África, un continente que crece económicamente y se abre camino

Por Antonio Navarro Amuedo
Foto: África tiene un futuro económico por escribir y Marruecos encabeza la modernización del continente.
África tiene un futuro por escribir. Y un presente que ya ha llegado. El continente africano es ya una realidad de oportunidades para inversores y exportadores occidentales, incluidos españoles. Concretamente y superada la Primavera Árabe, el Magreb es, por su cercanía, extensión, joven y creciente población y abundantes recursos naturales, un mercado especialmente atractivo para nuestros empresarios. El PIB del África subsharariana crecerá casi al 6% de media y el Magreb lo hará al 4% en los próximos cuatro años. Asimismo, el conjunto del continente alcanzará este ejercicio récords de inversión extranjera: un flujo de 84.300 millones de dólares según datos del Banco Africano de Desarrollo, Naciones Unidas y la OCDE. Puerta del continente a Europa, Marruecos se consolida como uno de los destinos más atractivos para la inversión y la exportación continentales. El país vecino se beneficia, además de la proximidad con la UE -y de los profundos lazos que mantiene con Francia y España-, de una mano de obra barata y cada vez más formada, de unas clases medias en crecimiento -concentradas en las aglomeraciones urbanas del Gran Casablanca, Rabat-Salé, Tánger-Tetuán y Marrakech-, de un robusto crecimiento económico y un marco normativo favorable al comercio y la llegada de capitales foráneos. No en vano, Rabat y Bruselas firmaban en 2008 un Estatuto Avanzado en sus relaciones, marco que debe conducir al progresivo desmantelamiento de las barreras comerciales entre la UE y Marruecos.
Un país estable y en desarrollo
A diferencia de otros países de la región, Marruecos ha gozado de un escenario político y social estable desde 2011. Tras las primeras protestas inspiradas en la Primavera Árabe, el rey Mohamed VI -que es jefe de estado y máxima autoridad religiosa- reaccionaba impulsando una reforma constitucional -ratificada en referéndum en julio de 2011- destinada a profundizar en la democratización del régimen. En noviembre se celebraban elecciones generales, que daban como vencedor a un partido islamista por primera vez (el PJD) y aupaban a Abdelillah Benkirane al cargo de primer ministro. Con ello, el régimen monárquico -que sigue gozando de una fuerte popularidad- lograba contener las voces más agresivas que se habían echado a la calle. La crisis económica y el potencial de crecimiento han convertido a Marruecos en un objetivo prioritario de los empresarios españoles -especialmente pymes- en los últimos años. España es, desde 2013, el primer cliente comercial de nuestro vecino del sur y segundo inversor. Marruecos es el segundo destino de nuestras exportaciones fuera de la UE tras Estados Unidos y primer mercado en África. En torno a 1.000 empresas españolas ya operan de manera regular en Marruecos y unas 20.000 hacen negocio en él. Además, Marruecos es el tercer país árabe más rentable para invertir, según el índice Rentabilidad 2014 que establece la revista estadounidense Foreign Policy. "Entre Marruecos y España existe un gran potencial económico que puede ser mutuamente beneficioso y cuya ampliación a otros países vecinos podría contribuir a la prosperidad regional", asegura Haizam Amirah Fernández, investigador principal de Mediterráneo y Mundo Árabe del Real Instituto Elcano. No obstante, la evolución de la presencia de pymes españolas en Marruecos no ha corrido la misma suerte que la de las grandes multinacionales, muchas de las cuales están ausentes o han reducido su presencia en Marruecos. Ambas administraciones trabajan para revertir esta tendencia. Marruecos diversifica las relaciones económicas con otros países fuera de la UE como Estados Unidos, el Consejo de Cooperación del Golfo, China, Rusia, Turquía y África Subsahariana. Según las previsiones de diversas entidades públicas y privadas, Marruecos crecerá este año en torno al 4,6% -y lo hará en registros similares en los próximos cuatro años- gracias en gran medida a la demanda doméstica, la inversión pública y el buen año en términos agrícolas. Marruecos logró en 2013 incrementar el flujo de inversión extranjera directa un 20%.
Algunos problemas
Pero no todo son buenas noticias: se prevé asimismo un incremento de la inflación debido a la supresión de la subvención de combustibles en el marco de la reforma de la caja de compensación estatal (caisse de compensation). El primer cuarto de 2014 ha registrado una ralentización en el crecimiento del sector inmobiliario. El déficit público sigue siendo elevado: el Gobierno tendrá difícil cumplir con el objetivo de reducirlo al 4,9% del PIB este año y al 3,5% en 2016, como establece en la ley de presupuestos generales de 2014. Además, las autoridades marroquíes son conscientes de la necesidad de diversificar su economía. Por sectores, el agrícola representa aún el 15% del PIB -y un 40% de la fuerza laboral-, mientras que industrial y servicios suponen el 28,9% y 55,7% respectivamente, según el Ministerio de Economía y Finanzas marroquí. Fosfatos y productos derivados han representado tradicionalmente una cuarta parte de las exportaciones de Marruecos al exterior. Pero la bajada en la demanda en Europa y Asia ha hecho caer las exportaciones en 23,3% en 2013. Por otra parte, subsisten graves problemas estructurales, como la pobreza, el educativo -una porcentaje situado en torno al 45% de la población es analfabeto-, el elevado desempleo juvenil o la falta de formación de la mano de obra, lo que que seguirá lastrando las oportunidades de un mercado potencial de más de 33 millones de personas.
Negocios en auge
Los sectores comerciales más atractivos para las firmas españolas incluyen una larga lista, según recuerdan a Atalayar en la Oficina Comercial de la Embajada de España en Rabat: equipamiento agrícola e industria auxiliar agroalimentaria; exportaciones vinculadas al sector del automóvil -y, concretamente, a la fábrica Renault en Tánger-; semifacturas industriales (metálicas, eléctricas, mecánicas); materias primas (madera, plástico); equipamiento en general -en particular para la industria textil; equipamiento y gestión turística; servicios de transporte y logística; servicios de ingeniería y consultoría; sector de la distribución (incluye franquicias); sanidad; exportación de sistemas de gestión en todos los ámbitos (desde logística a sanidad); material y equipamiento de construcción. Por otra parte, el comercio de bienes de consumo duradero e intermedios para las industrias metálica, metalúrgica, mecánica y electrónica ha aumentado a raíz del desmantelamiento arancelario de bienes industriales con la UE, que se hizo efectivo el 1 de marzo de 2012. No en vano, el impulso del sector de la automoción se deja notar en la balanza comercial marroquí: el valor de las exportaciones automóviles creció en 2013 un 23,2% para alcanzar los 2.700 millones de euros, mientras en los ámbitos aeronáutico y electrónico se incrementaron un 20% y un 11,6% respectivamente, según datos de Oxford Business Group. El de las energías renovables constituye, sin duda, uno de los sectores estrella para la inversión foránea. En él las compañías españolas vienen participando con éxito en Marruecos -también en Argelia- en los últimos años. Gracias a planes de inversión pública en el subsector solar y eólico, las licitaciones han alcanzado en los últimos años un valores aproximados de inversión de 9.000 millones de dólares y 3.500 millones de dólares respectivamente. También el ámbito del tratamiento de aguas, donde se prevén inversiones por valor de 2.500 millones de euros.
Apuesta por el transporte
Marruecos está haciendo, además, una apuesta decidida por el transporte público e infraestructuras. Las dos principales urbes del país, Casablanca y Rabat -capitales económica y administrativa respectivamente- ya cuentan con sendos tranvías, en cuya contrucción y gestión han participado empresas españolas. Además, diseña la primera línea de alta velocidad del mundo árabe entre Casablanca y Rabat y ha emprendido la modernización del ferrocarril tradicional. En relación a las oportunidades de inversión, destacan los sectores de la industria de la deslocalización orientada a la exportación como otro amplio ramillete en el sector servicios destinado al mercado local. Según responsables de la Oficina Económica y Comercial de España de Rabat, son especialmente atractivos el sector agroindustrial, la acuicultura -poco desarrollada-; la automoción (fabricación de piezas e industrias auxiliares); el sector aeronáutico (gracias a la fábrica Bombardier Aerospace en Casablanca y ‘Plan Emergence’ o Pacto Nacional por la Emergencia Industrial) y electrónico; transporte y logística; servicios a empresas (ingeniería, legal y consultoría) y los sectores de energías renovables (en este capítulo destaca especialmente el tratamiento de aguas). "Cuatro de los seis sectores del ‘Plan Emergence’, que define la estrategia industrial de Marruecos, han evolucionado bien (automóvil, aeronáutico, offshoring, electrónico). Además, Marruecos, que aspira a jugar la plataforma giratoria entre Europa, África y la rivera sur del Mediterráneo, impulsa la construcción y la obra pública y el turismo. Se han lanzado grandes proyectos (infraestructuras, carreteras o el puerto de Tanger Med)", explica Abdellatif Ngadi, asesor legal y financiero de IHARE, un think tank marroquí. No en vano, la española Abengoa se hizo con una licitación de la Oficina Nacional de Electricidad y Agua Potable para construir la mayor desaladora de Marruecos en Agadir -al sur de Marruecos-, que requerirá una inversión de 82 millones de euros y proveerá 100.000 metros cúbicos diarios de agua a la región. Otra gran empresa española, Urbaser, es responsable del vertedero del Gran Agadir después de hacerse en 2008 con la licitación correspondiente. Por otra parte, existen importantes oportunidades asimismo en el sector de los servicios financieros, la distribución y el turismo, en el que nuestras empresas gozan de grandes oportunidades en prestación de servicios y gestión de infraestructuras turísticas. "Marruecos está lleno de oportunidades enormes de inversión en dominios diversos que pueden suscitar interés de empresas españolas", aseguró el exministro de Economía y Finanzas, Nizar Baraka. Los expertos destacan que el clima favorable para los negocios y las reformas políticas y económicas llevadas a cabo en los últimos años hacen de Marruecos una plataforma inmejorable para las inversiones extranjeras y españolas de manera especial. El Gobierno marroquí hace, en definitiva, hincapié en que trabajan para reforzar la seguridad jurídica, la adopción de un proyecto de ley sobre la asociación público-privada para implantar más transparencia en los mercados públicos, la simplificación de los procedimientos administrativos y otras medidas para aumentar la competitividad empresarial. Son justamente éstas algunas de las mayores preocupaciones de los empresarios extranjeros a la hora de invertir en Marruecos.
Argelia abre sus puertas al exterior
Argelia es consciente de que sus abundantes recursos energéticos han lastrado la diversificación económica y se ha propuesto incrementar la inversión extranjera bajo la fórmula del partenariado. Cerca de 250 empresas españolas ya están instaladas en Argelia. La economía argelina -que sigue dominada por el Estado- crecerá alrededor del 3,4% en los próximos cuatro años y el Gobierno prevé aumentar el gasto social y en infraestructuras, así como un nuevo impulso a la producción de gas y crudo (los hidrocarburos representan el 60% de los ingresos del Estado, el 30% del PIB y más del 95% de las exportaciones). Argelia ofrece importantes oportunidades en sectores como construcción y obra pública, gestión del agua, energías renovables, promoción inmobiliaria y servicios, en los cuales las empresas españolas gozan de reconocido prestigio internacional. Las protestas inspiradas en la Primavera Árabe de febrero y marzo de 2011 hicieron que Argel ofreciera más de 23.000 millones de dólares en subvenciones, subidas salariales e incremento en prestaciones sociales. Con todo, el régimen argelino ha logrado que el país viva un período de estabilidad institucional y expansión económica prolongado, que previsiblemente se mantendrá en los próxmos años después de la reelección del presidente Abdelaziz Buteflika. En Egipto, después de las elecciones que dieron el poder al exmariscal Abdelfatah al-Sisi, el principal reto de las autoridades egipcias es la estabilización institucional para recuperar la difícil situación económica. La economía crecerá un 2% en 2014 y un 3,3% en 2015 como resultado de un consumo débil y la escasa confianza empresarial según ‘The Economist Intelligence Unit’. El Gobierno egipcio tiene por delante la tarea de realizar profundas reformas económicas y políticas, entre ellas una reforma fiscal. Según el Gobierno, la principal prioridad es estabilizar el déficit público, que se situará en el 14,5% del PIB a finales de 2014. No en vano, El Cairo espera recibir ayuda del Fondo Monetario Internacional (FMI) y que las millonarias transferencias procedentes de los países del Consejo de Cooperación del Golfo continúen. Además, Egipto se encuentra a punto de lanzar su primer fondo cotizado para atraer capitales foráneos. La Bolsa alcanza su nivel más alto de los últimos cinco años. Inversores extranjeros y empresarios locales confían en que la Administración Al-Sisi estabilizará la situación y sentará las bases de la recuperación económica.
Sudáfrica se recupera
Lastrada por el lento crecimiento de la economía global y, a pesar del poco prometedor inicio de año, el PIB sudafricano crecerá este año un 2,7% y un 3,0% en 2015. La prevista mejora en la economía global, la subida de las exportaciones tras la devaluación del rand y la terminación de grandes proyectos gubernamentales (como la planta energética de Medupi) ofrecen motivos para el optimismo. Además, Sudáfrica constituye un centro para el ensamblaje para la industria de la automoción y un proveedor mundial de componentes. Asimismo, representa un centro destacado para la industria minera en África abierto al suministro a firmas foráneas. "El sector minorista y la industria de servicios financieros son las más sofisticadas del continente y ambos tienen una presencia regional significativa" según el observatorio African Economic Outlook. Pero la conflictividad laboral y el elevado nivel de desempleo -un 24,1% para la población general y un 64,8% para los jóvenes- siguen siendo dos de los principales problemas. Además, Sudáfrica sufre de la escasez de mano de obra cualificada y necesita de una reforma educativa produnda. La inflación se mantendrá entre el 3% y el 6%. La deuda pública subió hasta alcanzar en el período 2012-2013 el 42,5% del PIB. Pese a la victoria electoral del pasado 7 de mayo del Congreso Nacional Africano (CNA), las divisiones en el seno del régimen entre pragmáticos moderados e intervencionistas de izquierda no se superarán. Si Sudáfrica logra preservar la estabilidad institucional y normativa y aumentar la confianza, las oportunidades para empresas foráneas aumentarán en los próximos años.