La UE, un proyecto hecho a golpe de crisis

Jean Monnet – “Padre Fundador de Europa” - escribió en sus memorias: "Europa se forjará en las crisis y será la suma de las soluciones adoptadas para afrontar esas crisis". Creo que esta cita es muy acertada a la hora de describir la historia de la integración europea, como hemos visto durante su reto más reciente: la pandemia de la COVID-19.
La pandemia se ha convertido en un punto de inflexión para la UE por varias razones. En términos económicos, la variedad de instrumentos utilizados para evitar el colapso económico, como la suspensión anticipada de las reglas fiscales para impulsar la inversión, la rápida inyección de liquidez por parte del BCE y el Marco Temporal de Ayudas Estatales, han sido implementados rápidamente y de forma precisa. No obstante, el ejemplo más destacado del cambio de paradigma a la hora de afrontar crisis ha sido la Nueva Generación de la UE (en inglés, el Next Generation EU), el plan de recuperación económico más importante desde el Plan Marshall- el cual reconstruyó Europa tras la Segunda Guerra Mundial. Uno de los principales logros de este proceso ha sido haber podido conseguir un amplio consenso entre los Estados miembros para hacer realidad el proyecto de Next Generation EU, evitando grandes divisiones entre los países, como la abrupta división Norte-Sur durante la crisis de 2008. El objetivo del Plan de Recuperación es mitigar el impacto económico y social de la pandemia de coronavirus, mientras posiciona a la UE como líder mundial de las transiciones ecológica y digital. En el mundo post-pandémico, la relevancia económica y geopolítica de la UE dependerá en gran medida de la eficacia con la que la economía europea haya adoptado una economía más sostenible y digital.
En el último informe del Eurobarómetro realizado por el Parlamento Europeo se observa que, en general, los europeos están satisfechos con el momento y el alcance de la Next Generation EU, y muchos creen que este instrumento ha impedido que los movimientos euroescépticos y populistas se aprovechen de la crisis para fortalecerse. Sin el Fondo de Recuperación, la UE se habría debilitado enormemente. Conscientes de ello, países líderes como Alemania y Francia lo apoyaron.
Otro gran logro ha sido la distribución centralizada de vacunas. Durante el primer pico de la pandemia, los países de la UE se enfrentaron a una importante escasez de material médico y sanitario, lo que provocó conflictos entre los Estados miembros. Para evitar un conflicto similar con la distribución de las vacunas, la Comisión Europea centralizó la distribución y adquisición de estas para garantizar que los ciudadanos de todos los Estados miembros de la UE las recibieran en el mismo plazo. Creo que, sin esta centralización de la distribución de las vacunas, la UE se habría visto gravemente perjudicada y fragmentada, lo que podría haber supuesto un gran revés para el proyecto europeo.
Sin embargo, el enfoque interno que ha tomado la UE para luchar contra la pandemia también ha disminuido su influencia en el mundo. Por ejemplo, la diplomacia de las vacunas de Rusia y China está debilitando significativamente el papel geopolítico de la UE en regiones cruciales como América Latina, África y el Indo-Pacífico. Por tanto, aunque la pandemia ha reforzado las instituciones de la UE a nivel interno, su falta de una política exterior sólida y decidida está debilitando su posición global y, como sostienen la mayoría de los expertos, acelerando la presencia global de China.