en donde Irán y Turkmenistán podían maximizar beneficios si se culminaba satisfactoriamente el acuerdo. Irán nutre a sus regiones norteñas de gas y crudo proveniente de Turkmenistán y, a cambio, se compromete a permitir la exportación a través de sus oleoductos y gaseoductos de la misma cantidad de crudo y gas hacia sus puertos del golfo Pérsico. Este acuerdo incluye que el petróleo llegue por medio del puerto iraní de Neka (en el mar Caspio) y se distribuya a las refinerías del norte del país, permitiéndole a la República turkmena el abaratamiento de sus exportaciones sin necesidad de terceras partes ni grandes inversiones en nuevos proyectos de oleoductos y gaseoductos transnacionales40.

Irán intercambia cerca de 200 000 barriles al día por este sistema, permitiendo que la misma cantidad fluya hacia el Golfo Pérsico. Este ahorro en inversiones favorece que ambos países hayan proyectado nuevas líneas de distribución, como la acordada por la empresa iraní National Iranian Gas Company (NIGC) para construir la línea Korpeje–Kurt Kuy que une el norte de Irán con los campos gasísticos del oeste de Turkmenistán. Este acuerdo supuso un hito, ya que es el primer gaseoducto regional que no necesita tuberías operadas por Moscú41, y se ha convertido en todo un éxito político para ambos países. Otros grandes proyectos se han ido trazando, pero la cooperación no ha avanzado satisfactoriamente debido a la falta de interés político por ambas partes.

La relación entre Irán y Kirguistán es, probablemente, la menos desarrollada de las que Teherán profesa con el resto de los países de la región. La República de Kirguistán es la más alejada geográficamente de Teherán, por lo que los intereses comunes distan demasiado entre sí como para permitir un acercamiento profundo. Por otro lado, Kirguistán es el país más dependiente económicamente de Moscú y Rusia mantiene el control militar del país kirguizo por medio de su presencia en la base aérea de Kant. Este hecho dificulta un acercamiento total por parte de la República Islámica de Irán, reduciendo sus relaciones a acuerdos bilaterales de comercio principalmente entorno a la exportación por parte de Teherán de textiles y bienes de consumo y la importación de grano y carne desde Bishkek.

A pesar de ello, la presencia de ambos países en el seno de la OCS y de la OCE favorecen ciertos proyectos a escala regional. Con la llegada del acuerdo nuclear JCPOA en 2015, los ejecutivos de Irán y Kirguistán acordaron desarrollar un plan conjunto de cooperación en un periodo de 10 años, que comenzaría con un paquete de inversiones desde Teherán a Bishkek por valor de 200 millones de dólares a corto plazo, asegurando la llegada de más capitales en 202542. Empresas iraníes participan también en el sector de la construcción de la República de Kirguistán, habiéndose proyectado una autovía que conecte las principales capitales centroasiáticas con China y Afganistán.

La visita del presidente iraní Hasán Rohaní a Kirguistán en 2019 concretó la promesa de elevar el volumen de intercambios comerciales entre ambos países hasta los 100 millones de dólares para el periodo 2020-2021 y abrió una nueva etapa de interés político por parte de las dos repúblicas por fomentar nuevos lazos comerciales y de seguridad43. Ese mismo año, ambos países acordaron firmar un acuerdo de cooperación militar y de seguridad para combatir el tráfico ilícito de drogas y el extremismo. Kirguistán es actualmente uno de los países más afectados por el tráfico ilegal de opiáceos y uno de los epicentros de su distribución hacia Rusia y los mercados europeos.

Sin duda, la República de Kirguistán es un vacío de la política exterior iraní debido a la falta de intereses comunes. Bishkek pertenece al área de influencia rusa y no comparten cultura, etnia o idioma, por lo que el soft power iraní carece de poder. Turkmenistán y Kirguizistán no son grandes vectores de interés para la República Islámica de Irán, pero Teherán las necesita para alzarse como un polo de poder regional. Uno de los grandes retos que tiene por delante Irán es buscar puntos comunes con estos dos países y fomentar, en la medida de lo posible, un bloque común junto con sus socios rusos y chinos para crear un bloque sólido que promueva el multilateralismo e intente alejar a los Estados Unidos y sus intereses hegemónicos de la región centroasiática.

Conclusión

La importancia geopolítica y estratégica de Asia Central en el tablero internacional hace que esta región esté constantemente disputada por las grandes potencias mundiales. La República Islámica de Irán es considerada un «Imperio medio», es decir, un país con capacidades materiales suficientes para dominar una subregión tanto en lo económico como en lo militar44, por lo que considera que tiene un cierto «derecho» de incorporar a los países de Asia Central a su área de influencia. Su lugar geográfico dentro de la Ruta de la Seda y de todos los macroproyectos asiáticos capitaneados por China e India convierten a las cinco exrepúblicas soviéticas en importantes mercados donde poder invertir.

El acuerdo alcanzado sobre la delimitación del mar Caspio ha sido una victoria para Irán al asegurarse la no presencia de tropas estadounidenses en su retaguardia. El eje Teherán-Moscú-Pekín ha logrado copar, en mayor o menor medida, los mercados centroasiáticos y esto puede beneficiar enormemente a Irán pudiendo jugar al margen de las sanciones internacionales. La consecución de los proyectos INSTC y el puerto de Chabahar convertirán a Irán en el epicentro de la integración económica regional si Teherán juega bien sus cartas, siendo determinante en sus relaciones políticas con el continente Euroasiático. A su vez, el control que ejerce Irán sobre la zona occidental de Afganistán y sobre Tayikistán le convierten en un elemento clave para la seguridad regional no solo para Moscú, sino para la comunidad internacional de cara al nuevo Gobierno talibán en Kabul.

La República Islámica aún tiene muchos retos por delante en Asia Central y todo depende, en gran medida, de que Teherán pueda obtener un alivio en cuanto al peso de las sanciones económicas sobre su sector financiero y económico. Con el país sumido en una inflación galopante y orientado hacia el mantenimiento de los éxitos de sus agentes proxy en Oriente Medio, los objetivos de su política exterior en Asia Central son a largo plazo. La vuelta del conservadurismo islámico de la mano de Raisi podría alejar a los países centroasiáticos, políticamente laicos, de Teherán, temiendo la posibilidad de que Irán intente manejar las minorías marginalizadas presentes en sus países, siendo un grave revés a los intereses iraníes para convertirse en una potencia regional relevante en Asia Central.

Juan Carlos Pastor Gómez, Doctorando en Relaciones Internacionales Universidad Complutense de Madrid

Referencias:

1 PEYROUSE, S., & IBRAIMOV, S, S. Iran's Central Asia Temptations. (FRADKIN, H., HAQQANI, H., BROWN E., & MNEIMNEH, H., Edits.) Current Trends in Islamist Ideology, 10, 17 de abril de 2010, pp. 87-
101. Recuperado el 30 de enero de 2021. Disponible en: https://www.hudson.org/research/9808-iran-s- central-asia-temptations.

2 El término landlocked se usa para denominar a aquellos países sin salida directa al mar. De la lista de países considerados landlocked, cinco de ellos son la totalidad de las exrepúblicas soviéticas y seis si se incluye a Afganistán como parte de Asia Central, y es debido a esto que Irán se ha convertido en una pieza vital de la geopolítica como ruta de acceso a los mercados regionales e internacionales.

3 WASTNIDGE, E. “Central Asia in the Iranian geopolitical imagination”, Cambridge Journal of Eurasian Studies, 1, 2017. Recuperado el 3 de febrero de 2021. Disponible en: http://oro.open.ac.uk/49201/1/Central%20Asia%20in%20the%20Iranian%20geopolitical%20imagination.p df

4 La OCE está compuesta por Afganistán, Azerbaiyán, Irán, Kazajistán, Kirguistán, Pakistán, Tayikistán, Turquía, Turkmenistán y Uzbekistán.

5 Nótese que el autor hace referencia a la Guerra del Golfo entre 1990 y 1991, ya que estima que debería considerarse la Guerra Irán-Iraq como una Primera Guerra del Golfo por la implicación de varios países y la internacionalidad que acabó adquiriendo a finales de esta.

6 EFEGIL, E., & STONE, L. “Iran’s interests in Central Asia: a contemporary assessment”, Central Asian Survey, 20(3), 2001, pp. 353-365. doi:10.1080/02634930120095358

7 ABILOV, S. “The Legal Status of the Caspian” (YÜKLEYEN, A., Ed.), Geopolitics of the Caspian Region, 2015, pp. 23-41. Recuperado el 18 de febrero de 2021. Disponible en: https://www.researchgate.net/publication/320183299_LEGAL_STATUS_OF_THE_CASPIAN

8 PIETKIEWICZ, M. “Legal status of Caspian Sea – problem solved?”, Marine Policy, 123, 14 de noviembre de    2020,    pp.    1-9.    Recuperado    el    22    de    febrero    de    2021.    Disponible    en: https://pdf.sciencedirectassets.com/271824/1-s2.0-S0308597X20X0011X/1-s2.0- S0308597X20309684/main.pdf?X-Amz-Security- Token=IQoJb3JpZ2luX2VjEBQaCXVzLWVhc3QtMSJHMEUCIQCp0vZv99HhFUwmrOyWOjSb6XqcjthUvi AFxLTT9%2F8xAAIgK9LfxaFmUJFFBgHim2DXv4x%2Be%2BABFIEpBbf4jZ

9 Ídem

10 IYER, R. “Filling In the North-South Trade Corridor’s Missing Links”, The Diplomat, 28 de febrero de 2018. Recuperado el 23 de febrero de 2021. Disponible en: https://thediplomat.com/2018/02/filling-in-the- north-south-trade-corridors-missing-links/

11 Disponible en: https://www.rbth.com/blogs/the_outsiders_insight/2016/12/12/long-awaited-north-south

12 RAMACHANDRAN, S. India Doubles Down on Chabahar Gambit. The Diplomat., 14 de enero de 2019. Recuperado el 24 de febrero de 2021. Disponible en: https://thediplomat.com/2019/01/india-doubles-down- on-chabahar-gambit/

13 Disponible en: https://www.silkroadbriefing.com/news/2017/12/04/iran-completes-first-phase-chabahar

14 PIETKIEWICZ, M. “Legal status of Caspian Sea – problem solved?”, Marine Policy, 123, 14 de noviembre de    2020,    pp.    1-9.    Recuperado    el    22    de    febrero    de    2021.    Disponible    en: https://pdf.sciencedirectassets.com/271824/1-s2.0-S0308597X20X0011X/1-s2.0- S0308597X20309684/main.pdf?X-Amz-Security- Token=IQoJb3JpZ2luX2VjEBQaCXVzLWVhc3QtMSJHMEUCIQCp0vZv99HhFUwmrOyWOjSb6XqcjthUvi AFxLTT9%2F8xAAIgK9LfxaFmUJFFBgHim2DXv4x%2Be%2BABFIEpBbf4jZ

15 La UEE está compuesta por Armenia, Bielorrusia, Kazajistán, Kirguistán y Rusia

16 KOOALEE, E., EBRAHIMI, A., & MOUGOUEE, S. “Iran and Kazakhstan Relations: A Geopolitical Analysis”, Iranian Review of Foreign Affairs, 4(1), 2014, pp. 88-112. Recuperado el 8 de marzo de 2021. Disponible    en:
https://www.researchgate.net/publication/306065006_Iran_and_Kazakhstan_Relations_A_Geopolitical_A nalysis

17 Ídem.

18 Datos extraídos de: https://tradingeconomics.com/iran/exports/kazakhstan

19 KOOALEE, E., EBRAHIMI, A., & MOUGOUEE, S. “Iran and Kazakhstan Relations: A Geopolitical Analysis”, Iranian Review of Foreign Affairs, 4(1), 2014, pp. 88-112. Recuperado el 8 de marzo de 2021. Disponible    en:
https://www.researchgate.net/publication/306065006_Iran_and_Kazakhstan_Relations_A_Geopolitical_A nalysis

20 CLARK, B. “Ahmadinejad, Iran, and Foreign Policy Dysfunction in Tajikistan”, Asian Politics & Policy, 7(2), 2015, pp. 213-244. Recuperado el 09 de marzo de 2021. Disponible en: https://onlinelibrary-wiley- com.bucm.idm.oclc.org/doi/epdf/10.1111/aspp.12180

21 SHAKIR, M. “Iran-Tajikistan Relations Internal and External Challenges”. Journal for Iranian Studies, 5(2), diciembre de 2017, pp. 69-83. Recuperado el 09 de marzo de 2021. Disponible en: https://rasanah- iiis.org/english/wp-content/uploads/sites/2/2018/07/Iran-Tajikistan-Relations.pdf

22 PEYROUSE, S., & IBRAIMOV, S, S. “Iran's Central Asia Temptations” (FRADKIN, H., HAQQANI, H., BROWN E., & MNEIMNEH, H., Edits.) Current Trends in Islamist Ideology, 10, 17 de abril de 2010, pp. 87-
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23 SHAKIR, M. “Iran-Tajikistan Relations Internal and External Challenges”. Journal for Iranian Studies, 5(2), diciembre de 2017, pp. 69-83. Recuperado el 09 de marzo de 2021. Disponible en: https://rasanah- iiis.org/english/wp-content/uploads/sites/2/2018/07/Iran-Tajikistan-Relations.pdf

24 Ídem.

25 SHAKIR, M. “Iran-Tajikistan Relations Internal and External Challenges”. Journal for Iranian Studies, 5(2), diciembre de 2017, pp. 69-83. Recuperado el 09 de marzo de 2021. Disponible en: https://rasanah- iiis.org/english/wp-content/uploads/sites/2/2018/07/Iran-Tajikistan-Relations.pdf

26 LAL, R. “Central Asia and Its Asian Neighbors: Security and Commerce at the Crossreads”, RAND Corporation, 2006, pp. 1-62. Recuperado el 12 de marzo de 2021. Disponible en: https://www.jstor.org/stable/10.7249/mg440af

27 Datos obtenidos de: https://tradingeconomics.com/iran/exports/tajikistan

28 MULLODJANOV, P. Tajik-Iranian Relations Under the New Conditions, 30 de marzo de 2020. Recuperado el 12 de marzo de 2021, de CABAR: Central Asia Bureau for Analytical Reporting. 

29 MULLODJANOV, P. Tajik-Iranian Relations Under the New Conditions, 30 de marzo de 2020. Recuperado el 12 de marzo de 2021, de CABAR: Central Asia Bureau for Analytical Reporting. Disponible en: https://cabar.asia/en/tajik-iranian-relations-under-the-new-conditions

30 YULDASHEVA, G. “Iranian-Uzbek relations in the geopolitical context of Central Asia”, Uzbekistan Initiative Papers (17), marzo de 2014, pp. 1-8. Recuperado el 13 de marzo de 2021. Disponible en: https://www.cidob.org/en/publications/publication_series/project_papers/uzbekistan_initiative/iranian_uzb ek_relations_in_the_geopolitical_context_of_central_asia

31 YULDASHEVA, G. “Iran-Uzbekistan Relations in the Regional Security Context”

32 YULDASHEVA, G. “Iranian-Uzbek relations in the geopolitical context of Central Asia”, Uzbekistan Initiative Papers (17), marzo de 2014, pp. 1-8. Recuperado el 13 de marzo de 2021. Disponible en: https://www.cidob.org/en/publications/publication_series/project_papers/uzbekistan_initiative/iranian_uzb ek_relations_in_the_geopolitical_context_of_central_asia

33 YULDASHEVA, G. “Iran-Uzbekistan Relations in the Regional Security Context”, Asian Journal of Peacebuilding, 8(1), julio de 2020, pp. 187-202. doi:10.18588/202005.00a102

34 NOVASTAN. “Uzbekistan: towards greater cooperation with Iran?”, Novastan.org, 21 de enero de 2021. Recuperado el 16 de marzo de 2021.

35 NOVASTAN. Uzbekistan: towards greater cooperation with Iran? Novastan.org, 21 de enero de 2021. Recuperado el 16 de marzo de 2021. Disponible en: https://novastan.org/en/uzbekistan/uzbekistan- towards-more-cooperation-with-iran/ .

36 El Instrument in Support of Trade Exchanges es un sistema establecido por la Unión Europea el 31 de enero de 2019 como un instrumento que facilite las transacciones con Irán evitando las sanciones económicas en materias concretas como medicinas, maquinara y otros intercambios mercantiles necesarios para el desarrollo civil del país persa.

37 ATAI, F., & AZIZI, H. “The Energy Factor in Iran–Turkmenistan Relations”, Iranian Studies, 15 de octubre de 2012, pp. 1-10. doi: http://dx.doi.org/10.1080/00210862.2012.726877

38 Ídem.

39 FARRAR-WELLMAN, A. “Turkmenistan-Iran Foreign Relations”, Critical Threats, 8 de julio de 2010. Recuperado el 17 de marzo de 2021. Disponible en: https://www.criticalthreats.org/analysis/turkmenistan- iran-foreign-relations

40 ATAI, F., & AZIZI, H. “The Energy Factor in Iran–Turkmenistan Relations”, Iranian Studies, 15 de octubre de 2012, pp. 1-10. doi: http://dx.doi.org/10.1080/00210862.2012.726877

41 Ídem.

42 ASKARIEH, E. “Iran, Kyrgyzstan plan for long-term cooperation”, Iran Frontpage, 7 de septiembre de 2015. Recuperado el 18 de marzo de 2021. Disponible en: https://ifpnews.com/iran-kyrgyzstan-plan-for- long-term-cooperation

43 “Pres. Rouhani to visit Kyrgyzstan on Thu”, The Iran Project, 11 de junio de 2019. Recuperado el 18 de marzo de 2021. Disponible en: https://theiranproject.com/blog/2019/06/11/pres-rouhani-to-visit-kyrgyzstan- on-thu/

44 GONZÁLEZ DEL MIÑO, P., & PASTOR, Juan C. Política exterior de Irán: Poder y seguridad en Oriente Medio. 2020, Madrid: Catarata. ISBN:978-84-1352-020-9