El pasado lunes se apagaban las luces para que comenzara la X edición del Festival Internacional de Cine para niños y jóvenes de Sharjah (SIFF). Una vez más, estas generaciones del futuro se convertían en los destinatarios principales mientras este emirato sigue su gran apuesta por la cultura.
Pero no sólo cine. Cada año, desde hace ya una década, este festival, dirigido por Sheikha Jawaher bin Abdullah al-Qasimi, ha ido creciendo en número de participantes, películas, espectadores y también en su formato. Los niños están viendo un cine muy dispar en cuanto a temática, géneros, países, costumbres…, y los jóvenes, además de ver las proyecciones, pueden reflexionar sobre muchas de las propuestas procedentes de 37 países y preguntar a sus directores tras el visionado, muchos también jóvenes. La gran pantalla les muestra otras realidades, les remueve la curiosidad y les invita a que sean creativos.

El festival les ofrece más que cine. Les abre sus puertas para que se adentren en él y descubran sus entresijos. Les da la posibilidad de relacionarse, divertirse, conversar y acercarse a quienes hacen y se dedican al mundo cinematográfico: actores, directores, productores, animadores… Nombres famosos como Laila Eloui, Mahmoud Nasr, Hussein Fahmi, Albara, el pequeño Jan Ramez, Svetlana Levicheva o Yu Fai Suen pasaron por la llamada alfombra verde, además de muchos de los prestigiosos cineastas, académicos y estudiosos de distintos países que forman el jurado y cuyo fallo se sabrá en la ceremonia de clausura de este 27 de octubre.

Pero las “verdaderas estrellas no son los actores y actrices famosos, sino los niños, los jóvenes”, afirma a Atalayar Chadi Zeneddine, uno de los programadores de este festival y conferenciante. “Son el corazón del festival, la razón de ser” desde que comenzara en 2013.

Conocer a sus ídolos, sí, pero también aprender a través de talleres en los que se han aportado herramientas y se ha enseñado a contar historias, se ha visto la animación de dibujos, el arte de hablar y los efectos de la voz, las tareas en VFX, la realización cinematográfica, y, cómo no, la inteligencia artificial, que va invadiendo todos los campos… Y en el cine no iba a ser menos.
Chadi Zeneddine, de origen libanés y que tras un periodo en Argentina se instalará próximamente en España, lleva ya tres años involucrado en esta actividad en Sharjah, de ahí que resalte su importancia y más, añadió, en estos difíciles tiempos que estamos viviendo a nivel mundial, en concreto con la situación en Gaza. “El cine tiene un poder muy fuerte e impactante en nuestras vidas”, resalta Zeneddine, que defiende ese poder de la imagen y de la cultura en general como un camino de respeto y entendimiento, de ahí la necesidad de que se les inculque a los niños desde pequeños.

De hecho, tal y como se recoge en la web oficial, este festival “expone a las culturas del mundo y promueve la paz, la tolerancia y la comprensión global de cómo personas de diferentes culturas, religiones y orígenes viven juntas en este mundo”. Objetivos que se unen a la idea de motivar a cineastas locales para que produzcan películas para niños y jóvenes de los Emiratos Árabes Unidos.

Fondos para proyectos cinematográficos
Pero no basta sólo con ser creativo y querer rodar, hay que tener la financiación adecuada. Precisamente este fue uno de los temas abordados por Zeneddine en una de sus charlas, junto al director y fundador del festival más importante del mundo árabe fuera de la región, Mohamed Keblawi, que se celebra en Suecia, y que dedica un fondo específico para ayudar a los creadores árabes. Según Zain, la charla fue muy interesante pues se abordó la existencia de otros fondos: Qatar, Arabia Saudí, Egipto o Líbano.
Keblawi también participó en otra actividad en la que habló sobre el poder de la colaboración. Por este otro espacio de discusión pasaron Giulio Vita, que disertó sobre el cine independiente; y Abdul Rahman al-Ghannam, que explicó cómo superar los miedos para realizar el potencial creativo. También el joven jurado de este año para una de las categorías contó su experiencia.

La distribución y la búsqueda de talentos fue el tema de la segunda charla del promotor de origen libanés. La idea, adelantó, es en un futuro crear un fondo destinado a los jóvenes directores y directoras emiratís que quieren dedicarse al cine, “no para formarse, sino para que puedan construir sus historias”, dice Zeneddine.
Otras charlas sobre la industria cinematográfica destinada al público juvenil versaron sobre las fuentes de inspiración para los guiones, con Ayman al-Nemr y Medhat El Adl; y cómo hacer películas con el iPhone, por Dalia Hammooud e Ibrahim Humaid.

Y así fueron pasando los días, entre documentales, dibujos animados, historias reales y de ficción… Minutos y más minutos de cine compartidos con charlas, talleres y encuentros. Y ahora, la cuenta atrás. Falta poco para conocer a los ganadores de este festival y cerrarse las puertas hasta la próxima edición. Niños y jóvenes escolares disfrutan de los últimos momentos, donde no faltan los videojuegos, el maquillaje, las fotografías con efectos especiales y la posibilidad de pintar a sus personajes favoritos. Mientras, los protagonistas de las películas presentadas comentan el trabajo de los demás e intercambian experiencias. Hay nervios. El nivel es muy alto, y lo saben. ¡Qué gane el mejor!