
Los irlandeses son superiores a los demás. Por eso, el 17 de marzo, en todo el mundo, personas que no tienen ni una plaqueta de sangre irlandesa y que nunca han pensado en visitar la isla de Irlanda celebran alegremente el Día de San Patricio.
Ese día puede haber sido o no el de la muerte de San Patricio, patrón de Irlanda, en el siglo V.
Lo cierto es que se sabe muy poco sobre San Patricio. A grandes rasgos, nació en la Britania romana, fue secuestrado por piratas de niño y llevado a Irlanda como esclavo. Escapó, regresó a Irlanda como misionero cristiano y se convirtió en obispo.
Sin duda, en la Isla Esmeralda la verdad puede verse aumentada con el folclore, el misticismo y el gran amor por una buena historia.
De ahí que los devotos irlandeses sigan creyendo en las hadas y los duendes. Ambos son bastante reales para algunos en Irlanda, aunque, a diferencia de la fiesta de San Patricio, no parecen haber cruzado el Atlántico, ni siquiera el mar de Irlanda, salvo en las películas.
Durante un paseo a caballo con mi mujer en una visita anual al noroeste de Irlanda, nos llamó la atención un grupo de árboles que no parecían estar en medio de un campo de labranza.
"Allí hay un círculo de hadas. Pueden atravesarlo si siguen el camino", nos dijo un mozo de cuadra.
Pero nos advirtió que, si nos salíamos del camino, molestaríamos a las hadas. "Y no querríais hacer eso, ¿verdad?".
Efectivamente, no queríamos molestar a ninguna hada, así que nos quedamos en el camino y todo fue bien.
Por lo que he averiguado, las personitas coexisten con las hadas, pero también están separadas.
Un amigo construyó una casa para su madre cerca de Galway. Era una casa en forma de A con un muro bajo y decorativo alrededor. El muro tenía -sorpresa- un hueco; no una puerta, sino un espacio de unos 45 centímetros. Ella insistía, con el asentimiento de los lugareños, en que era para que pasara la gente pequeña. No hay que meterse con la gente pequeña, como tampoco hay que pisotear un círculo de hadas.
La gente pequeña era originalmente una tribu irlandesa que se remontaba a la antigüedad, que desapareció, pero quedó envuelta en la leyenda. Cuando Hollywood conoció las leyendas irlandesas, el cine las acogió y las amplió.
A lo largo de los siglos, Irlanda ha sido duramente utilizada por Inglaterra. Empezó con la Reforma inglesa y Enrique VIII, siguió con la Revolución inglesa, en la que Oliver Cromwell fue especialmente brutal, y siguió con la hambruna de la patata en el siglo XIX y los excesos de los Black and Tans, tropas británicas mal entrenadas y equipadas, matones con túnicas y pantalones desparejados.
Dado que unos 40 millones de estadounidenses tienen ascendencia irlandesa, podría decirse que fueron bien recibidos aquí. Difícilmente. Los inmigrantes irlandeses a menudo eran perseguidos cuando llegaban huyendo de las privaciones de su país.
Doy las gracias a mi amiga Sheila Slocum Hollis, una irlandesa-estadounidense muy orgullosa, por señalar que en la década de 1920 los irlandeses fueron víctimas de la violencia del Ku Klux Klan en Denver. Encajaban en el perfil de enemigos del KKK, junto con negros y judíos. Excepto que eran irlandeses y católicos.
En ningún campo de actividad los irlandeses han destacado tanto como en la literatura. Tomaron la lengua del conquistador, el inglés, y la enriquecieron de manera inconmensurable y profusa.
Los escritores irlandeses han mejorado, ampliado y exaltado la lengua inglesa. Sólo algunos nombres destacados: Swift, Shaw, Wilde, Joyce, Yeats, Beckett, Goldsmith, Synge, Bowen, O'Brien, Hoult, Lavin, Murdoch, Binchy y, contemporáneamente, John Banville y Sally Rooney.
La palabra irlandesa para la diversión es craic (pronunciado "crack"). "Good craic" es una fiesta en la que uno se da el gusto.
Les deseo que se diviertan mucho este Día de San Patricio. Que te diviertas con la gente pequeña, después de una Guinness, y que las hadas te guíen sano y salvo a casa. ¡Sláinte!
En Twitter: @llewellynking2
Llewellyn King es productor ejecutivo y presentador de "White House Chronicle" en PBS.