La evolución de la Comunidad Ahmadía a través del Jalsa Salana UK 2023

Religión y cultura tienen por norma caminar de la mano. Así ha sido históricamente, y así parece que seguirá siendo en un futuro que ni se atisba. Y, aunque en muchos casos - seguramente la mayoría - se trata de convicciones intrínsecas y raíces familiares, en otros se trata del resultado de un camino desarrollo personal. Es el culmen de la quema de etapas que tiene como fruto una nueva forma de comprender la existencia y afrontar nuestro paso por el mundo.

Así es para algunos con los que ATALAYAR ha podido compartir la experiencia del Jalsa Salana UK 2023 organizado por la Comunidad Ahmadía. Pero previo paso a conocer el hecho, se debe comprender el fondo, el porqué de la Comunidad Ahmadía, su creación, desarrollo y, por encima de todo, su mensaje de paz.

La Comunidad Ahmadía

Se trata de una comunidad dentro del islam que, paradójicamente, es perseguida en todo país musulmán. No es una paradoja tan grande si se entiende los motivos que propician esa situación que no es otra, como viene a ser habitual en esta religión, por las diferentes interpretaciones del sagrado libro del Corán.

Sin embargo, en la Comunidad Ahmadía se invita a leerlo y a que cada individuo comprenda el verdadero mensaje del islam, que es muy diferente del que trasladan aquellos que manchan la imagen de esta religión. Una creencia que, como ha demostrado este Jalsa Salana, se basa en la hospitalidad, la amabilidad, la paz, el afecto y la fraternidad. Valores que están siendo manchados por aquellos que la utilizan para imponer y radicalizar, de ahí la importancia de mostrar al mundo el verdadero mensaje del islam, representado gracias a esta comunidad.

Esta fue fundada hace menos de 150 años, lo que la convierte en una comunidad joven en comparación a las corrientes religiosas más extendidas. Y, a pesar de ello, son más de 200 millones de personas en todo el mundo las que pertenecen a una comunidad que sólo en España tiene a más de 700 fieles. Este éxito se entiende a través de la lectura del Corán y la cada vez más extendida idea de un islam basado en el respeto hacia el resto de las creencias.

Y de esta forma lo hacen ver aquellos que sustentan la Comunidad Ahmadía, que no acepta donaciones por parte de países ni organizaciones, sólo de los integrantes de la propia comunidad. Son ellos los que demuestran una fe inquebrantable en el islam entendido como una forma de vida. Buena muestra de ello es la convención Jalsa Salana UK 2023 celebrada a las afueras de Londres y que ha mostrado al mundo cómo es realmente esta religión.

Jalsa Salana UK 2023

Si por algo destaca esta congregación es por el ambiente es que se respira entre lo que en su día eran desconocidos y ahora son considerados hermanos. Todos los que contribuyen en la construcción del complejo que alberga esta convención de tres días de duración son voluntarios que acuden desde todos los rincones del mundo. Sin esperar recompensa a cambio, muchos de ellos usan días de vacaciones en sus trabajos para pasar un mes levantando carpas y tiendas donde más tarde se reúnen decenas de miles de personas.

Uno de los emplazamientos fundamentales, la carpa central, donde el Califa Hazrat Mirza Masroor Ahmad dirige las oraciones diariamente. Miles de ahmadís se reúnen para escuchar los discursos del líder espiritual en lo que para las personas externas a la comunidad es un acontecimiento realmente impresionante. Como lo es aún más el momento en el que se renuevan los votos de fe y se da la bienvenida a los nuevos integrantes de la comunidad, en un acto celebrado el último de los tres días en los que todo el pabellón se une cogido por el hombro de la persona más cercana hasta conectar a todos con el Califa.

Es realmente interesante observar cómo es el trato entre las personas que forman la Comunidad Ahmadía. Los saludos, abrazos y sonrisas son una constante entre todos los que inundan un evento de una magnitud superlativa. En el que, además, se alimenta de forma gratuita a todas las personas que acuden, lo que hace impresionante observar la forma de trabajar de los cocineros, con 192 fuegos activos cocinando arroz, pasta, pollo y cordero, a lo que se añade la producción masiva de pan, con nueve mil unidades por hora.

Son datos que dejan ver hasta qué punto los ahmadís se vuelcan buscando el bienestar de la comunidad y el buen funcionamiento del Jalsa Salana. Cuando uno camina de un lugar a otro no falta quien se interesa por saber si has comido o si necesitas algo, el interesarse por si todo está yendo bien y la gratitud por asistir a una reunión tan importante para ellos. Es algo que hace sentir integrado a cualquier persona que acude a la convención, independientemente de su origen o creencia.

Precisamente el hablar y conocer la experiencia de los que conforman esta comunidad es lo que aporta un valor añadido a esta vivencia. Compartir momentos con personas que llevan una vida dedicada a los demás, como los innumerables misioneros ahmadís, como los que integran esta comunidad desde hace menos tiempo y proceden de rincones de todo el mundo.

ATALAYAR ha tenido la oportunidad de conversar con ahmadís italianos residentes en Islandia o irlandeses que tuvieron que abandonar su país tras sufrir agresiones después de renegar del catolicismo para abrazar el islam. Incluso españoles como Marisa o Antonio que, tras conocer la comunidad, pasaron a formar parte de ella. Personas que difícilmente uno imagina convirtiéndose al islam, pero que son musulmanes conversos como cualquier otro ahmadí.

Conversos de la Comunidad Ahmadía

Marisa y Antonio, de Tomelloso y Granada, respectivamente, son dos ejemplos de los muchos que abandonaron anteriores creencias para pasar a ser uno más de la Comunidad Ahmadía. Antonio González de Haro explica cómo, tras conocer a un ahmadí - padre en este caso de uno de los hombres importantes de la comunidad y colaborador de este medio, Qamar Fazal - conoció esta opción espiritual. Y fue entonces cuando, después de escuchar “cuatro cosas sobre el islam que no había escuchado en su vida”, según sus propias palabras, “su corazón dijo: lo encontré”.

“Lo mío fue un cambio radical. En dos semanas dejé de comer cerdo y beber alcohol porque lo tenía claro”. Antonio González de Haro, musulmán converso de la Comunidad Ahmadía.

“Uno de los mayores problemas en mi familia era el ‘qué dirán’” asegura Antonio respecto al hecho de comunicar a sus padres que había decidido hacerse musulmán. Una situación complicada que no le impidió emprender el camino que sentía debía seguir y que le he llevado a formar parte de la Comunidad Ahmadía. Integrado actualmente como cualquier otro, destaca uno de los aspectos fundamentales que debió tener en cuenta en el momento de su conversión, como es aprender árabe.

El Corán debe ser leído en árabe. Es el libro sagrado que seguramente más información pierda en su traducción a diferentes idiomas, como no se cansan de repetir los musulmanes. Tanto para leer el Corán como para rezar, profundizar en el aprendizaje de este idioma resulta indispensable para poder comprender el mensaje de forma precisa. Si bien es cierto que no existe una norma que obligue a hacerlo en árabe, pues se puede rezar en el idioma de cada cual, la realidad es que todos los que deciden convertirse lo hacen con la firme convicción de aprender árabe.

Ese es otro de los hechos que dejan ver el compromiso de todos los que integran esta religión. Colaborar de forma desinteresada en eventos como el Jalsa Salana, aprender el idioma para comprender de forma precisa la creencia, hacer de la hospitalidad y el cariño una bandera… Son todos ellos pilares fundamentales de una forma de entender la vida que quiere mostrarse al mundo y acabar con el racismo y los prejuicios que han impuesto aquellos que utilizan el islam para radicalizar e imponer la violencia, yendo en contra de todos los principios de esta religión entre los que, por encima de todos, impera la paz.