Con el incremento de nuestra vida digital, muchos ahorristas e inversores se lanzan a la siempre complicada tarea de ordenar sus cuentas y administrar sus ingresos. Ahora bien, no tiene por qué ser tan difícil si se sigue una serie de recomendaciones y se saca el máximo provecho de los recursos en línea. Es por ello que en el siguiente artículo nos centraremos en lo más importante para una mejor salud financiera. Comencemos.
Con el paso del tiempo y las constantes actualizaciones digitales, prácticamente no hay nada que no se haya visto completamente alterado por la presencia de internet. Pensémoslo juntos por un momento: conseguir un nuevo empleo, elegir una universidad, comprar una casa, conseguir una cita…todo puede resolverse con el mismo dispositivo con el que te encuentras leyendo este artículo. Las finanzas personales, por supuesto, no son la excepción a esta regla.
Luego de la irrupción de la pandemia de COVID-19 y las distintas crisis económicas que se han sucedido, millones de personas han buscado la manera de proteger sus ahorros e ingresos, fortaleciendo así su educación financiera e incorporando nuevos recursos prácticos. De hecho, el boom de las inversiones en línea, como es el caso de las criptomonedas, no es una pura casualidad.
Es por este motivo que a continuación desarrollaremos de forma breve una serie de consejos y claves para una correcta administración de las finanzas personales, lo cual no solo nos ayudará a manejar de manera más eficiente nuestro dinero, sino que también abrirá la puerta a que nos acerquemos mucho más a nuestras metas.
1 – Mejora tu educación financiera
Tal y como hemos señalado, a la hora de manejar nuestro capital, nunca está de más invertir tiempo en adquirir más conocimiento y estar al tanto de las actualizaciones y novedades del mercado. En ese sentido, sitios como Necesidadesfinancieras.es, por ejemplo, son de gran ayuda para el pequeño y mediano inversor, ya que brindan en un solo lugar todo lo necesario para formarse y profundizar.
En esa misma línea, internet es un lugar lleno de oportunidades para buscar información de todo tipo. Existen ofertas de cursos especializados en distintos mercados o estrategias de ahorro, así como manera de no perder dinero con métodos tradicionales o conservadores. Si le dedicas tiempo a este factor, podrás luego operar con la confianza que brinda el saber específico, por lo que nada mejor que empezar por este punto.

2 – Define tus objetivos a corto y mediano plazo
A la hora de administrar nuestros ingresos y buscar su mejor rendimiento, es clave saber por qué hacemos lo que hacemos y con qué motivación principal. Después de todo, la meta cambiará la forma en la que corramos la carrera: no es lo mismo querer irse de vacaciones a los destinos más exóticos del mundo o querer construir nuestro propio hogar, por ejemplo.
Lo mismo sucede en términos más generales: no es lo mismo buscar la tan anhelada independencia financiera con nuestros movimientos, que simplemente ganarle a factores como la inflación o la devaluación. De nuevo, cada objetivo tendrá su estrategia y movimientos diferentes, por lo que nunca está de más tomarse estos primeros pasos con calma y definir qué es lo que se quiere.
3 – Anota todos tus gastos (incluso los más pequeños)
En los primeros momentos de manejar nuestras finanzas, resulta clave saber a ciencia cierta qué es lo que hacemos con nuestro dinero y por qué no podemos concretar nuestros objetivos. Hoy en día existen aplicaciones y recursos digitales financieros que ayudan a controlar los gastos personales de una manera sencilla, ágil y dinámica.
Créenos que te resultará sorprendente saber cuánto dinero gastas en algunas cuestiones, incluyendo sobre todo esos gastos pequeños, los que muchos llaman “hormiga”. Por ejemplo, ese café diario puede terminar representando una gran suma de dinero si se hace su proyección mensual o trimestral por ejemplo. Si nuestro objetivo es un viaje en el corto plazo, puede ser una buena idea pensar dos veces ese consumo.

4 – Armar un presupuesto y objetivos (realistas)
De la mano con los puntos anteriores, una vez que definas los pasos previos, podrás armar tanto un presupuesto mensual con tus gastos proyectados y los objetivos que consideres primordiales de acuerdo a la razón por la que estás ahorrando o invirtiendo. En ese sentido, es clave para el éxito de nuestros movimientos ser lo más realista posible: un presupuesto inferior al que necesitamos solo creará disconformidad y tirar por la borda nuestros esfuerzos. Ni hablar, claro, de un presupuesto mayor a nuestros fondos.
Lo mismo sucede con los objetivos: la energía de los primeros meses puede llevarnos a pensar metas muy difíciles de sostener en el tiempo. Eso no solo producirá frustración, sino que puede derivar en un peligroso efecto rebote, similar al que ocurre con muchas dietas en donde más que añadir nuevos hábitos más saludables, solo se toman medidas extremas.
5 – Fondo de emergencia
Este punto es clave para estar mucho más tranquilos y poder resolver ante cualquier evento inesperado en nuestro día a día: tener a mano un fondo de emergencia puede no solo quitarnos de apuros financieros, sino que también pueden resolver problemas de vida o muerte, sin exagerar. Ahorrar e invertir no tiene por qué ser sinónimo de descuidar otros aspectos importantes de la rutina.
Por supuesto, y tal y como lo indica su nombre, un fondo de emergencia solo debe utilizarse en situaciones que puedan ser consideradas así, por lo que la conducta y disciplina personal serán indispensables a la hora de administrar nuestro recurso.
6 – Estudia los distintos mercados y opciones
Al igual que hemos hecho foco sobre la importancia de fortalecer nuestra educación financiera, también debemos subrayar que parte de ese fenómeno es conocer mejor los distintos mercados para invertir y las alternativas que existen para ahorrar. En principio, debemos conocer tanto las tendencias del mercado (como las criptomonedas u opciones binarias), como los métodos más clásicos (acciones, monedas extranjeras, plazos fijos, entre muchas otras).
Conocer todas esas variantes no solo nos dará más recursos a la hora de tomar decisiones, sino que nos permitirá conocernos mejor como inversores y elegir aquellas variantes que más se ajusten a nuestros gustos e intereses, así como a nuestros conocimientos y habilidades sobre determinados temas. ¿Qué sentido tiene invertir en algo que no nos apasiona o no nos resulta placentero?
7 – Diversifique sus movimientos
Por último, una de las grandes reglas de oro de toda persona de negocios: nunca se ponen todos los huevos en una misma canasta. Ya sea que nuestro objetivo principal sea ahorrar o ganar dinero fruto de inversiones, lo más aconsejable siempre es poder distribuir dichos movimientos entre diversas alternativas. Tomemos un ejemplo claro: el reciente crash de las criptomonedas no estaba en los planes de nadie. Si nosotros depositamos todo allí, las pérdidas serán difíciles de remontar.
Ahora bien, si en cambio volcamos parte de nuestros ahorros o movimientos financieros allí, mientras que otras porciones las distribuimos en activos como el dólar, materias primas y acciones, por citar algunas posibilidades, podremos compensar esa pérdida con las ganancias obtenidas. Así, evitaremos dolores de cabeza inesperados y, sobre todo, que no queremos atravesar. Diversificar es una práctica financiera más que saludable.