Opinión

¿Qué ocurrirá en Mali después de las sanciones de la CEDEAO?

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Después de los dos últimos golpes de Estado en Mali y la entrada de Rusia en este escenario que ha traído consigo el aplazamiento de las elecciones hasta 2026 la CEDEAO ha respondido sancionando fuertemente a este país que lleva años castigado por la pobreza, la inseguridad, la corrupción, el terrorismo yihadista y el crimen organizado.

Las sanciones de la CEDEAO conllevan la suspensión de las fronteras, de todas las transacciones comerciales y financieras de los Estados miembros con Mali, excluidos los bienes de consumo y las necesidades básicas. También congeló los activos de Mali en los Bancos Centrales de la CEDEAO y en los bancos comerciales de los Estados miembros y suspendió todas las transacciones financieras y de ayuda a favor de Mali de las instituciones financieras de la organización a la espera de un nuevo calendario electoral.

La postura radical de Bamako corre el riesgo de llevar al pais a la ruina total y contrario al objetivo que pretende la actual Transición Militar. Si bien es cierto que Mali es un Estado soberano debe tener en cuenta también las limitaciones que tiene y frente a quién está obligado.

Las sanciones de la CEDEAO para obligar al Gobierno de Bamako a poner una fecha cercana para las elecciones en última instancia a quien penaliza es a la población civil víctima de todos los problemas que sufre Mali desde 2012.

Debemos recordar que Mali es un pais pobre sin litoral sometido a todo tipo de inseguridades con la COVID y este embargo puede suponer una catástrofe humanitaria.

Igualmente hay que recordar el conflicto del Gobierno con Azawad y las comunidades árabe-tuareg que constituyen un auténtico hándicap para que la Junta aspire igualmente a encarnar la unidad y la cohesión nacional con vistas a las elecciones.

Desde 2012, Mali vive sumido en el caos y ningún Gobierno ha sido capaz de hacer frente a los desafíos permanentes que sufre este pais incluidas las masacres y los enfrentamientos entre los distintos grupos étnicos de la población, otro escollo más en la aspiración a conseguir la unidad nacional.

La respuesta del Gobierno de Bamako a la población ha sido la llamada a la movilización de la población el próximo viernes, pero igualmente hace un llamamiento a la calma. Por su parte las organizaciones civiles se han posicionado del lado del Gobierno de transición considerando que las sanciones son un ataque a la soberanía de Mali y en contra de la voluntad de los malienses.

Ya vimos como la llegada al poder de los militares vino causada por la incapacidad de los políticos de asegurar el funcionamiento de las instituciones. Sin embargo, es necesario el retorno a la vida política normalizada a través de la organización de elecciones libres y transparentes lo antes posible.

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Mali debería seguir el ejemplo de la Transición en Guinea donde parece todo se esta produciendo de una forma más ordenada. Además Guinea ya se ha pronunciado manifestando que sus fronteras permanecerían abiertas al no estar de acuerdo con la decisión de la CEDEAO sobre las sanciones tomadas contra Mali.

Uno de los problemas que se encontrara la CEDEAO será hacer cumplir su bloqueo y embargo fronterizo: más de la mitad de los 7.908 kilómetros de fronteras terrestres de Mali colindan con Guinea, cuyo Gobierno no es probable que coopere, o los Estados que no pertenecen a la CEDEAO como Argelia o Mauritania.

En el caso de Mali nos encontramos cómo el Ejército que ha llegado al poder a través de un golpe de Estado tiene a sus órdenes al poder político cuando lo correcto sería lo contrario, que el Ejército estuviera a las ordenes del poder político elegido por el pueblo.

Por su parte, las sanciones de la CEDEAO contra Mali parece que vienen instrumentalizadas por países como Francia que llevan muchos años en Mali combatiendo el terrorismo yihadista y hemos visto cómo han tenido que salir ante la inminente llegada de Wagner por el descontento popular de los últimos años. Igualmente, Naciones Unidas por su parte apoya la decisión de la CEDEAO junto a Estados Unidos, que solicitan se celebren elecciones en el país de forma inmediata.

Mientras, en este complicado escenario Rusia hace presencia con el grupo Wagner presente en Bamako, en Tombuctú, Mopti, Sévaré y Ségou, donde habría desplegados más de 600 mercenarios.

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Todo ello evidencia la salida casi total de Francia de Mali ante la actitud de la Junta y la llegada de Wagner. Actualmente operan también en el país Barkhane, Takuba y la FAMA junto a la MINUSMA.

En el ámbito económico, el embargo en Mali supondría una asfixia económica que tendría que endeudarse con países como Rusia, China o Turquía. 

Mali se quedaría sola a nivel regional después de haber roto con la CEDEAO y a nivel internacional con Francia después de su asociación con Rusia.

Sin embargo, podría mantener relaciones con países fronterizos no miembros de la CEDEAO como Mauritania o Argelia o con Guinea que ya se ha manifestado al respecto.

Todo ello, además, podría ocasionar el efecto contrario dentro de la población que podría apoyar la decisión de las autoridades malienses de no cumplir con las demandas de la CEDEAO y la comunidad internacional y no organizar las elecciones rápidamente.

Sin embargo, la solución mas sensata a esta situación pasaría por elaborar rápidamente un calendario bastante preciso para las elecciones que permita reanudar el diálogo con los jefes de Estado de la CEDEAO porque Mali no puede vivir mas tiempo en el caos y en un aislamiento cada vez mayor.

El problema es que esta situación no solo afectará a Mali, sino que salpicará también al resto de países del Sahel: la pobreza ira en aumento por el embargo económico, la inseguridad y los enfrentamientos serán mayores, habrá un mayor número de desplazamientos internos y externos y será una ocasión muy aprovechada por los grupos terroristas y del crimen organizado que operan en la zona del Sahel.