Marruecos Negocios
Un reto fundamental al que se enfrentan las agencias de promoción de la exportación de todo el mundo es la creación de una imagen de marca que identifique al producto nacional en el exterior. A menudo, la formación de la marca en la mente de empresarios y consumidores extranjeros queda impedida por una excesiva diversidad de agencias y cierta falta de cohesión a la hora de presentar las cualidades positivas de la exportación nacional.
En la actualidad en Marruecos, las tres principales agencias gubernamentales que realizan labores de promoción exterior y labor de acompañamiento a empresas marroquíes son la Agencia Marroquí de Desarrollo de las Inversiones (AMDI), el Centro Marroquí de Promoción de las Exportaciones (Maroc Export) y la Oficina de Ferias y Exposiciones de Casablanca (OFEC). Pero como es habitual en este tipo de situaciones, la diversidad de voces y un cierto grado de solapamiento de medios es susceptible de optimización y racionalización. A este fin, el gobierno marroquí decretó el pasado 23 de junio la creación de la Agence Nationale de Promotion des Investissements et des Exportations (ANPIE).
El nuevo organismo tomará el control de las actividades realizadas por las tres agencias anteriores, así como de sus recursos humanos y financieros. La fusión debería permitir una armonización de las políticas de promoción y una mayor coherencia a la hora de presentar a Marruecos como origen de productos de calidad y competitivos a nivel internacional. Asimismo, deberá permitir una racionalización de los recursos destinados a ferias y promociones: hasta ahora, la presencia de stands separados de AMDI y Maroc Export daba lugar a verdaderas cacofonías. Sin embargo, aún quedará margen de mejora: los sectores agrícola, turístico o de la artesanía cuentan con sus propias agencias, que tienden a mostrar una imagen poco coherente del Marruecos de hoy.
La reorganización toma como modelo la unificación de las agencias francesas UBIFRANCE y AFII que tuvo lugar el pasado año. En un contexto global, se trata de una muestra de los esfuerzos del país norteafricano por disminuir su déficit comercial y aumentar la competitividad exterior de sus productos, más allá de las evidentes ventajas que ofrecen los menores costes laborales y fiscales.