
Todas las corrientes del fundamentalismo religioso son dogmas basadas en creencias comunes rígidas. Las comunidades fundamentalistas son más reacias al cambio y se aferran a que, la única verdad divina, es la que procede de su punto de vista.
En Norteamérica, a principios del siglo XX, existían ciertas sectas que se les denominaba fundamentalistas por rechazar a las tesis evolucionistas de Darwin, que se antojan contrarias a la interpretación literal de la Biblia que adoptan.
En Europa, las guerras de religión entre católicos y protestantes de los siglos XVI y XVII tuvieron consecuencias desastrosas que incentivo a la gestación de la filosofía racionalista de los siglos XVII y XVIII, y paulatinamente la religión se queda relegada a la conciencia personal y las tradiciones religiosas han ido pasando a un segundo plano. Se rompe con fundamentalismo religioso en Europa, y se fueron implantando estados aconfesionales.
En el mundo musulmán actualmente asistimos a un sinfín de fundamentalismo, sin embargo, siglos atrás, los musulmanes han obrado lo llamado "edad de oro del islam" un período comprendido entre los siglos VIII y XIII y hay historiadores que sostienen que duró hasta el siglo XVI, d.C , época en la que florecieron las manifestaciones científicas, culturales y artísticas, y la civilización árabe-islámica alcanzó su esplendor con aportes de grandes personajes como Averoch, (1126-1198), Al-Juarismi (780 - 850), Avicena (980 - 1037), Al-Farabi (872 - 950), Al- Razi (865 - 925), Ibn Arabi (1165 - 1240) y Al-Ghazali (1057 - 1111).
Sin olvidar a mujeres como Fátima al-Fihri, quien fundó la universidad Al-Qarawiyyīn de Fez, Marruecos en 859 d.C. y Mariam al-Asturlabi, astrónoma del siglo X, nativa de Alepo, Siria.
Fueron personas ilustres que congregaban un amplio conocimiento: jurisprudencia islámica, ingeniería, medicina, música, literatura, filosofía, astronomía y otras ciencias, unos pertenecen a la península ibérica de Al- Ándalus, como Averoch, nativo de Córdoba, o Ibn Arabí de Murcia. Y por si el fundamentalismo significa anular la realización de la razón en la interpretación de los textos religiosos, estos grandes maestros han conciliado entre la fe y el intelecto, utilizando la razón y la hermenéutica, y tuvieron el mayor mérito en sentar las bases de la ciencia que perdura hasta hoy.
En la "edad de oro del islam" se mantenía una fértil y controvertida lucha entre el pensamiento religioso y lo filosófico. La filosofía nutría el pensamiento, lo provocaba y lo empujaba a alcanzar la madurez intelectual. La decadencia comenzó a partir del siglo XVI, se marginó a la filosofía, y a si las ciencias racionales se deslucen dando la paulatina apertura a un largo periodo del pensamiento penitencial monista salafista, que generó la repetición y la rumia.
Múltiples factores conllevaron al colapso de la civilización islámica, a priori, lo que nos interesa en la actualidad, para el bien de las nuevas generaciones musulmanas de Europa es sacudir la pereza mental, reforzar el espíritu crítico y romper con el consumo excesivo del pensamiento religioso estancado en el pasado.
A la luz de este mundo global y el gran progreso de los medios de comunicación y redes sociales, urge crear nuevos patrones cognitivos que aclaren el pensamiento de juventudes musulmanas de Europa; mujeres y hombres que, hoy más que nunca, necesitan ir hacia el futuro con alto grado de ilustración acordes con los avances que se producen en el mundo.
Repasar lo que atañe a los musulmanes europeos. Obviamente, en los últimos veinte años los Gobiernos de la UE intensificaron esfuerzos en cambiar modelos de integración, creando estrategias de mejoras a las comunidades musulmanas. Francia, por ejemplo, estableció en 2003 el Consejo Francés del Culto Musulmán, incorporó a ministros musulmanes con el objetivo de crear nuevas políticas y atajar los problemas de los suburbios donde habitan los musulmanes. El Gobierno alemán, por su parte, inauguró en 2006 la ‘Conferencia Nacional sobre el islam’. Países Bajos aprobó en 2009 una ley de servicios municipales no discriminatorios, a raíz de esta, se incorporan siete musulmanes en el Congreso de los Diputados neerlandés.
En España, desde 1992, existe la Comisión Islámica de España (CIE), que representa oficialmente a los musulmanes ante el Gobierno, además (CIE) coordina dos grandes asociaciones musulmanas: la Federación Española de Entidades Religiosas Islámicas (FEERI) y la Unión de Comunidades Islámicas.
No obstante, la pregunta es: ¿hasta qué punto estas representaciones son efectivas e influyen positivamente en la vida de los musulmanes? No podemos quitarles el mérito, tampoco alabar su papel, por la razón de que el terrorismo radical en los últimos veinte años azotó fuerte a la UE, y en gran escala a Francia y España. Menos ha sufrido Países Bajos y otros.
En el país galo, a raíz del asesinato del profesor Samuel Paty en octubre del año pasado (2020) por parte del joven checheno, se crea el debate más ferio y controvertido sobre la convivencia de los musulmanes. Emmanuel Macron acude a las leyes para hacer que las instituciones islámicas se adhieran al proceso de reforma, e impulsa la ley llamada ‘Principios para promover el respeto a los valores de la República’. A su vez, el CFCM, el 18 de febrero de 2021, aprobó oficialmente la carta de principios para el islam francés, que acopia 10 puntos que en su mayoría resaltan que el islam, no es incompatible con la República.
La carta no agrada al conjunto del CFCM, tres organizaciones socias se negaron a firmarla al considerar que algunos de sus artículos debilitan los lazos de confianza entre los musulmanes de Francia y la nación musulmana.
Meses después, justo el pasado 17 de marzo, otras cuatro entidades que firmaron la misma anuncian su desvinculación y la división se hace oficial, el CFCM de nueve uniones que le componen se quedan tres.
Esto explica que la representación de musulmanes de Europa no siempre es eficaz, ni llegará al éxito esperado, debido a que no engloba a todos los grupos heterogéneos que procesan la fe islámica, ni integra la diversidad a las que pertenecen. Por lo cual, y lamentablemente, tanto el sectarismo, las facciones islamistas radicales y el fundamentalismo persistirán.
Es errático pensar que el cambio va a surgir desde las instituciones religiosas, o que las leyes tendrán el éxito inmediato. En la esfera pública europea urge impulsar una movilidad social y cultural que marque el despertar de los musulmanes europeos, y que ellos mismos, tomen sus propias iniciativas para desarrollar su comprensión a su fe, acorde con los valores actuales.
Para que esto surja, hay que mejorar la situación socioeconómica, romper con los guetos, aumentar la sensibilización, la coeducación y, sobre todo, proporcionar espacios que se rigen por la interculturalidad, en los que las juventudes sean protagonistas de su propio reto.
Por su parte Europa, tiene tareas a cumplir: la primera debe reconocer que, para asentar su civilización actual, se inspiró en el arsenal cognitivo de los antepasados musulmanes el pensamiento europeo se benefició de la música, el arte, la arquitectura, la filosofía etc.
La segunda es hacer reflejar este legado islámico en proyectos interculturales en los que los musulmanes, en especial las juventudes, tendrán referentes ilustres de la edad de oro del islam, de esta manera conectan con la cultura de raíz y aumente la revaloración de sí mismos, e interactuaran positivamente en la sociedad. Sin estos pasos el horizonte del islam en Europa seguirá siendo oscuro.