¿Pueden los musulmanes convivir en el Occidente? (II)
[Esta entrega es continuación de la anterior: “¿Pueden los musulmanes convivir en el Occidente? (I)”]
Otra situación que pudiera surgir sería, por ejemplo, si un país de mayoría musulmana y un país de mayoría cristiana entrasen en guerra por razones no religiosas. ¿Cómo debe reaccionar un ciudadano musulmán que vive en estos países, o sea cristiano o de cualquier otra religión ante tales circunstancias? Para responder a esta pregunta, el Islam ha establecido un principio fundamental, y es que las personas nunca deben apoyar la crueldad o la opresión. Por lo tanto, si un país musulmán practica la opresión o la crueldad, debe impedirse que este país siga así actuando; y si un país cristiano practica la crueldad, deben igualmente detener sus acciones de inmediato.
¿Cómo puede un solo individuo detener a su propio país ante cualquier forma de crueldad u opresión? La respuesta a a esta pregunta es muy simple. En la actualidad, la democracia prevalece a lo largo del mundo occidental, y por lo tanto, si un ciudadano (o grupo de personas) ve que su gobierno está actuando de manera opresiva, entonces debe levantar la voz, oponerse a tales medidas y tratar de guiar a su país hacia el camino correcto. Si un ciudadano considera que su país está violando la soberanía de otro país, entonces debe llamar la atención de su gobierno y despertar su conciencia.
Alzarse pacíficamente y exponer los problemas, no es un acto de rebelión o sublevación, sino que, de hecho, es una expresión de verdadero amor por su país. Un ciudadano que no puede soportar ver la reputación de su país empañada o deshonrada dentro de la comunidad internacional, y que por tanto llama la atención de su país, está manifestando su amor y su lealtad hacia él.
En lo que se refiere a la Comunidad Internacional y sus instituciones, el Islam enseña que cuando un país es atacado injustamente, otras naciones deben unirse y tratar de detener al agresor. Si la nación que agrede se da cuenta de su error y se retira, no debe imponérsele ningún tipo de castigo como venganza, o como medio para aprovecharse de la situación. Por lo tanto, el Islam ofrece respuestas y soluciones a todas las situaciones posibles. La esencia de las enseñanzas del Islam es que debemos extender la paz, en la medida en que el Santo Profeta Muhammad (lpbD) ha definido a un musulmán como la persona de cuyos actos físicos o verbales todos los demás están a salvo.
Como ya he dicho, el Islam enseña que nunca se debe apoyar la crueldad y la opresión. Esta es la hermosa enseñanza llena de sabiduría que inspira a un verdadero musulmán a mantener una posición de honor y dignidad en el seno de cualquier país en el que viva. Sin duda que todas las personas sinceras y decentes desearían tener esas personas pacíficas dentro de sus sociedades.
El Santo Profeta Muhammad (lpbD) ha otorgado a los musulmanes otra hermosa enseñanza para que la adopten en sus vidas. Ha enseñado que un verdadero creyente debe buscar siempre lo que es bueno y puro. A su vez, también enseñó que siempre que un musulmán oiga un sabio consejo debe adoptarlo en su vida diaria. Por lo tanto, con la misma determinación con la que una persona busca adquirir lo que le corresponde, a los musulmanes se les enseña que deben esforzarse por obtener y beneficiarse de los sabios consejos y de la bondad donde quiera que se encuentren. Es un principio hermoso y perfecto, muy necesario actualmente cuando existen tantas preocupaciones acerca de la integración de los inmigrantes. Con el fin de integrarse en sus sociedades locales y desarrollar el respeto mutuo, a los musulmanes se les enseña que deben tratar de aprender todos los aspectos positivos de cada sociedad, cada región, cada ciudad y cada país. No es suficiente sólo aprender acerca de estos valores, si no que, además, los musulmanes deben esforzarse por adoptarlos en sus propias vidas. Esta guía es la que verdaderamente inculca la unidad, y el espíritu de confianza y de amor mutuo. En efecto, ¿quién puede ser más amante de la paz que un verdadero creyente, que además de cumplir con las exigencias de su fe, trata también de adoptar todos los aspectos positivos de su sociedad o de cualquier otra? ¿Quién puede difundir la paz y la seguridad mejor que él?
A causa de los medios de comunicación disponibles en la actualidad, el mundo es ahora conocido como “la aldea global”. Esto es algo que el Santo Profeta Muhammad (lpbD) profetizó hace unos 1.400 años, cuando dijo que llegaría un momento en que el mundo sería uno y las distancias parecerían acortarse. Dijo que, debido a los medios de comunicación rápidos y modernos, la gente sería capaz de ver el mundo entero. De hecho, se trata de una profecía del Santo Corán, que él mismo explicó con detalle. Así, el Santo Profeta (lpbD) enseñó que cuando llegara dicho momento, la gente debería tratar de aprender y adoptar las cosas buenas de los demás con el mismo entusiasmo con el que tratarían de recuperar sus propiedades perdidas. En otras palabras, se puede decir que deben adoptarse todas las cosas positivas, a la vez que se debe evitar todo lo negativo. El Sagrado Corán explica este mandamiento diciendo que el verdadero musulmán es aquel que ordena el bien y prohíbe el mal. Teniendo esto en cuenta, ¿qué país o sociedad diría que no es capaz de tolerar o aceptar la presencia en su seno del Islam, o de los musulmanes amantes de la paz? El año pasado tuve la oportunidad de conocer al alcalde de Berlín y le expliqué que el Islam enseña que se debe considerar cada aspecto positivo de cualquier nación como si fuera nuestra herencia personal. Respondió diciendo que si se actuara de acuerdo con esta enseñanza, sin duda el mundo entero uniría sus manos y apoyaría esta iniciativa. Me siento bastante sorprendido y entristecido cuando escucho que en algunas partes de Alemania hay personas que dicen que ni los musulmanes ni el Islam pueden integrarse en la sociedad alemana. Es verdad, ciertamente, que el Islam que representan los extremistas o los terroristas no tiene la capacidad de integrarse en ningún país o sociedad, y no sólo en Alemania. Ciertamente llegará un momento en que se levantarán voces de oposición a tales ideologías extremistas, incluso en los propios países musulmanes. Sin embargo, el verdadero Islam, el que nos presentó el Santo Profeta Muhammad (lpbD), siempre atraerá a la gente sincera y decente. En esta época, para revivir las enseñanzas originales, Al’lah (Dios Todopoderoso) envió al Mesías Prometido (lpD) como siervo del Santo Profeta (lpbD), y la Comunidad que él fundó y que yo represento, practica y predica el verdadero mensaje del Islam.
Quede claro, por tanto, que nadie puede afirmar con justicia que el verdadero Islam no se puede integrar en cualquier sociedad. El verdadero Islam fomenta la justicia y la bondad, y evita todas las formas de maldad y delito. El verdadero Islam enseña a los musulmanes a poner fin a la maldad y a la crueldad dondequiera que exista.
Por tanto, más que una cuestión de falta de integración, el verdadero Islam atrae de forma natural a la sociedad, al igual que lo hace un imán magnético. El Islam enseña que una persona no sólo debe esforzarse por adquirir o desear la paz para sí mismo, sino que debe hacer un esfuerzo íntegro para difundir la paz y la armonía entre los demás, con el mismo anhelo que lo siente hacia sí mismo. Esta actitud desinteresada es la manera de establecer la paz en el mundo. ¿Hay alguna sociedad que no aprecie estas enseñanzas y no apruebe este tipo de enfoque? Sin duda que una buena sociedad no puede desear que la inmoralidad y el mal se extiendan dentro de ella, y nunca se opondría a que se promueva la bondad y la paz en su seno.
Cuando definimos “bondad” es posible que haya diferencias en la definición que de la misma hace una persona religiosa y una persona no religiosa. Entre los aspectos de la bondad y la virtud que el Islam describe, hay dos virtudes primordiales a través de las cuales emanan todas las demás formas de bondad. Una de ellas es la obligación que debemos Al’lah Todopoderoso, y la otra es la responsabilidad hacia la humanidad. Aunque exista diferencia en la definición que ofrece una persona religiosa frente a una no religiosa, no hay diferencia en lo que se refiere al segundo aspecto: la obligación hacia los seres humanos. Las responsabilidades debidas a Al’lah se refieren al culto a Dios, y en consecuencia, todas las religiones guían a sus seguidores en relación con dicho culto; mientras que en lo que se refiere a los derechos del hombre, tanto las sociedades como la religión, se han encargado de educar conjuntamente a la humanidad a este respecto. El Islam nos habla con gran profundidad y detalle acerca de los derechos y obligaciones para con los seres humanos. Siendo imposible intentar cubrir la totalidad de éstas enseñanzas en el breve tiempo que dispongo, voy a mencionar, sin embargo, algunos de los derechos fundamentales que establece el Islam, y que son necesarios para que la paz germine dentro de la sociedad.
(lpbD) – que la paz y las bendiciones de Dios sean con él.
(lpD) – que la paz sea con él.
(Continuaremos este discurso en la siguiente entrega: “¿Pueden los musulmanes convivir en el Occidente? (III)”).