Opinión

La coalición de gobierno en Italia, al borde de la ruptura

photo_camera Atalayar_Mario Conte

La aplicación del MES o “mecanismo-salvaEstados” ya es una realidad tras recibir ayer el “sí” del Parlamento italiano, pero ha dejado importantísimas secuelas: la mayor, colocar a la actual coalición de gobierno al borde de la ruptura. La clave estará ahora en ver si los cuatro partidos integrantes de dicha coalición aprueban o no la Ley de Presupuestos Generales del Estado, lo que no parece tan claro. Y es que ahora sí hay un enfrentamiento abierto entre dos de los líderes de la coalición: el Primer Ministro Conte, por un lado, y el líder de Italia Viva y ex primer ministro, Matteo Renzi, por otro. La jornada del pasado día 9 en el Senado dejó claro hasta qué punto ambos están enfrentados, con la diferencia de que Renzi ahora sí parece dispuesto a abandonar la coalición, lo que obligaría al presidente Mattarella a elegir entre dos posibilidades: o nombrar un gobierno no político que gestionara la llamada “emergencia económica”, o disolver el Parlamento y convocar elecciones anticipadas en un momento delicadísimo para la celebración de unos comicios de carácter general.

Como ya comentamos en un artículo anterior, el gobierno italiano, tras más de un año dando largas, había comunicado a las autoridades comunitarias su aceptación final del MES, lo que suponía, por un lado, someterse a un mayor control financiero por parte de la Unión Europea y, por otro, recibir una inyección de alrededor de 37.000 millones (y con carácter inmediato) que se dirigiría a combatir los devastadores efectos que está teniendo la crisis del coronavirus. Sabido era que a favor de la aceptación del MES estaban tres de los cuatro partidos integrantes de la coalición (Partido Democrático, Italia Viva y LeU), mientras el Movimiento Cinco Estrellas se negaba en redondo hasta que hubo un momento en que no tuvo más remedio que dar su brazo a torcer. Pero una cuestión era que Conte y los ministros de Cinco Estrellas cedieran en este asunto, y otra bien distinta que los parlamentarios de este partido también estuvieran dispuestos a ratificarlo. Y aquí vino lo inesperado para muchos: un pequeño grupo de parlamentarios de Cinco Estrellas avisó de que pensaba votar en contra, con lo que el MES, teniendo en cuenta que el centroderecha también pensaba votar en contra, no recibiría el “sí” del poder legislativo con el que Conte debía acudir a la cumbre europea que se celebrará esta semana.

Fue en ese momento cuando el presidente de la República, Sergio Mattarella, decidió actuar de inmediato haciendo uso de sus prerrogativas constitucionales: o el MES era aprobado en el Parlamento, o él mismo firmaba el decreto de disolución del Parlamento y convocaba elecciones anticipadas, a pesar de que la legislatura oficialmente no concluye hasta los primeros meses del año 2023.

Atalayar_Sergio MattarellaEn realidad, Mattarella pensaba tomar dos medidas. La primera, exigirle a Conte su dimisión y nombrar un gobierno no político que gestionara los fondos europeos hasta que la situación permitiera convocar elecciones; y, a continuar, convocar elecciones cuanto antes. Ese gobierno no político en principio estaría presidido por alguna de las personas de su máxima confianza: o bien el execonomista-jefe del FMI Cottarelli, a quien Mattarella ya estuvo a punto de pedir que formara gobierno a finales de mayo de 2018, o la jurista Marta Cartabia, Presidenta de la Corte Suprema de la Magistratura y con la que Mattarella guarda una estrecha relación de confianza desde que ambos coincidieran en este tribunal.

Sin embargo, el que mostró más perplejidad ante lo que estaba sucediendo no fue otro que Matteo Renzi, quien no daba crédito a que, por un lado, se le hubiera dicho ya “sí” a las autoridades europeas para la aplicación del MES y, por otro, el principal partido de la coalición, Cinco Estrellas, dijera unos días después “no” a ese mismo MES. En realidad, estaba diciendo “no” un sector minoritario del partido, pero con los suficientes votos para que la resolución favorable al MES no saliera adelante.

Pero el líder de Italia Viva, quien es sabido que detesta a Conte tanto como éste al joven político toscano, pasó de la perplejidad al mayor de los enfados cuando supo que, en el diseño que Conte había hecho de la puesta en marcha de los 209.000 millones que el país recibirá del Fondo de Reconstrucción Europea, había excluido por completo a la formación de Renzi, a pesar de que sus 18 senadores son decisivos para sacar cualquier votación adelante en la cámara alta, donde el gobierno en este momento no dispone de mayoría absoluta, sino tan solo de simple.

Atalayar_MES5EstrellasConte no tuvo más remedio que acabar dando órdenes a los parlamentarios de Cinco Estrellas de que votaran a favor del MES, sobre la base de que se solicitaría a la Unión Europea que este fuera modificado en su formato, que en la práctica era como no decir nada: tan solo una forma de salvar la cara. Así que el pasado día 9, en la cámara baja y por la mañana, la resolución favorable al MES salió adelante. Pero la realidad es que a Conte lo esperaba por la tarde lo peor, en la votación que debía hacerse a continuación en el Senado. Porque allí estaría presente Renzi, que recordemos que además de líder de Italia Viva es Senador por Toscana, y esta vez el joven, pero ya muy bregado en la alta política ex primer ministro no se anduvo con mayores miramientos.

Así que, tras comparecer Conte ante los parlamentarios allí a reunidos, Renzi, llegado el momento de tomar la palabra, le espetó públicamente que le parecía lamentable la manera en que estaba administrando los fondos europeos, acusándole de haber considerado el gobierno una suerte de “Task force” y de recordarle que, si el mismo (Renzi), en su momento, había impedido a Salvini ser “premier” por pedir “plenos poderes” a la ciudadanía, menos aún pensaba dárselos él al actual “premier”. Y le ofreció, con el mayor de los desprecios, los tres puestos que en este momento ocupa su partido en el actual gobierno: un ministerio (Agricultura), un ministerio sin cartera (Igualdad de Oportunidades) y una subsecretaría (la de Asuntos Exteriores). Todo ello ante el regocijo de un centroderecha que aplaudió a Renzi por la dureza con la que estaba hablando al Presidente del Consejo de Ministros.

A partir de aquí, veremos qué sucede. Mattarella querrá asegurarse, antes de nada, que la actual “maggioranza” apruebe los presupuestos para el año 2021. A partir de ahí, todo puede pasar: o se nombra un nuevo gobierno en el que Conte deje de ser ya “premier”; o se pasa a un gobierno “no político”; o Conte y Renzi acaban logrando una solución que permita la continuidad del actual gobierno. Lo cierto es que quien está asumiendo mayores riesgos es Conte y Cinco Estrellas: de perder el gobierno y convocarse elecciones anticipadas para dentro de unos meses, este partido no sería capaz de reeditar siquiera un tercio de sus actuales parlamentarios. Renzi también saldría perdiendo, pero seguramente hace tiempo que lleva forjando una amplia coalición de centro y europeísta que le permitiría seguir con vida en el siguiente Parlamento que se formara tras las elecciones generales, tuvieran lugar cuando tuvieran. Y es que Conte no ha querido ver que los senadores que antes tenía para asegurarse una mayoría parlamentaria junto con otro partido relevante (ya fuera la Liga o el PD) los ha ido perdiendo (casi todos ellos se encuentran ahora en el Grupo Mixto, aunque algunos se fueron con Salvini) y quien precisamente los tiene no es otra... que la Italia Viva de Renzi. Y este ha dejado claro que está dispuesto a liquidar a Conte a la más mínima posibilidad: veremos en qué queda esta coalición cada vez más cerca de romperse definitivamente y a la que solo une el temor al que centroderecha le barra en las siguientes elecciones generales.

Pablo Martín de Santa Olalla Saludes es Doctor en Historia Contemporánea y autor del libro Italia, 2013-2018. Del caos a la esperanza (Liber Factory, 2018).