Imperiosa necesidad de doblar la producción de electricidad mundial

Entre los visionarios que luchan y promuevan la instalación de estos centros se jalean sus grandes ventajas, si bien no son tan explícitos a la hora de señalar, además de los inconvenientes, los enormes desafíos que todo ello conlleva.
Ha sido, pues, muy oportuna y ciertamente interesante la jornada celebrada en la sede del IESE en Madrid, y organizada por la Fundación Naturgy, sobre las Perspectivas de la Energía, con la intervención estelar del director ejecutivo de la Agencia Internacional de la Energía (AIE), el economista turco Fatih Birol.
La jornada coincidía con la presentación por la propia AIE de un informe prospectivo de la relación entre la energía y la proliferación de los centros de datos. Su más importante conclusión es que el conjunto de tales instalaciones, impulsados por el fuerte desarrollo de la IA, doblarán su gran consumo de electricidad de aquí a 2030, acaparando prácticamente el 3 % del total mundial, unos 800 teravatios hora, TWh, o lo que es lo mismo toda la electricidad que consume una gran potencia industrial como Japón en un año.
Advierte por ello Fatih Birol que tal perspectiva provoca un descomunal desafío, tanto por lo que respecta al aseguramiento de la producción y transporte de electricidad, como en lo que toca al correspondiente aumento de las emisiones de CO2. A día de hoy, el director ejecutivo de la AIE señala que el carbón supone aún el 30 % de la energía que se suministra a los centros de datos, cuyo 85 % del total global lo acaparan, por este orden, Estados Unidos, la Unión Europea y China.

En medio de las muchas otras incertidumbres que requieren la atención de todos los gobiernos, el presidente norteamericano Donald Trump ha tenido tiempo de crear un Consejo Nacional para el Dominio Energético (el propio enunciado es toda una declaración de intenciones), cuya principal misión es impulsar por todos los medios la producción de electricidad en Estados Unidos.
A juicio de Fatih Birol, y a pesar del persistente predominio aún de las energías fósiles, las denominadas energías renovables y el gas natural tienen muchas posibilidades de situarse a la cabeza de las fuentes de energía, “debido a su competitividad en cuestión de costes como de su disponibilidad en los mercados clave”.
En el informe, que consta de 302 páginas, que es también el primero dedicado a la IA, la Agencia Internacional de la Energía señala que “el incremento de la ya de por sí fuerte demanda de electricidad en este próximo lustro, también ofrecerá importantes oportunidades para abaratar costes, mejorar la competitividad y reducir las emisiones contaminantes”.

En todo caso, los dos grandes desafíos a los que habrán de hacer frente los gobiernos que sigan disputando la carrera por la primacía tecnológica serán tanto el incremento de su producción de electricidad y el redimensionamiento de su red de distribución. Los centros de datos, al menos hasta ahora, tienden a concentrarse en pocos países y en pocas regiones dentro de los mismos, lo que puede facilitar el encauzamiento del problema. No obstante, el succionamiento de grandes cantidades de electricidad por parte de estos centros de datos en el entorno de grandes aglomeraciones urbanas, podría provocar el efecto indeseado de restar cantidad e intensidad al suministro de zonas más pobres en abastecimiento energético.
Fatih Birol aprovechó también el turno de preguntas y respuestas para advertir al Gobierno español que “reconsidere su calendario de cierre de plantas nucleares ante los riesgos que supone depender de fuentes energéticas externas”, aludiendo al incierto contexto geopolítico actual. Y, más expresamente, instó a que las autoridades españolas analizaran el impacto negativo que el cierre de las centrales nucleares, que en su día decretó la canciller Angela Merkel, ha tenido en Alemania.