La filosofía de las enseñanzas del Islam (6)

La primera reforma: los estados naturales del hombre.

Ahora consideraremos la primera de las tres reformas inculcadas por el Santo Corán, que concierne al estado natural del hombre. Esta reforma trata de lo que se suelen llamar los “buenos modales”, es decir, las normas sociales que moderan las condiciones naturales de los salvajes, como comer, beber, casarse, etc., elevándolas a un nivel justo de aceptación social y apartando a los salvajes de su existencia animal. Acerca de este punto, el Santo Corán establece:

“Os están prohibidas vuestras madres, vuestras hijas, vuestras hermanas, las hermanas de vuestros padres y las de vuestras madres, las hijas de un hermano y las de una hermana, vuestras nodrizas que os hayan amamantado, vuestras hermanas de leche, las madres de vuestras esposas, vuestras ahijadas, que son vuestras pupilas por ser hijas de las mujeres con las que habéis cohabitado – pero si no habéis cohabitado con ellas, no cometéis pecado – y las esposas de vuestros hijos carnales; y os está prohibido contraer matrimonio a la vez con dos hermanas, salvo que se trate de un hecho consumado”. (4:24)

“¡Oh vosotros, los que creéis! No os es lícito heredar de las mujeres contra su voluntad”. (4:20)

“Y no os caséis con las mujeres que vuestros padres han tenido por esposas, salvo que se trate de un hecho consumado”. (4:23)

“Y os están permitidas las mujeres creyentes castas, y las mujeres castas de aquellos a los que se entregó el Libro antes que vosotros, si les entregáis sus dotes, contraéis un matrimonio válido, no cometéis fornicación ni mantenéis amantes secretas”. (5:6)

En los tiempos de la ignorancia si un hombre no tenía hijos permitía a su esposa cohabitar con otro hombre con el fin de tener hijos. El Santo Corán prohibió esta costumbre, a la que la frase “mantener amantes secretas” se refiere. También dice el Santo Corán:

“Y no os destruyáis a vosotros mismos”. (4:30)

“No matéis a vuestros hijos”. (6:152)

“¡Oh, vosotros, los que creéis! No entréis en otras casas que no sean las vuestras mientras no hayáis pedido permiso y saludado a sus moradores. Y si no encontráis a nadie en ellas, no entréis hasta que se os dé permiso. Y si se os dice: “Retiraos”, entonces regresad. Esto es lo más puro para vo¬sotros”. (24:28-29)

“Debéis entrar en las casas por sus puertas”. (2:190)

“Cuando os saluden con un saludo, devolvedlo con uno mejor, o al menos con otro igual”. (4:87)

“¡Oh, vosotros, los que creéis! Las sustancias intoxicantes, los juegos de azar, los ídolos y las flechas de la suerte no son más que una abominación de las obras de Satanás. Alejaos, pues, de todas ellas para que prosperéis”. (5:91)

“Se os prohíbe la carne del animal que muere por sí mismo, y la sangre y la carne del cerdo; la de los sacrificados invocando un nombre distinto del de Al’lah; la del animal que ha sido estrangulado, la del que ha sido golpeado hasta la muerte; la del que ha muerto a causa de una caída y la del que ha sido corneado hasta la muerte; la del que ha sido parcialmente devorado por una fiera – salvo que lo hayáis sacrificado adecuadamente –; y los animales sacrificados en un altar”. (5:4)

“Te preguntan qué es lícito para ellos. Di: “Todas las cosas buenas os son lícitas””. (5:5)

“¡Oh, creyentes! Cuando se os diga: “¡Haced sitio!” en vuestras reuniones, haced sitio; Al’lah os hará un sitio amplio; y cuando se os dice: “¡Levantaos!”, entonces levantaos”. (58:12)

“Comed y bebed, pero no superéis los límites”. (7:32)

“Decid siempre la palabra justa”. (33:71)

“Enaltece a tu Señor. Purifica tu vestimenta”. (74:5-6)

“Y anda con paso moderado y baja tu voz”. (31:20)

“Y procuraos las provisiones necesarias, aunque, en verdad, la virtud es la mejor provisión”. (2:198)

“Y si estáis impuros, purificaos con un baño”. (5:7)

“Y en su riqueza hay una parte que corresponde al mendigo y al necesitado”. (51:20)

“Y si teméis no poder hacer justicia (a la sociedad) en asuntos concernientes a los huérfanos al finalizar la guerra, entonces casaros con mujeres de vuestra elección, dos, tres o cuatro; pero si teméis no poder mantener la equidad, casaos sólo con una, o con aquellas sobre las que tenéis autoridad. Este es el camino más seguro para que evitéis la injusticia. Y entregad de buen grado a las mujeres sus dotes”. (4:4-5)

Esta es la primera reforma del Santo Corán, mediante la cual se eleva al hombre de su estado natural salvaje al estado de un ser social civilizado. En estas enseñanzas no hay mención de las cualidades morales superiores. Se atañe tan sólo al comportamiento humano elemental. Se precisaban estas enseñanzas porque el pueblo cuya reforma se contemplaba al enviar al Santo Profeta (lpbD) se hallaba en un estado extremo de barbarie. Era necesario que se les enseñase las normas elementales de comportamiento humano.

(lpbD) – la paz y las bendiciones de Dios sean con él.

[Continuaremos con la entrega 7, donde explicaremos algunas de las prohibiciones del Sagrado Corán, tales como ¿por qué se prohíbe la carne de cerdo?, ¿cuales son cualidades morales relacionadas con la abstención del mal?, etc.]