Argelia no descarta crecer un 7% en 2019

Por Ahmed Brahim
Foto: Una desaladora de la empresa española Abengoa en Argelia. 
 
¿Podría Argelia, la principal potencia económica del Magreb, crecer un 7% en 2019? Es la pregunta que se hacen algunos economistas argelinos. El economista Djamel Eddine Bouabdallah cree que sí, pero pone como condición que la evolución de los hidrocarburos siga siendo positiva y que la tasa de crecimiento al margen de este sector supere anualmente el 10%. No es un objetivo fácil de lograr. También plantea la necesidad de tomar medidas a favor de otros sectores productivos. Hace unos días, Argel reunió en una conferencia sobre desarrollo económico y social a representantes de la patronal y también del sindicato Unión General de Trabajadores Argelinos (UGTA), a cancillerías extranjeras y a empresarios argelinos y de otros países. El primer ministro, Abdelmalek Sellal, aseguró que el Gobierno quiere acabar con las viejas prácticas de la economía de renta y clientelar y potenciar un nuevo tejido productivo abierto al capital público y privado, nacional y  extranjero. Los economistas consideran que será difícil conseguir este objetivo si el Gobierno no reforma la ley, que pone muchos límites a la inversión extranjera, y combate la burocracia y la corrupción, dos factores que frenan el enorme potencial económico del país norteafricano. Argelia tiene los medios humanos, técnicos y económicos necesarios para impulsar una nueva etapa de desarrollo sobre bases más sólidas, pues  como destaca Djamel Eddine Bouabdallah, “somos un país exportador de riquezas naturales, y tenemos  crecimiento global y un crecimiento al margen de los hidrocarburos. Creo que esta distinción es buena. En 2013, Argelia registró un crecimiento de 3% y un crecimiento sin tener en cuenta los hidrocarburos de 6,3% del PIB”. Por ello, “para alcanzar un crecimiento consolidado de 7%., necesitaremos una tasa de crecimiento al margen de los hidrocarburos de dos cifras”.  La ventaja pero también el inconveniente que tiene la economía argelina es que no puede crecer de forma vigorosa y sostenida si el sector de los hidrocarburos no es potente. Pero depender tanto de un sector tan expuesto a las fluctuaciones internacionales es un punto débil del país norteafricano. 
 
Potenciar la industria
El economista Djamel Eddine Bouabdallah está convencido de que la única salida que tiene Argelia es potenciar un nuevo sector industrial diverso y competitivo, “si queremos –advierte- alcanzar una tasa de crecimiento de 7%” dentro de un quinquenio. Muchos economistas, empresarios y responsables públicos piensan lo mismo. “Argelia no puede seguir mirando el pasado, tenemos que mirar el futuro, y el futuro pasa por diversificar nuestra actividad industrial y económica”, reconoce a Atalayar un exministro y miembro del partido FLN (Frente de Liberación Nacional). “El desarrollo productivo” es clave para sacar a Argelia de la dependencia del gas y el petróleo, destaca Bouabdallah. El experto lamenta que algunas medidas importantes que ha tomado el Gobierno, como el programa de financiación o la iniciativa de desarrollo rural, no hayan dado los resultados esperados. “Los dispositivos existen”, admite Bouabdallah, pero el Gobierno tiene que hacerlos funcionar. En 2012, un informe del Banco Mundial (BM) situó a Argelia en el primer puesto en términos de oportunidades  de inversiones en África, por delante incluso de países grandes  como Sudáfrica y Egipto. Existe estabilidad política y una evaluación positiva en materia de inversiones. Sin embargo, otro informe del BM sobre facilidades para hacer negocios coloca Argelia en el puesto 153 a nivel mundial y en la plaza 18 en África. La excesiva burocracia, la corrupción y las leyes obsoletas juegan en contra de un buen clima de negocios. 
 
Estructura económica moderna
Argelia ha superado muchas crisis desde que en 1962 se independizó de Francia, pero no ha conseguido dotarse de una estructura económica, financiera e industrial moderna, competitiva y adaptada a los retos del mundo globalizado. Y esta vez “la crisis es global”, recuerda Bouabdallah. El economista está convencido de que “Argelia tiene en sus manos la llave del éxito y puede tranquilamente unirse al club de los países emergentes”, pero “a condición de que  nuestro Gobierno deje de dudar  y dirija la mirada hacia el desarrollo de la esfera de producción, mantenga las transferencias sociales  y transforme una economía de renta en una economía productiva”.  El experto propone atraer más inversión extranjera, lo que es un factor positivo para un país como España que es uno de los principales inversores y socios comerciales de Argelia. También propone una reforma de la ley que permita a los inversores extranjeros disponer del 70% del capital si lo desean y no sólo del actual tope máximo de 49%, y apuesta por apoyar a las empresas dinámicas y las industrias rentables y  fomentar las exportaciones de las pymes.

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