China prepara su defensa contra Donald Trump

 Virginia G. Rendle/CapitalMadrid.com

Pie de foto: Amenaza con paralizar el comercio, con damnificados como Boeing, Apple o los constructores de automóviles. Se revuelve contra la promesa de poner un arancel de hasta el 45% a los productos del país asiático

Uno de los caballos de batalla de la campaña electoral del recién elegido presidente de los Estados Unidos ha sido el establecimiento de un arancel que podría llegar hasta el 45% para los productos chinos que se comercializan en EEUU. Los chinos han respondido esta semana que si se toma una medida de esta naturaleza, empresas como Boeing, Apple y los constructores de automóviles podrán despedirse de vender en el país asiático. Estados Unidos tiene un déficit comercial en sus relaciones con China de 300.000 millones de dólares.

Trump está ob­se­sio­nado con el dé­ficit co­mer­cial de Estados Unidos. EEUU ex­portó a China por im­porte de 134.000 mi­llones de dó­lares en 2014, mien­tras sus im­por­ta­ciones de pro­ductos hacia el país asiá­tico as­cen­dieron a 432.000 mi­llones de dó­la­res.

Los in­ter­cam­bios co­mer­ciales entre ambos países al­canzan la nada des­pre­ciable cifra de 560.000 mi­llones de dó­la­res, lo que equi­vale a medio bi­llón de eu­ros, casi la mitad de lo que ge­nera la eco­nomía es­pañola en un año. El dé­ficit de 300.000 mi­llones con el país oriental su­pone el 40% del dé­ficit co­mer­cial de Estados Unidos, que se sitúa en los 740.000 mi­llones de dó­la­res.

El nuevo pre­si­dente de los Estados Unidos lo tiene claro: una re­duc­ción entre medio y un punto en el dé­ficit co­mer­cial su­pon­dría un apoyo para la crea­ción de entre medio y un mi­llón de em­pleos. En la ac­tua­li­dad, el dé­ficit co­mer­cial de Estados Unidos se sitúa en la zona del 3%.

Tras la elec­ción de Donald Trump, Estados Unidos puede de­clarar la guerra co­mer­cial a China, aunque casi nadie se cree que vaya a aplicar un arancel del 45% a las im­por­ta­ciones pro­ve­nientes de China (ha ad­ver­tido que el arancel a los pro­ductos me­xi­canos será del 35%. Los chinos venden a es­tados unidos pro­ductos de tec­no­logía y tex­ti­les, entre otros pro­duc­tos. No hay que ol­vidar que la le­gis­la­ción es­ta­dou­ni­dense sólo fa­culta al pre­si­dente a aplicar aran­celes por un má­ximo del 15%.

La reac­ción china no se ha hecho es­pe­rar. Pekín ha ad­ver­tido de que como Trump se de­cida a cas­tigar las ventas de pro­ductos chinos a Estados Unidos, cam­biaría a Boeing por el eu­ropeo Airbus, mien­tras los es­ta­dou­ni­denses de­be­rían des­pe­dirse de vender iP­hones en el país asiá­tico y que la en­trada de vehículos es­ta­dou­ni­denses por la fron­tera se re­du­ciría a mí­ni­mos.

Más mu­ni­ción

Pero aún hay más. “Los chinos dis­ponen de otro tipo de armas en la lucha por el co­mer­cio, que son la can­tidad de deuda pú­blica es­ta­dou­ni­dense de la que dis­ponen en sus car­te­ras”, co­mentan fuentes de mer­cado. Una venta ma­siva de tí­tulos es­ta­dou­ni­denses en los mer­cados pro­vo­caría una subida de los tipos de in­terés de la deuda a medio y largo plazo, con el en­ca­re­ci­miento con­si­guiente de la re­fi­nan­cia­ción del dé­ficit es­ta­dou­ni­dense.

No hay que ol­vidar que Trump ha hecho una pro­mesa nada más ganar las elec­cio­nes, que es la cons­truc­ción de puen­tes, ca­rre­teras e in­fra­es­truc­tu­ras, a partir de los pre­su­puestos es­ta­dou­ni­denses y fi­nan­cia­ción ban­ca­ria. Una subida de tipos sería un con­tra­tiempo para los in­tereses del pre­si­dente es­ta­dou­ni­dense.

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