Deutsche Bank y Commerzbank buscan fusionarse en un contexto de guerras comerciales

Alex Erquicia

Pie de foto: Sede de los bancos alemanes Deutsche Bank (L) y Commerzbank (R, Background) en Frankfurt am Main, (Alemania). Arne Dedert / dpa / AFP

Los tambores de fusión continúan en Europa. Los dos mayores bancos comerciales privados de Alemania, la principal economía de la zona euro, han confirmado que mantienen negociaciones para avanzar en una fusión entre Deutsche Bank y Commerzbank. Las dos entidades buscan crear un coloso banco comercial privado y se han visto respaldadas, incluso impulsadas según algunos, por el gobierno de gran coalición de conservadores y socialdemócratas que preside la canciller Angela Merkel. El gobierno busca también crear un instituto de crédito que acompañe a las empresas alemanas.

En sendos comunicados enviados el fin de semana, los bancos se aseguraron de presentarse cautos acerca del resultado de las conversaciones, informales según ellos, y en subrayar que no existen garantías de que se vaya a ejecutar dicha transacción. Ambos bancos se enfrentan a una desaceleración económica en la zona euro y más específicamente en Alemania, donde a fines del año pasado la economía evitó por los pelos caer en una recesión. El Estado alemán tiene una participación del 15 % en Commerzbank después de rescatarlo en 2008 durante  la crisis financiera global.

Según las estimaciones la fusión de Deutsche Bank y Commerzbank crearía un gran banco comercial privado en Alemania, con un balance de dos billones de euros, 140.000 empleados y unos depósitos de ahorros de unos 840.000 millones de euros. La fusión de ambas entidades supondría la creación del segundo banco comercial privado de la zona del euro, después del francés BNP Paribas. El pasado mes de febrero, el fondo Cerberus, propietario de un 3% de Deutsche Bank y de un 5% de Commerzbank, respaldó la fusión entre ambas entidades, pese a que hace unos meses se oponía a ella.

El sindicato del sector de servicios alemán, ver.di, teme que la posible fusión de los dos grandes bancos del país, el Deutsche Bank y el Commerzbank, cueste por lo menos 10.000 empleos, al margen de otros recortes a medio plazo, por lo que los representantes de los trabajadores rechazan los planes.

Estas negociaciones se producen en un momento en el que hay mucho en juego y con la presión sobre la economía mundial, menos optimista que el año pasado, creciendo. Los principales puntos de tensión son las tensiones comerciales lanzadas desde Estados Unidos, y la incertidumbre que rodea a la salida de Reino Unido del bloque comunitario. Esto y otros eventos han llevado a que el presidente del Banco Central Europeo, Mario Draghi, anunciara la paralización de las nuevas alzas en los tipos previstas para 2019.

En las próximas semanas se irá teniendo más información acerca del estado de las negociaciones de fusión. A la vez conoceremos posibles nuevos aranceles del gobierno de Donald Trump sobre productos europeos. Concretamente, sobre los automóviles, cuyas importaciones han sido catalogadas por el Departamento de Comercio de EEUU como una amenaza a su seguridad nacional y que, si se aprobarían, golpearía fuertemente a la economía alemana y, por ende, a la europea. Mientras tanto el todopoderoso sector industrial alemán ya ha sido afectado por la guerra comercial que EEUU tiene abierto con China.

La confirmación de las negociaciones informales de fusión de los dos bancos alemanes llega poco después de que la Unión Europea vetara la fusión de los dos grandes del ferrocarril en Europa, la alemana Siemens y la francesa Alstom. Bruselas considera que su materialización "dañaría la competencia en el mercado de sistemas de señalización ferroviaria y los trenes de muy alta velocidad".

El posible acuerdo entre ambos bancos germanos deberá contar con el 'visto bueno' del Banco Central Europeo (BCE), el Bundesbank (el equivalente alemán al Banco de España) y el BaFin (la Autoridad Federal de Supervisión Europea). El gobierno de la principal economía de la zona euro busca maneras en las que alimentar los resultados de los dos bancos que arrastran problemas estructurales en los últimos años. Los esfuerzos para combinar ambos bancos muestran su deseo de crear un banco nacional fuerte, que compita con otros bancos europeos de talla mundial.

Pie de foto: AFP/AFP

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