La inversión en manufactura y el comercio crecieron en función de la diversificación de cadenas de suministro

América Latina y el Caribe: resumen del año 2022

photo_camera AFP/INA FASSBENDER - Planta para la producción de hidrógeno verde en las instalaciones del "Shell Energy and Chemicals Park Rheinland" del gigante petrolero anglo-holandés Shell en Wesseling, al oeste de Alemania.

En medio de un año desafiante para la economía mundial, con inflación, conflictos, fenómenos meteorológicos extremos relacionados con el clima e interrupciones en la cadena de suministro, América Latina y el Caribe mostraron resiliencia en 2022.

Si bien el crecimiento del PIB mundial se desaceleró pasando de 6 % en 2021 a 3.2 % en 2022, la región alcanzó un crecimiento de 3.5 % en 2022, a pesar de que sus dos principales economías, Brasil y México, llegaron a un 2.8 % y a un 2.1 %, respectivamente, según análisis del FMI de octubre.

Sin embargo, el real brasileño y el peso mexicano superaron a las monedas de las naciones del G10 y otros mercados emergentes en 2022 a pesar de la fuerte apreciación del dólar estadounidense.

Los altos precios del petróleo convirtieron a algunas naciones en países con el mejor rendimiento en la región, incluyendo a la nueva productora de petróleo, que registró un crecimiento del PIB del 57.8 % después de alcanzar un récord de 391.000 barriles por día (bpd) en septiembre. En diciembre, la empresa energética estadounidense Hess Corporation anunció que la producción de petróleo en el país podría alcanzar los 1.2 millones de bpd para 2027.

Venezuela, por su parte, experimentó un crecimiento del 6 % en 2022 debido al aumento de la producción de petróleo, luego de un crecimiento negativo en 2014-20 y un crecimiento del 0.5 % en 2021. Los altos precios del petróleo también ayudaron a fortalecer las economías de Brasil y México en 2022.

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Más allá del petróleo, una serie de factores impulsaron el desarrollo regional, sobre todo la expansión de acuerdos comerciales globales y regionales, una creciente apuesta socioambiental para abordar el cambio climático, la creciente demanda de minerales utilizados en la generación de energía limpia y la adopción de tecnologías digitales emergentes.

Panamá registró un crecimiento del 7.5% en 2022, según el FMI, ya que su industria de servicios, que constituye el 75% de la producción económica, se recuperó de la pandemia de Covid-19.

Varias naciones del Caribe también lograron un crecimiento significativo del PIB, incluidas San Cristóbal y Nieves (9.8 %), Santa Lucía (9.1 %), Dominica (6 %), República Dominicana (5.3 %) y San Vicente y las Granadinas (5 %).

Lazos comerciales en crecimiento

La disrupción de las cadenas mundiales de suministro en 2022, con limitaciones de capacidad, costos de flete más altos, escasez de mano de obra y la desaceleración de los puertos, pesaron mucho en la economía global, pero América Latina y el Caribe aprovecharon la estrategia "China+1", mediante la cual las empresas y los gobiernos diversifican su capacidad de producción estableciendo operaciones en otros países mientras mantienen una presencia significativa en China.

Además, el Acuerdo entre Estados Unidos, México y Canadá, firmado en 2018 para reemplazar el Tratado de Libre Comercio de América del Norte, de dos décadas de antigüedad, tuvo un efecto valioso en el comercio entre los tres países firmantes.

Después de oscilar entre $30 mil millones y $35 mil millones en 2021, las importaciones mensuales de México a los EE. UU. alcanzaron cifras históricas, entre $37 mil millones y $41 mil millones en 2022.

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El comercio entre Brasil y EE. UU. alcanzó un récord de $42,7 mil millones por mes en la primera mitad de 2022, un aumento del 43% desde 2021, año en el que también el comercio bilateral alcanzó un nuevo récord. En septiembre, los dos países firmaron un acuerdo de reconocimiento mutuo que permite a empresas brasileñas reconocidas acelerar los procesos de exportación y eludir la burocracia.

Al mismo tiempo, la inversión china en fábricas en latinoamericanas, sobre todo en México, se disparó en 2022 ya que el país de Asia Oriental intentó eludir los aranceles de EE. UU. y reducir los costos de envío a EE. UU.

En octubre, la región de América Latina y el Caribe concentró proyectos de la Iniciativa de la Franja y la Ruta por valor de $5.3 mil millones, de los cuales $2.2 mil millones se destinaron a un proyecto de tren ligero en Guadalajara, México.

En diciembre de 2021 la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC), un bloque de 33 países que incluye a pesos pesados de la región como Argentina, Colombia y México, firmó el Plan de Acción Conjunto China-CELAC para la Cooperación en Áreas Clave 2022-24, que cubre una serie de áreas, incluida la inversión en infraestructura.

Mientras tanto, varios países latinoamericanos emprendieron otros proyectos de infraestructura de transporte de gran escala para mejorar la conectividad y el comercio regional e internacional.

Uno de los más ambiciosos, el Corredor Bioceánico, que conectará el Puerto de Santos de Brasil, en el Océano Atlántico, con los puertos de Iquique y Antofagasta en Chile, en el Océano Pacífico; a través de una serie de carreteras. Aunque aún faltan años para que finalice el proyecto, en febrero el gobierno de Paraguay inauguró la primera etapa de su parte del proyecto, una vía de doble calzada de 276 km desde Carmelo Peralta, en la frontera con Brasil, hasta Loma Plata, en el centro del país.

A principios de 2023 Colombia y Venezuela inauguraron un puente binacional que se construyó en 2016 pero nunca se usó anteriormente, lo que marca un paso hacia la normalización de las relaciones bilaterales.

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En preparación para la revolución verde

Con cinco de las economías más grandes de la región encabezadas por líderes de izquierda después de las elecciones en Brasil, Chile y Colombia en 2022, una nueva “marea rosa” parece estar orientando el enfoque económico hacia la lucha contra el cambio climático.

El impacto de este cambio depende de cómo los líderes avancen con éxito las medidas para conservar la selva amazónica, el sumidero de carbono más grande del mundo.

El nuevo presidente electo de Brasil, Luiz Inácio Lula de Silva , hizo de la conservación de la Amazonía una promesa central de su campaña, luego de que la actividad minera y maderera ilegal durante la presidencia de su predecesor, Jair Bolsonaro, vio cómo la deforestación alcanzaba un máximo de 15 años en 2022. El principal asesor de política exterior del presidente Lula ha pedido una cumbre amazónica en 2023.

Las políticas de conservación están cada vez más respaldadas por cifras, ya que los actores del sector público y privado colaboran para proteger los bosques tropicales a través de bonos verdes que fomentan el desarrollo sostenible en sectores como la agricultura, la energía y la tecnología.

El Supremo Tribunal Federal de Brasil reactivó el Fondo Amazonía, el más grande jamás creado para la preservación de los bosques. Valorado en más de 3 mil millones de BRL (573 millones de dólares), el fondo había estado inactivo durante casi cuatro años.

A principios del año pasado, Chile lanzó el primer bono soberano sostenible en el mundo, de manera a incentivar soluciones positivas para el clima, incorporando una serie de objetivos ambientales y de sanciones para los emisores en caso de incumplimiento de sus compromisos.

Los bonos están vinculados al doble objetivo del país: emitir no más de 95 toneladas de dióxido de carbono equivalente para 2030 y producir el 60 % de la electricidad a partir de fuentes renovables para 2032.

En el terreno, los proyectos a pequeña escala en América Latina utilizan técnicas de agricultura sostenible y regenerativa para combatir la deforestación y reducir las emisiones de carbono y la contaminación.

En Perú, el Fondo Mundial para la Naturaleza ejecuta 10 proyectos de trabajo de campo en la región de Madre de Dios para promover técnicas de agricultura regenerativa entre los agricultores locales. Además, más de 200 agricultores de la zona participan en la Alianza por la Ganadería Regenerativa en la Amazonía Peruana, que tiene como objetivo hacer más sostenible la ganadería mediante la implementación de un sistema agroecológico que permita la recuperación del suelo sin menoscabar la productividad ganadera.

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Productos básicos más sostenibles

Energía y minería, sectores clave en América Latina y el Caribe, se revitalizaron a través de la inversión en recursos energéticos limpios y la aplicación de técnicas sostenibles en 2022.

Las naciones latinoamericanas planean aumentar la producción, el consumo y la exportación del llamado hidrógeno verde, que se genera a partir de recursos de energía limpia.

Argentina anunció planes en junio para invertir $6 mil millones en la provincia de Tierra del Fuego, ubicada en el extremo sur de América del Sur, para desarrollar una industria de hidrógeno y amonio impulsada por viento, y transformar al país en un importante exportador a Europa y Asia.

Brasil tiene ambiciones similares y busca aprovechar su posición como el segundo mayor productor de energía hidroeléctrica del mundo, aprovechando sus importantes recursos eólicos y solares.

Como importante productor de cobalto, cobre, litio y níquel, América Latina proporciona gran parte de la materia prima necesaria para la revolución global de energía limpia y se beneficiará de la futura demanda de tecnologías verdes.

Aproximadamente dos tercios de las reservas mundiales de litio se encuentran en América Latina, la gran mayoría de esto en el Triángulo de Litio que cubre áreas de Argentina, Bolivia y Chile. Brasil tiene el 17 % de las reservas mundiales de níquel, ambos componentes esenciales para las baterías de los vehículos eléctricos (EV).

Por el lado de la demanda de los consumidores, las ventas de vehículos eléctricos siguen aumentando anualmente en América Latina. Algunos estados de México están fomentando la adopción de EV a través de subsidios o exenciones de impuestos, incluida una exención de un impuesto anual basado en el valor del vehículo.

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Transformación digital

Si bien los productos básicos históricamente han impulsado el crecimiento en la región, las empresas de América Latina y el Caribe han adoptado tecnologías de inteligencia artificial (IA), computación en la nube y blockchain para consolidar el auge de la habilitación de sectores de servicios.

Algunas empresas del Caribe, por ejemplo, están aprovechando las tecnologías de la información y la comunicación para mejorar sus industrias turísticas mediante la integración de bases de datos y de la recopilación y el análisis de datos con inteligencia artificial, para crear modelos predictivos que puedan maximizar las reservas de los clientes.

Jamaica fue el primer país de la región en adoptar una estrategia nacional de IA, y Belice está en proceso de desarrollar una. Trinidad y Tobago también está explorando formas de utilizar la IA en su sector público, mientras que Guyana cuenta con un laboratorio de IA respaldado por el gigante informático estadounidense IBM.

Mientras tanto, las empresas de bienes raíces están recurriendo a un conjunto de tecnologías de la información conocidas ampliamente como “tecnología de propiedad” (PropTech) para dinamizar y optimizar sus mercados, y satisfacer las necesidades de vivienda de los jóvenes y las empresas.

Las empresas PropTech son parte del auge inmobiliario actual en Colombia, donde la oferta está aumentando rápidamente pero la demanda sigue siendo escasa. La Haus y Habi, dos empresas colombianas de PropTech, recaudaron recientemente $158 millones y $100 millones, respectivamente, parte de los cuales planean usar para expandirse a otros mercados en América Latina, comenzando con México.

Herramientas similares están permitiendo a los inversionistas extranjeros ingresar a nuevos mercados a través de plataformas en línea que se especializan en administración de alquileres vacacionales y de corto plazo en México, que permiten a los propietarios administrar sus propiedades con facilidad.

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