La construcción mediática de una nueva etapa en las relaciones entre España y Marruecos

Cuando nos preguntamos cuál es el papel que desempeñan los medios de comunicación españoles y marroquíes en esta nueva etapa de relaciones hispano-marroquíes, partimos del postulado de que existe un antes y un después en dichas relaciones, y que el hecho de constatar que los dos países socios y vecinos han conseguido últimamente inaugurar una nueva etapa en sus relaciones no es una simple formula comunicativa para gestionar la situación, sino una realidad palpable e incontestable.

Recordamos que la entrada en esta nueva etapa de relaciones entre España y Marruecos fue solemnemente anunciada y saludada por altos responsables de los dos Estados, así como también institucionalizada mediante una hoja de ruta, una declaración conjunta y una veintena de memorandos. Si en el discurso diplomático común, la salida de la crisis es efectiva y la apertura de esta nueva etapa aporta un cambio paradigmático prometedor, en el discurso mediático no es siempre el caso.

Lograr pasar página, recuperar la confianza, reestablecer el diálogo político, celebrar una exitosa Reunión de Alto Nivel, son los términos claves en la construcción discursiva de una nueva etapa de relaciones bilaterales entre España y Marruecos. Cuando hablamos aquí de construcción discursiva nos referimos a la articulación de formas y significados en el discurso diplomático de tal manera que produzcan enunciados que permiten recrear hechos y generar sentidos por medios discursivos.

La teoría de la construcción social de la realidad (Berger et Luckmann) es muy pertinente en este contexto, porque trata de demostrar que toda la realidad se construye socialmente y que la tarea de la sociología del conocimiento es analizar los procesos por medio de los cuales se construye socialmente la realidad.  Así pues, podemos decir que el discurso diplomático producido por diplomáticos y estadistas en una época y un país dado se constituye como creador de sentido y representación de relaciones internacionales. 

Desde esta perspectiva, el discurso diplomático hispano-marroquí, articulando realidades, y produciendo legitimidad institucional, se transforma en sí mismo en un hecho político y por tanto histórico, cuya importancia se debe a su función de formador y legitimador de las interacciones bilaterales entre el Reino de Marruecos y el Reino de España. Lo que significa que la realidad de la nueva etapa de relaciones entre España y Marrueco hay que buscarla en el proceso de la construcción discursiva que mediante el discurso diplomático, mediático o académico produce a través del lenguaje una serie de interpretaciones y representaciones que se hacen de la información recibida.

Estando delante de dos tipos de discurso, el diplomático y el mediático, si con el primero admitimos la existencia de una nueva etapa de diálogo político transparente y asociación económica avanzada, con el segundo  formularemos  la siguiente pregunta: ¿qué hace el discurso mediático del discurso diplomático? o dicho de otra manera, ¿cómo se articula el discurso mediático con el discurso diplomático en el tratamiento de los últimos acontecimientos que vivieron las relaciones entre Marruecos y España?

Generalmente, el discurso diplomático suele fascinar a los medios de comunicación, que sin embargo lo trivializan, incluso lo ridiculizan, prefiriendo frecuentemente halagar el "sentido común" cuando mediatizan la palabra de los diplomáticos. 

Tanto en España como en Marruecos, los medios de comunicación desempeñaron, un papel fundamental a la hora de informar a la opinión pública sobre los momentos sensibles de sus relaciones, lo hizo también durante la crisis provocada por la acogida del jefe de la banda separatista, así como a raíz de la nueva perspectiva abierta por la carta del presidente Pedro Sánchez al rey Mohamed VI. ¿En qué precisamente ha consistido este papel jugado por los medios de comunicación a este respecto?

Con el objetivo de examinar si los periodistas de ambos lados, en el momento de cubrir los hechos, tuvieron en cuenta la palabra de los diplomáticos y más precisamente el sentido de su discurso, esta intervención intenta proponer algunas vías de análisis de las estrategias discursivas utilizadas en el discurso de los medios de comunicación marroquíes y españoles con respecto al nuevo arranque de las relaciones entre los dos reinos. Pero antes quisiera llamar vuestra atención sobre el papel de un concepto fundamental en dichas estrategias, se trata del concepto de confianza que me parece constituir un elemento fundador en la construcción discursiva de esta nueva etapa en el desarrollo de las relaciones hispano-marroquíes.

Kant decía en su breve escrito “La paz perpetua” publicado en 1795 que “no debe considerarse válido ningún tratado de paz que se haya celebrado con la reserva secreta sobre alguna causa de guerra en el futuro”. Tal tratado sería de hecho una suspensión de armas, un aplazamiento de las hostilidades, y no la paz, que significa el fin de todas las hostilidades. Para Kant, las causas existentes para una guerra en el futuro deben ser destruidas en su conjunto por el tratado de paz. La reserva sobre viejas pretensiones a las cuales ninguna de las partes haga mención en el momento del tratado, con la perversa intención de aprovechar la primera oportunidad en el futuro para este fin, no se corresponde en la opinión del filósofo alemán con la dignidad de los gobernantes.

Tomando prestada esta idea de Kant que pone en valor la diplomacia de transparencia y confianza en contra de la práctica de agendas ocultas, podemos decir que Marruecos y España, frente al riesgo que presenta la posibilidad de tomar decisiones unilaterales susceptibles de provocar conflictos en el futuro, decidieron adoptar al término de las profundas conversaciones entre Su Majestad el Rey Mohamed VI y el presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, una hoja de ruta diseñada, de tal manera que (primero) elimine cualquier posibilidad de conflicto que ponga en crisis la relación bilateral en el futuro, y (segundo) favorezca la construcción de una nueva etapa “basada en los principios de transparencia, de diálogo permanente, de respeto mutuo y respeto e implementación de los compromisos y acuerdos suscritos por ambas partes”.

Conviene recordar que el espíritu de esta nueva etapa se basa en dos referencias fundamentales, primero la filosofía de la nueva etapa responde al llamamiento de Su Majestad el Rey Mohamed VI, en su discurso a la nación con motivo del 68º aniversario de la Revolución del Rey y del Pueblo, de “inaugurar una nueva etapa inédita en las relaciones entre los dos países, sobre la base de la confianza, la transparencia, el respeto mutuo y la honra del compromiso” lo que se entiende claramente de este párrafo del discurso real, es que el nuevo paradigma de las relaciones hispano-marroquíes fue conceptualizado esencialmente por SM el Rey en su discurso del 20 de agosto 2021(cuatro meses después de la acogida de Brahim  Ghali en España) donde anunció que Marruecos, efectivamente, ha cambiado y que las reglas que rigen sus  relaciones también han cambiado. 

Respecto a la segunda referencia de esta nueva etapa, hay que recordar que la lógica de esta dinámica  corresponde también a la voluntad del presidente del Gobierno de España, Pedro Sánchez, expresada en su carta enviada previamente al rey Mohamed VI, en la que subraya que “nuestro objetivo debe ser construir una nueva relación, basada en la transparencia y la comunicación permanente, el respeto mutuo y el respeto a los acuerdos firmados por ambas partes y la abstención de toda acción unilateral”, esta última frase en la carta del presidente plantea una cuestión que merece una reflexión especial, conviene señalar  que las acciones unilaterales en las relaciones internacionales se enmarcan en lo que se llama la política de hechos consumados, como método que consiste en modificar unilateralmente, y sin consentimiento previo del país socio u adversario , e incluso sin su conocimiento, el equilibrio de la relación bilateral y colocar así al  otro en una situación considerada irreversible, en este sentido notamos que el presidente Pedro Sánchez después de integrar, a través de su carta al rey de Marruecos, el principio de abstención de toda acción unilateral en el dispositivo conceptual de la nueva etapa, volvió en su discurso de apertura de la RAN a insistir en el mismo principio asegurando que “nos hemos comprometido a la transparencia y a la comunicación permanente. Recurriremos siempre al diálogo y no a los hechos consumados”.

Está claro que el discurso diplomático entendido aquí como una serie de declaraciones y mensajes de actores estatales tanto españoles como marroquíes, presenta el reciente desarrollo de las relaciones bilaterales entre ambos países, como un desarrollo cualitativo, positivo y prometedor, cuyos términos claves son la confianza, la transparencia y la comunicación permanente. La pregunta a la que tenemos que responder en nuestro debate de hoy sería muy precisamente en qué medida la cobertura de los medios de comunicación ayudó a generar una imagen pública favorable a la nueva perspectiva abierta entre los dos reinos.

Es evidente que toda política exterior necesita un “clima” de opinión pública favorable para lograr sus objetivos y la nueva etapa de relaciones hispano-marroquíes representa en este sentido uno caso bastante particular, me refiero al caso de dos diplomacias que se comprometen en la construcción discursiva de una transformación positiva de sus relaciones, sin poder contar con el apoyo mediático necesario de una de las dos partes,  y es que a pesar de que las instituciones de los dos Estados desplegaron una estrategia comunicacional que brindó una información precisa y continua  sobre los fundamentos y la ventaja de la nueva etapa a la los medios de comunicación y líderes de opinión, la reactividad mediática en  Marruecos no fue la misma que en  España.

En Marruecos, podemos decir sin ninguna exageración que el conjunto de los medios de comunicación públicos y privados, tradicionales y digitales, cada uno a su manera, han ofrecido a la opinión pública marroquí una serie de noticias, comentarios y análisis sobre todo el proceso de la resolución de la crisis así como del relanzamiento de la nueva etapa, a lo que respondió la sociedad civil marroquí de forma serena, confiada y optimista. Se ha notado en este contexto que los mensajes difundidos por los medios fueron reproducidos en las redes sociales y medios académicos.

Cómo podemos explicar la construcción mediática de esta representación positiva en la opinión pública marroquí sobre el cambio cualitativo de las relaciones entre los dos vecinos.

La respuesta que puedo proponer por el momento viene en forma de una doble hipótesis, y que necesitara más tarde ser averiguada de manera profunda, se trata de una hipótesis que podemos plantear a dos niveles:

  1. El primero consiste en decir que la representación positiva que construyen los medios de comunicación y la opinión pública en Marruecos sobre el relanzamiento de las relaciones con el vecino español se enmarca en el contexto general de una imagen de España tradicionalmente positiva en Marruecos, el carácter positivo de esta imagen se manifiesta de distintas maneras, puede que haya algunas percepciones negativas, pero no hasta el punto de afectar a la tendencia general hacia una percepción positiva de España; conviene citar en este sentido  el estudio relevante de Dris Guerraoui y Noreddin Afaya titulado “La Imagen de España en Marruecos”, publicado en su versión castellana en 2005, y cuyas conclusiones principales confirman que  la mayoría de los marroquíes ven a España como un país amigable, moderno y desarrollado, tienen una imagen positiva de la cultura española, especialmente de la gastronomía, el arte y la música, así como una imagen positiva de los españoles como personas amables, hospitalarias y generosas.
  2. El segundo nivel de la elaboración de la hipótesis planteada consiste en explicar el tratamiento positivo dedicado por la prensa marroquí al proceso de instauración y consolidación de la nueva etapa, por un factor determinante que es la posición positiva del Gobierno español respecto al Sáhara marroquí; no olvidamos la sensibilidad de esta cuestión nacional para la opinión pública marroquí, tampoco olvidamos que SM el Rey Mohamed VI había subrayado en su discurso del 20 agosto 2022 que la nueva posición de España ha permitido iniciar “una nueva fase para la asociación marroquí-española, inalterable ante las circunstancias regionales y los desarrollos políticos internos”. El Rey no solamente calificó de "clara" y "responsable", la posición de España, sino que afirmó que la postura sobre este conflicto artificial es "el criterio de amistades y partenariados" para Marruecos.  Por lo tanto, si el Sáhara es como dijo SM el prisma con el que Marruecos mira al mundo, es por consiguiente el prisma con el que los marroquíes vieron venir la nueva etapa de las relaciones con España y es por esta misma razón por la que los medios de comunicación en Marruecos reservaron un tratamiento positivo a todo este proceso.  

En lo que respecta la cubertura mediática en España a esta nueva etapa, la impresión general que se puede tener desde la orilla sur del Estrecho es que los medios de comunicación españoles se mostraron, con algunas excepciones claro, escépticos y desconfiados con todo este proceso, basta echar una mirada a algunos titulares de prensa como:   

Deslucida RAN entre España y Marruecos

España-Marruecos, una cumbre descafeinada

Marruecos y España, una amistad bajo sospecha

Con Marruecos una hermandad forrada de concertinas

Ese poliédrico vecino marroquí

Sánchez vuelve sin resultados concretos

Está claro que estamos delante de un discurso mediático que se distancia categorialmente del discurso diplomático produciendo sus propios términos de desconfianza y sospecha en lugar de transparencia y confianza. Es evidente que en una democracia, la prensa juega un papel esencial, independiente de los poderes políticos, y teniendo en principio cuentas que rendir sólo al público, busca en nombre de este último "la verdad", en la medida en que sea posible definirla, para que los ciudadanos puedan controlar la realidad y formar opiniones informadas.

Sin embargo, lo que llama más la atención en este contexto no es que algunos medios de comunicación en España se mostraron críticos con la concepción de la nueva etapa, que es su derecho sagrado, sino que aprovecharon la ocasión para reconstruir en el contexto actual aquella antigua representación social acerca de Marruecos, configurada, esencialmente, por estereotipos y prejuicios, susceptibles de promover la construcción de imágenes negativas; si no, cómo podemos entender que algunos medios de comunicación ponen de relieve en su cobertura de la nueva etapa términos como “Inexplicable, sospecha, ausencia, tropiezo, plantón, humillación, sesiones, trueque, coste, precio, tregua, sumisión, desequilibrio” y un largo etcétera. Este es el sentido que dieron algunos medios de comunicación españoles a todo este proceso, es todo lo que han querido ver y transmitir a la opinión pública española, y no la ventaja de que dos países vecinos, conscientes de la magnitud e importancia estratégica de los vínculos que los unen y de las legítimas aspiraciones de paz, seguridad y prosperidad de sus pueblos, comienzan hoy la construcción de una nueva etapa en su relación bilateral.

Para explicar por qué los medios en general centran su atención en ciertos aspectos de la realidad y no en otros, y por qué terminan viendo la realidad de una manera determinada, sería pertinente recurrir a la teoría del encuadre mediático que incluyendo un conjunto de conceptos extraídos de la Sociología y las Ciencias de la Comunicación, puede ayudarnos en comprender cómo los medios de comunicación definen y construyen problemas y eventos seleccionados, proveyendo marcos de interpretación que influyen sobre expectativas de comportamiento y complejizan la realidad social.

Podemos así pues plantear la existencia de una estrategia discursiva usadas por algunos medios en España para cubrir e interpretar la construcción de una nueva etapa de relaciones con Marruecos, una estrategia discursiva basada en dos tipos encuadres mediáticos que son la estigmatización y el negacionismo.

Respecto a la estigmatización, que consiste en tener prejuicios sobre alguien sin realmente conocerlo, basta con promover la tradicional representación negativa de su imagen, y el negacionismo que consiste en negar la realidad para evadir una verdad, la verdad de que Marruecos ha cambiado, de que el Marruecos de hoy no es el mismo de ayer.

Así pues, la estrategia comunicativa de los medios marroquíes se basa como hemos visto en el encuadre de imagen de España tradicionalmente positiva en Marruecos y la consolidación de la integridad territorial marroquí; mientras, la estrategia comunicativa de los medios españoles se basa en la estigmatización de la imagen negativa de Marruecos y la negación de su cambio positivo.

Los que han seguido la reciente evolución de las relaciones hispano-marroquíes a través de algunos medios de comunicación quizás podrán preguntarse si la crítica de Juan Goytisolo sobre la representación colonialista del otro en la literatura y cultura españolas tiene relevancia incluso en la actualidad, ya que muchos de los prejuicios y estereotipos que él cuestionó todavía persisten en algunos sectores de la sociedad española, y especialmente en los medios españoles que enfocan en la inmigración, el tráfico de drogas y la seguridad, presentando a menudo  estos temas  de manera sensacionalista y estereotipada.

Sin embargo creo sinceramente que los medios de comunicación en España varían en su enfoque y cobertura de los temas relacionados con Marruecos, y esto se ha notado últimamente en dos ocasiones, la ocasión del triunfo histórico de la selección marroquí en el Mundial de Qatar, y el proceso de relanzamiento de una nueva etapa de relaciones entre España y Marruecos, y si todavía hay cierta persistencia en la estigmatización de Marruecos, lo cierto es que ha habido algunos avances notables  en la eliminación de prejuicios y estereotipos en la cobertura mediática de Marruecos por los medios españoles.